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Maggie Rogers desafía a Ticketmaster y vende sus entradas en persona para evitar precios exagerados
La artista norteamericana habilita una preventa presencial para su gira en EEUU con el objetivo de reducir gastos de gestión y evitar intermediarios
Si la tecnología aporta más problemas que soluciones, entonces es mejor volver al sistema clásico. Es lo que ha hecho la cantante Maggie Rogers con las entradas de su próxima gira de verano en Estados Unidos. Rogers se ha plantado ante Ticketmaster y ha decidido vender las entradas para sus espectáculos en persona durante un día en las taquillas de los distintos estadios en los que actuará en julio y agosto.
La cantautora ha viajado en el tiempo, unos 30 años atrás, y ha recuperado la fórmula de la época en la que la única manera de conseguir los tickets para ver a un artista o banda era haciendo cola en las taquillas de los recintos o en las tiendas de discos. Una cola que ahora muchos prefieren hacer antes que pasar horas frente a la pantalla en esas desesperantes filas virtuales de los grandes portales de entradas como Ticketmaster.
Maggie Rogers contra Ticketmaster
La gira, que pasará por grandes recintos emblemáticos como el Forest Hills Stadium, en Nueva York, servirá de presentación de su último disco Surrender (Capitol Records, 2022). Fue la propia artista la que mostró en redes sociales su preocupación por los altos precios de las entradas y los bots que se hacen con miles de entradas para la reventa.
Fue esto lo que motivó a la artista a abrir durante un día una preventa especial en las taquillas de los distintos espacios donde actuará este verano. Es su particular forma de batallar contra la reventa, ya que solo se podían comprar dos tickets por persona, así como controlar los precios de su espectáculo.
Entradas más baratas
Al eliminar intermediarios y ticketeras, se reducen gastos de gestión y otros importes que inflan el precio de las entradas, por no mencionar las polémicas estrategias de algunos promotores y su modelo de venta dinámica. Así, con el control de los precios en su mano, el ticket más caro para ver a la artista este verano es de 125 dólares (unos 114 euros).
Por otro lado, este sistema garantiza que las mejores localidades lleguen a los fans, aquellos que decidieron hacer cola durante horas para hacerse con el ticket en persona. Evidentemente, la artista abrió más tarde la venta general con el sistema y canal que todo el mundo conoce, pero eso fue una semana después.
Una declaración de intenciones
Para Jordi Oliva, experto en industria musical y profesor de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), la iniciativa de “volver a los orígenes” supone una “solución extrema” al problema de las entradas que vive en la actualidad la industria del directo. “El artista es el primer interesado en que se solucione este problema, es normal que sean ellos los que se lancen con iniciativas así”, opina.
Así, del mismo modo que Rammstein apostó por el modelo nominativo de sus entradas, la de Rogers es una auténtica “declaración de intenciones”, señala este experto. “Es muy positivo que lo haga ahora, en un punto tan importante de su carrera porque muestra de forma clara su postura ante la industria”, subraya Oliva.
Un método poco factible
Para el profesor, este tipo de iniciativas son “muy positivas” porque batallan contra la “explotación del público” que llevan a cabo promotores y empresas de la industria. “El público es el damnificado de todo esto, el conejillo de indias para probar estrategias con las que conseguir el mayor dinero posible”, denuncia.
De todas formas, aunque recuperar la venta presencial como ha hecho Rogers puede traer muchas cosas positivas, “habría que ver cuán efectivo es”. “A nivel práctico es un método poco factible que puede desgastar mucho al artista”, señala Oliva. Aun así, “es un modelo que se tendría que replicar, aunque sea sólo en algunos eventos, quizás en los lugares más emblemáticos”.
¿Es posible en España?
Sobre la posibilidad de que este modelo se replique en España, el profesor de la UOC indica que sólo se podría dar en los casos de artistas ya consagrados, con cierta seguridad de que pueda funcionar. “Aquí sólo se lo podrían permitir artistas del tipo Alejandro Sanz o Manuel Carrasco, pero ¿les interesa? Creo que no, están muy metidos en el modelo de industria que todos conocemos”, explica.
En cambio, un artista que el profesor confía que podría hacerlo es Fito Cabrales. “Lleva 20 años con los Fitipaldis haciendo lo que le da la gana y la misma música, es un perfil al que le pegaría”, concluye este experto.
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