En el libro Aprendizaje de una reina, de la poeta y novelista australiana Tracy Ryan, se cruzan los caminos de dos mujeres que desafían los roles que les asigna la sociedad. Ambas se convierten en ardientes defensoras de las artes en pleno siglo XVI. Una emocionante novela de aventuras sobre literatura, poder y pasión.
Esta es la última apuesta literaria de Ediciones Maeva, una editorial familiar que en 2025 celebrará su 40 aniversario. Una historia que desafía la tendencia del sector: permanece independiente a los grandes sellos. Entrevistamos a Mathilde Sommeregger, su directora.
--Cada día se publican más de 250 libros en España (alrededor de 100.000 al año). ¿Son muchos o son pocos?
--Esta cifra incluye autopublicaciones, libros de texto, muchas publicaciones institucionales… Los libros aptos para el lector común deben de ser entre 65.000 y 70.000. Por suerte, el índice de lectura ha mejorado en los últimos años. Porque, en contra de lo que se cree, los jóvenes sí leen. Así que hay esperanza, pero sí, son muchísimos libros.
--¿Hay más escritores que lectores?
--En las editoriales solemos decir que ojalá tuviésemos tantos lectores para cada libro como escritores hay para cada género. Hay muchísima gente que escribe. No sé de dónde sacan el tiempo para escribir. Mientras que el pretexto para no leer suele ser la falta de tiempo.
--El editor Enrique Murillo apuntaba en una entrevista con Letra Global que el sector “debería llegar a un pacto para no editar tantas novedades que los libreros no pueden absorber y que marginan a las pequeñas editoriales”.
--Eso sería lo ideal, pero en el mundo editorial tenemos un sistema perverso. Se factura la novedad y de ahí se van descontando las devoluciones. Esto quiere decir que, si un mes un libro no factura y sólo recibe devoluciones, entra en números rojos. Es una carrera constante. Encontrar un equilibrio para que publicando menos se facture lo suficiente y poder aguantar es el punto clave, pero todavía no se ha alcanzado. Tal vez la inteligencia artificial (IA) nos enseñe el camino para encontrar ese equilibrio. Al final, publicar libros es un negocio en el que las pequeñas intentan mantenerse y las grandes hacer mucho dinero.
--¿Es necesaria la existencia de libros malos?
--Es un tema muy polémico. Hay webs y plataformas como Wattpad, donde se hace fanfiction, es decir, escritores que hacen tributos a series y libros. Ahí se publica absolutamente de todo. Llegan libros de contenido extraordinario muy mal escritos, porque son de personas que nunca han escrito. Lo de bueno o malo es un dilema difícil que habría que redefinir. Hay gente joven que absorbe mejor tramas potentes, aunque la narrativa no sea perfecta. Al mismo tiempo, si crecen leyendo este tipo de libros en Wattpad, uno se vuelve menos exigente.
--¿Cómo se compite con gigantes editoriales como Penguin Random House o Planeta?
--Muchas veces, tanto los autores como los agentes nos dicen que prefieren que su libro esté como la cabeza de león y no como la cola de león. Nosotros los libros que elegimos los acompañamos con un buen lanzamiento, con promoción y publicidad. En cambio, en una gran editorial es muy difícil acompañar a todos los proyectos.
--¿Cuántos libros publica Ediciones Maeva al año?
--Aproximadamente, unos 35 libros en Maeva para adultos. Una cantidad similar en Maevayoung. En Maevared, una cantidad más módica. Y luego unos 20 títulos, de los libros que han funcionado bien, en Embolsillo.
--Viajes de aventuras, libros que a cada paso revelan nuevos secretos y peligros, la colección de Camilla Läckberg y otros best sellers internacionales… ¿El cometido de Maeva está centrado en la evasión?
--No realmente. Tenemos desde los grandes éxitos de Jean M. Auel (El clan del oso cavernario), que estamos relanzando porque creemos que es una serie que tiene que llegar a un público joven y renovado, aunque siempre los grandes éxitos han sido libros más ‘comerciales’. Por eso tenemos cierta connotación de que publicamos más libros de evasión, pero intentamos que todos los libros tengan un contenido que se pueda defender antes lectores más exigentes y literarios. En la colección Éxitos Literarios hemos publicado autores fantásticos, como Hans Fallada, y ahora vamos a lanzar una nueva voz de la autoficción alemana que se titula La pareja del siglo y es una novela fantástica.
--¿Qué porcentaje de las publicaciones de Maeva son de autores extranjeros?
--Un 70% son autores internacionales. Tenemos esa tradición. Nos envían más manuscritos y hay más oferta.
--La Guerra Civil, la novela romántica, la novela negra… ¿Los grandes temas siguen copando el mercado editorial?
--Depende. Nos movemos entre los dos extremos. La Segunda Guerra Mundial sigue siendo un boom, pero también hay temáticas mucho más personalizadas. Pero sí, para el gran público funciona que haya romance e intriga, giros sorprendentes... Hay determinados códigos que se mantienen, aunque luego funcionan muy bien libros que no tienen ninguno de estos ingredientes.
--¿Hay muchas sorpresas editoriales?
--Sí. De vez en cuando, hay libros por los que apuestas muchísimo y luego no los lee nadie, y viceversa. Ese factor de casualidad, eso de estar en el momento oportuno en el lugar adecuado, en el mundo editorial es muy cierto. Un tema se pone de moda. Alguien famoso comenta un tema y hay un libro que apunta en ese sentido. Existen muchos factores externos que no podemos controlar.
--¿Cuál es vuestro público objetivo?
--En Maeva, tradicionalmente, se apuntaba a un público adulto. Siempre se dice que las mujeres leen más, y nosotros tenemos una cierta connotación femenina. En el equipo editorial somos 12 mujeres. También muchas protagonistas son mujeres y apuntan a las inquietudes de estas mujeres. Nuestro target solía ser de mujeres a partir de los 30 años. Por eso, para llegar a otros públicos, fundamos Maevayoung y Maevared.
--¿En qué se basan los jóvenes españoles a la hora de elegir un libro?
--Los jóvenes no leen la prensa escrita, generalmente. Se fían de las redes sociales. Desde que tienen móvil, las recomendaciones en redes sociales marcan mucho. Y el boca oreja. Lo que lee mi mejor amiga puede tener un efecto viral. Los jóvenes comparten muchas cosas. Lo que empieza a leer la vecina de pupitre en el cole puede tener un efecto contagioso.
--¿Qué leen los adolescentes españoles? Ya no leerán a Dostoyevski en la cama, ¿no?
--Esto ha pasado a la historia. Según nuestra experiencia y conocimiento, leen muchísima novela gráfica, un género que ha crecido mucho. En cuanto a narrativa, las chicas leen mucha novela romántica. La novela negra todavía no les gusta tanto. Desde hace poco, están despuntando géneros como el romantasy. Los géneros también se van renovando.
--También están los ebooks y los audiolibros…
--Hay más gente mayor que lee en Kindle o en el iPad que gente joven. Los jóvenes reivindican la lectura en libro de papel porque están hartos de las pantallas.
--Eso sí que es una alegría. ¿El rescate de los clásicos modernos es una moda sempiterna y segura?
--Lo de rescatar los clásicos se hace porque, pasados 70 años, ya no tienen copyright y los puede publicar cualquiera. Esa es una motivación importante. Son autores que se han publicado hace años, con malas tradiciones. Por eso, si lo haces bien, tienes posibilidades. Ha habido rescates de autores que han funcionado muy bien. En cambio, cuando quieres adquirir una novedad, tienes que entrar en una subasta y pagar el anticipo sobre los derechos, que es muy elevado.
--¿Los libros también han subido de precio?
--Han subido, pero no tanto. Los editores intentamos no repercutir todo el aumento de los costes de la materia prima, el diseño y los colaboradores en el precio final. Quizás antes costaban entre 17 y 20 euros y ahora hay libros por 20-23 euros habitualmente.
--"Las editoriales deben apostar por un catálogo exquisito, pero sin renunciar a llegar a todos los lectores", opinaba el editor de Gatopardo, Lucas Villavecchia, en una reciente entrevista. ¿Comparte su opinión?
--Los libreros están haciendo un buen trabajo. El otro día pasé por la Laie de Barcelona y tienen un apartado dedicado a sellos pequeños e independientes. Están haciendo una muy buena labor. Hay otras librerías más mainstream, pero, en general, han encontrado su camino.
--¿Cuál es el secreto para que una editorial familiar fundada en 1985 perdure en manos de sus creadores y no caiga en las redes de los grandes grupos?
--Lo más importante en el sector editorial siempre ha sido la información. Uno no se puede abstraer de la actualidad. En la cabeza de un editor tiene que haber un amplio conjunto de factores. Hacia dónde van las cosas. Qué es lo que la gente quiere leer. No hay un secreto en sí, pero leer mucho, moverse, intercambiar opiniones y no tener prejuicios es clave.
--¿Cómo afronta Maeva la campaña de Navidad?
--Hacemos una campaña de cuatro o cinco libros para las librerías. Libros para todos los públicos que funcionan muy bien como regalo, porque se siguen regalando muchos libros. El Premio Planeta se publica en esta época porque es un regalo fijo.