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Ikea expone en el Thyssen la evolución del hogar en los últimos seis siglos
La muestra mezcla obras maestras de la colección permanente del museo con un homenaje al diseño democrático de la marca sueca
¿Cómo eran los hogares en la Edad Media? ¿Cómo evolucionó el mobiliario en la transición al Renacimiento? ¿Y durante la industrialización? ¿Hasta qué punto revolucionó y democratizó Ikea el diseño del hogar?
Ikea y el Museo Nacional Thyssen-Bornemisza han impulsado un recorrido histórico y artístico que explora la evolución del hogar durante los últimos seis siglos. La exposición permanecerá abierta hasta el 6 de enero de 2025.
Ikea y el arte del hogar
La experiencia arranca con un recorrido por 16 obras maestras de la colección permanente del Thyssen que invitan a reflexionar sobre la importancia del hogar en la vida de las personas y su transformación a lo largo del tiempo.
Las obras actúan como ventanas a épocas pasadas -desde el siglo XV hasta el XX- y revelan cómo los cambios sociales, económicos y culturales han influido en los espacios domésticos y el mobiliario.
De la Edad Media al Renacimiento
La exposición empieza en el siglo XV con El evangelista san Mateo, de Gabriel Mälesskircher, que muestra la existencia de muebles multifuncionales como mesas para escribir, almacenar y exponer libros.
En la transición de la Edad Media al Renacimiento, el mobiliario se vuelve más ligero y sofisticado, con maderas finas y exóticas, como se aprecia en Retrato de Giovanna degli Albizzi Tornabuoni, de Domenico Ghirlandaio. En el siglo XVI, El nacimiento de la Virgen, de Jan de Beer, ilustra cómo gran parte de la vida doméstica giraba en torno a la cama, sin distinción entre los espacios públicos y privados.
La burguesía y las bibliotecas particulares
En el siglo XVII, con la relevante presencia de la burguesía a la ciudad, se crean estancias separadas para la vida privada y social, y la casa se convierte ante todo en la sede de la vida de la familia, como se refleja en El tamborilero desobediente, de Nicolaes Maes.
En el siglo XVIII, proliferan las librerías para bibliotecas particulares como se conciben hoy en día, tal y como se puede observar en Rincón de una biblioteca, de Jan Jansz van der Heyden. Además, el salón se convirtió el en el centro del hogar y en él se desarrollaba la vida social y cultural, apareciendo nuevas tipologías de muebles como la cómoda, el bureau, mesas de juego o chiffonière. Esta búsqueda del confort sienta las bases de la ergonomía y el mueble modernos, algo que se puede ver en el Retrato de la condesa María Benedetta di San Martino, de Pompeo Batoni.
La industrialización
A mediados del siglo XIX, la mecanización de la producción de muebles abarató costes y permitió la aparición de muebles como la silla Thonet, más accesibles y transportables. Surgen también el sillón de muelles de acero, que junto a la tapicería o el capitoné crean ambientes acogedores, como se muestra en El espejo psiqué, de Berthe Morisot o Misia Godebska, de Pierre Bonnard.
En el siglo XX, los expresionistas como Ernst Ludwig Kirchner rechazaron el avance industrial promoviendo formas de vida más sencillas y que tienen su eco en la forma de pintar con influencias de lo primitivo, como queda reflejado en Fränzi ante una silla tallada. Ya a finales del siglo XIX, William Morris, representante fundamental del movimiento Arts & Crafts, había criticado el impacto nocivo de la industrialización, si bien reconocía que no todo era negativo en la producción en serie, ya que, al aumentar la producción, se abarataban los precios y se hacían más asequibles los productos.
Bauhaus e Ikea
La Bauhaus retomó esta utopía, buscando aprovechar la industrialización para hacer el diseño accesible. La casa pintada por el artista Paul Klee en su obra La casa giratoria, puede simbolizar las utopías que aún estaban por realizarse en los espacios para la vida.
El objetivo es generar una reflexión sobre las transformaciones estilísticas que durante seis siglos han experimentado los hogares hasta la llegada de los movimientos de vanguardia y la democratización del diseño en el siglo XX, "concepto del que Ikea es máximo exponente", apuntan desde la compañía sueca.
La sala Rodin
El recorrido culmina en una exhibición, situada en la sala Rodin del museo, en la que Ikea abre las puertas de su historia y profundiza sobre las claves de su diseño democrático: función, forma, calidad, sostenibilidad y precio bajo.
En ella, además, se puede disfrutar de un juego visual de equivalencias entre los cuadros del recorrido y diseños de la marca sueca, explorar la biografía de su fundador, ver la evolución de las portadas de todos los catálogos desde su primera edición, leer el manifiesto de su diseño democrático o entender las influencias que fueron determinantes en su diseño.
La democratización del diseño
Heredera del espíritu racionalista, libre y moderno de la Bauhaus y de las soluciones estéticas y funcionales del diseño escandinavo, la compañía fundada por Ingvar Kamprad en 1943 comenzó a vender muebles que combinaban precios asequibles, diseño y calidad.
"La búsqueda de la versatilidad, funcionalidad, belleza y comodidad en el hogar ha sido una constante a lo largo de la historia, pero sólo a principios del siglo XX se consideró como algo a lo que algún día podrían tener acceso la mayoría de las personas", señalan desde Ikea.
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