Si hay una noticia que no ha pasado desapercibida en la recta final del verano, esa ha sido la de lo ocurrido en el vuelo de Atlanta a Barcelona. Todo ocurrió en este trayecto a manos de la compañía aérea Delta.
Tras unas horas de viaje, la aeronave tuvo que volver a la ciudad estadounidense. ¿El motivo? Un pasajero con diarrea no pudo contenerse y manchó todo el avión. Uno de los pasajeros a bordo, Carles, relata cómo vivió esta situación junto a su pareja.
"Aquello era un festival"
Ha sido en el programa radiofónico Versió RAC1 donde Carles ha relatado su experiencia. "Aquello era un festival. Lo habían tapado pero había desde medio avión hasta que sales lleno de diarrea", explica. El chico asegura que podría haber manchado 15 o 20 filas.
Pese a la abundancia, asegura que no se notaba ningún olor en el avión. De hecho, asegura que todo el mundo estaba tranquilo. Fue el piloto quien anunció qué es lo que estaba pasando. "Se había dado cuenta de que había una persona que estaba estirada y enferma y que por un motivo biológico volvíamos al aeropuerto de Atlanta", explica.
200 dólares por las molestias
El pasajero enfermo no llegó a necesitar asistencia médica. Tanto Carles como su pareja son médicos y afirma que nadie reclamó su presencia. Relata que cuando iban de regreso a Atlanta, no se produjo "ningún grito ni nada raro".
Finalmente, el avión llegó a Barcelona con ocho horas de retraso. No obstante, no todo ha sido tan negativo. Delta ha ofrecido 200 dólares (unos 190 euros) a cada pasajero por la situación generada. Un descuento que se aplica a cualquier vuelo de la compañía y cuya validez se prolonga durante un año.