0 opiniones
El Grand Prix de TVE triunfa y genera aversión: “Han cambiado la vaquilla por un tonto con disfraz”
Los expertos explican las razones del éxito del ‘nuevo’ programa presentado por Ramón García mientras parte de la audiencia se muestra muy crítica con los cambios
Aquella noche de 1998 tenías 8, 15 o 40 años. En el fondo, la edad es lo de menos. Era verano. Después de un largo día de playa, cenaste melón con jamón o gazpacho con cuscurros y te sentaste en el sofá, junto a la familia al completo, con las ventanas abiertas, y pusiste La 1, dispuesto a disfrutar del Grand Prix del verano.
Ahora, los lunes estivales es posible volver a los noventa, aunque ya nada sea igual. Ahora, dieciocho años después, Ramón García vuelve a presentar el famoso programa en TVE y triunfa, pero los cambios también generan aversión en parte de la audiencia.
El Grand Prix: lo más visto y lo más criticado
“Me asaltan las dudas de cómo lo acogerá la gente joven y si defraudaremos o no a los veteranos”, apuntaba Ramontxu antes del regreso del Grand Prix, que se ha convertido en el mejor estreno televisivo del año con una cuota de pantalla del 26,1 % (2.572.000 espectadores). En su segundo programa, la audiencia se ha mantenido por las nubes con el 24,9 % de cuota. Es lo más visto de la tele. Sin embargo, algunos telespectadores opinan que el nuevo programa “no es como el Gran Prix de toda la vida”.
Sigue habiendo dos pueblos que compiten por ganar. Se repiten pruebas míticas como Los súper bolos, Los troncos locos y La patata caliente, y se añaden juegos nuevos como Juego de dragones o Las gaviotas malotas. Hasta aquí todo más o menos fiel al formato original. “No me han gustado ni Cristinini, ni el acróbata ridículo, ni la persona disfrazada de vaquilla”, opina Isabel G. en las reseñas del programa en Google. En la misma línea, las críticas de muchos televidentes llegan a la hora de valorar el papel de Cristinini, la streamer con más de 3 millones de seguidores que ejerce de copresentadora y comenta todas las pruebas sin descanso; la gracia de Wilbur (gimnasta y cómico), o la falta de ella; y la ausencia de la vaquilla.
La nostalgia vende
“Lo vi por el punto nostálgico, para ver si el programa se mantenía igual de bien, pero me llevé un buen chasco”, comenta Laia A. “Te lleva a un remember de aquella época, pero decepciona”, coincide Luis A.
La nostalgia “siempre ha vendido”, expone la experta en comunicación y autora del libro Streaming Wars (Libros Cúpula), Elena Neira, quien explica que hasta ahora era más frecuente ver este tipo de secuelas en obras de ficción. “Ahora nos encontramos remakes de formatos de entretenimiento como los de Humor Amarillo (Amazon Prime Video), Allá tú (Telecinco) o el Grand Prix (TVE) y tiene mucho sentido, porque son más baratos y fáciles de producir”, añade la experta. Además, estos tres programas representan a una parte importante de la audiencia televisiva que ha envejecido y "coinciden con una ansia de productos 'frescos' en un verano que está siendo duro por la guerra en Ucrania, la inflación, la crisis climática, la tensión política...", apunta el director del programa de Comunicación Audiovisual de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC) Antoni Roig.
"¿Por qué no se calla la influencer?"
El nuevo Grand Prix ha introducido la figura de la influencer Cristinini, pero parece que su participación no ha convencido a los aficionados al programa. “Han puesto a una copresentadora, o a una especie de insecto de YouTube, que no termina de cuadrar con la dinámica del programa y sólo está para darle un aspecto joven y llamar la atención de los niños”, lamenta Juan Arturo. “¿Por qué no se calla la influencer? Es insoportable”, critica Carlos E. “La influencer es muy pesada”, coincide Víctor M.
“Se trata de buscar puntos de contacto con la audiencia. Las influencers son señuelos para apuntar a un determinado segmento de público y que el programa se visibilice a través de las publicaciones de la streamer en redes sociales”, explica Neira sobre el papel de Cristinini, que ha tenido que salir a defenderse de las críticas masivas que la convirtieron en trending topic en Twitter. “No me lo he tomado como algo personal. Ha sido más por el formato que por quién lo hace”, dijo la streamer en un directo de Twitch.
“Han cambiado la vaquilla por un tonto con disfraz”
La nueva Ley de Protección Animal prohíbe la presencia de animales vivos en programas de televisión, por lo que la vaquilla del Grand Prix es historia. “Habéis preguntado mucho por ella, y estará”, aseguró Ramontxu justo antes de dar paso a ‘la vaquilla’, que era una persona disfrazada.
“Han cambiado la vaquilla de verdad por un tonto con disfraz”, critica Gustavo B. en Google sobre la ausencia más comentada en las redes sociales. Sin embargo, lo cierto es que “la presencia de una vaquilla en un plató de televisión es inconcebible hoy en día”, apunta Neira.
Wilbur: el cómico sin gracia
Otro personaje que ha recibido la ira de los haters es Wilbur, que se encarga de explicar la dinámica de las pruebas con humor y está interpretado por el actor Víctor Ortiz. Pero, según muchos telespectadores, es un cómico sin gracia.
“Me sobra Wilbur. Me parece excesivamente tonto y no tiene gracia”, opina Luis A. “Da pena”, apunta Laia A. sobre el personaje acróbata. “Lo han puesto para mostrar no sé qué... Supongo que sus habilidades gimnásticas, pero no le hace gracia a nadie ni del plató”, coincide Gustavo B.
Un reencuentro agridulce
Cuando una persona tiene un recuerdo emotivo que asocia a un programa y el contenido vuelve de otra manera, “lo más normal es que haya un cierto sentimiento de aversión, porque no conecta con lo que recuerdas, sino con otra cosa, y una parte de la audiencia se mostrará beligerante contra cualquier cambio. Al mismo tiempo, sería muy arriesgado no adaptarlo a las convenciones de hoy en día, por mucho cariño que le tengas al formato original”, resume a la perfección Neira. El éxito del Grand Prix "puede decirnos que el ritual de sentarse ante la tele en familia en estas noches calurosas, viendo un programa de diversión sin ninguna pretensión, se echaba en falta", apunta Roig.
Aunque muchos aseguran que les ha encantado el regreso del Grand Prix, las redes sociales están repletas de críticas. “No era lo que recordaba y el segundo día ya no lo vi. Por suerte, perdura el buen recuerdo del programa antiguo respecto al nuevo”, explica Luis A. “A mí me gustaba mucho y ahora lo he visto demasiado sofisticado”, opina Alejo M. “La magia del Grand Prix murió a principios de los 2000”, lamenta Juan Arturo.
Desbloquear para comentar