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Al fin el pack completo: dormir en una tienda de campaña con baño propio por 200 euros la noche

Irse de ‘glamping’ es como hospedarse en un hotel 5 estrellas, pero en medio de la naturaleza

Teo Camino

Una de las tiendas 'glamping' de La Dehesa Experiences con baño propio / LADEHESAEXPERIENCES

Uno puede pasar la noche en una burbuja con el cielo por techo, en una cueva troglodita, colgado en la cabaña de un árbol, en un antiguo faro en desuso o en un glamping, que es exactamente lo que parece: un camping con glamur. Porque cada vez son más los que piden la comida del restaurante de la esquina por Glovo, y menos los que optan por llevar su propia tienda de campaña y ensuciarse las manos de tierra mientras clavan las piquetas metálicas en el suelo.

Una de las tiendas de Forest Days / FORESTDAYS

El glamping “no es más que intentar ofrecer los servicios de un hotel 5 estrellas en una tienda de campaña”, expone el vicedecano de turismo de IQS School of Management, Ricard Santomà, quien explica que apenas existen glampings como tal, sino zonas de los campings que ofrecen servicios exclusivos. Y es que cada vez son más los clientes que desean mezclar lujo y naturaleza. Aunque “es una experiencia de consumo esporádico, como una celebración o un regalo, que suele rondar los 200 euros”, apunta la profesora de turismo en CETT Barcelona experta en alojamientos extrahoteleros, María Soy.

Uno de los alojamientos de Teacampa / TEACAMPA

El ’glamping’ en España se paga

Bienvenidos a los días de bosque es el lema de Forest Days Glamping (Navés, Lérida), que dispone de cuatro tiendas de campaña de algodón blanco perdidas entre los árboles. Son para dos personas, están amuebladas y la experiencia se paga a 175 euros la noche. En el Parque Nacional Marítimo-Terrestre de las Islas Atlánticas de Galicia está el Camping Isla de Ons, donde una tienda glamping para un máximo de 5 personas sale a 250 euros la noche y los huéspedes disponen de baño privado.

Las vistas del 'glamping' de la Isla de Ons en Galicia / CAMPINGISLADEONS

También los hay más económicos. Kampaoh tiene campings y glampings en media España --Coruña, Cantabria, Gerona, Tarragona, Granada y un largo etcétera-- y en el de Isla Cristina, en Huelva, disponen de tiendas de campaña sin baño incluido (140 euros dos noches) y con lavabo privado (202 euros). Wakana Lake Glamping, en Cádiz, es lo más parecido a un campamento siux que hay en España. Sus yurtas y tipis (tiendas como las de los indios) sí tienen baño propio y se alquilan a 120 euros la noche. Para muchos clientes de Dreamsea Mediterranean Camp (Alicante), que sale a 90 euros la noche, el hecho de que el baño sea compartido y esté fuera de la tienda es un problema.

Una tipi de Wakana en Cádiz / WAKANA

El baño marca la diferencia

“El baño tendría que ser compartido. En un par de meses estrenaremos una serie de tiendas con baño privado. Estamos adaptando algunas tiendas porque nos lo piden mucho los consumidores”, explica una empleada de Dreamsea Mediterranea Camp. Algo parecido le ha sucedido a los de Teacampa, junto a la playa de Valdevaqueros (Cádiz), que inauguraron 37 tiendas glamping en 2021, y ahora, tras hacer obras, relanzarán el proyecto ofreciendo este servicio que marca la diferencia.

El interior de un alojamiento de Teacampa

La reapertura será el 18 de mayo porque “estamos haciendo una reforma para aumentar las comodidades de nuestros clientes”, expone a este medio Susana Pérez, directora de Teacampa, sobre la instalación de un baño individual en cada tienda y la ampliación de 37 a 61 alojamientos. Según ella, el tema del baño privado “es algo imprescindible” que sus clientes le reclamaron. “Aunque estés en medio de la naturaleza, los clientes quieren tener su baño y los propietarios están haciendo una inversión muy fuerte para adecuar los glampings”, apunta la experta María Soy. “A nuestros clientes que el año pasado apostaron por nosotros, a pesar de no tener este servicio tan importante, les compensaremos con un baño privado y algún extra más que está en camino...”, adelanta Pérez.

Un hotel 5 estrellas en una tienda de campaña

La Dehesa Experiences, en pleno corazón de Sierra Morena (Córdoba), va un poco más allá. Ofrece seis exclusivas tiendas de campaña a 5 metros de altura que no tienen nada que envidiar a la mejor suite de un hotel de postín. Repartidas a lo ancho de 27 hectáreas, cada una de ellas dispone de piscina privada y todo tipo de comodidades. Eso sí, los pequeños detalles engrandecen la factura hasta los 619 euros que cuesta pasar dos noches en una Junior Suite.

Sin duda, lo novedoso es el lujo en una tienda de campaña. “Algunos tienen baño, cocina e incluso spa, y todo tipo de servicios a la carta como la botella de champán, una gastronomía selecta y unos detalles muy cuidados”, explica Santomà, quien opina que el precio está justificado desde el momento en el que hay un público que lo paga y que demanda este tipo de servicios más típicos de hoteles 5 estrellas.

Parejas y familias adineradas

“Nuestro público principal son parejas y familias”, explica la directora de Teacampa, donde el alquiler de una tienda oscila en los 80 y los 207 euros y el año pasado tuvieron un 84 % de ocupación. “Esta nueva temporada hemos detectado un crecimiento de reservas para grupos de empresas”, añade.

El público de los glampings “tiene un alto poder adquisitivo y es el mismo que iría a un hotel de 5 estrellas, pero que se decanta por una experiencia diferente”, detalla Santomà. Según coinciden los expertos, el uso del camping en general y del turismo rural ha aumentado “una barbaridad” desde que llegara el Covid allá por 2020. Y muchos campings, para acercarse a la oferta hotelera, adaptan sus instalaciones a lo que pide el cliente: lujo en plena naturaleza.