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'Fiesta', la novela de Hemingway en la que aparece este histórico hotel madrileño
Se trata de un alojamiento de lujo donde también se hospedaron otros artistas ilustres como Federico García Lorca, Pablo Picasso o Buster Keaton
Madrid ya no es la que era cuando el escritor estadounidense Ernest Hemingway (Illinois, 1899-Idaho, 1961) la visitó por vez primera en el verano de 1923. Pero algunos de los bares, restaurantes y hoteles que le inspiraron todavía perduran impasibles al paso del tiempo.
Fiesta (1926) está considerada como la primera gran obra del premio Nobel de Literatura. La novela narra los viajes de Jake Barnes, un periodista de guerra, y Brett Ashley, enfermera en la contienda, por Francia y España. Y algunas escenas transcurren en este histórico hotel madrileño.
El hotel de 'Fiesta'
"Jake y Brett están de acuerdo en que no hay nada comparable a la maravillosa gentileza con la que te atienden en el bar de un gran hotel, mientras observan cómo trabaja el barman". Estas líneas pertenecen a Fiesta, y el bar es el del Hotel Palace.
Otros de sus huéspedes ilustres fueron Federico García Lorca, Luis Buñuel, Pablo Picasso, Salvador Dalí y el cineasta norteamericano Buster Keaton. Pero ninguno dejó una huella tan duradera en el Hotel Palace como la de Hemingway.
El cóctel de Hemingway en el Palace
"¿Has probado nuestros famosos dry Martini con su oliva servidos muy fríos? ¿A qué no sabías que esta era la bebida que Hemingway tomaba en el bar del hotel, al igual que los protagonistas de su novela Fiesta?", se puede leer en las redes sociales de The Westin Palace.
Desde el año 2000, el nombre oficial del Palace es The Westin Palace, Madrid, y el lujoso edificio es propiedad del grupo hotelero Marriott International.
El precio de la habitación
La habitación más económica de este hotel 5 estrellas ubicado en la Plaza de las Cortes número 7 (Madrid Centro) tiene 29 metros cuadrados, una cama extragrande, vistas a un patio interior y cuesta 361 euros por noche.
Si uno quiere emular a Hemingway sin rascarse tanto el bolsillo, basta con acercarse al hall del hotel, rodear la inmensa cúpula de vidrio tintado que ilumina la elegante disposición de las mesas, elegir una y llamar al barman: "Shaken, not stirred".
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