Los famosos y sus restaurantes: algunos no sólo aguantan el tipo, sino que abren nuevos locales

Aquí sólo hay gente guapa y esbelta. Hasta el cocinero es triatleta. “Ese de ahí me suena”, comenta una chica. “Me parece que juega en el Atleti”, le responde su amiga. Todos los platos son sin aditivos, sin ultraprocesados, sin gluten, sin fritos y sin azúcares añadidos. ¿Serán con sabor? Los comensales parece que disfrutan y que nunca engordan por mucho que coman. “Pues tampoco es tan caro”, opina un joven encamisado mientras inspecciona la cuenta del Naked & Sated de Serrano (Madrid), el restaurante de comida rápida y saludable que abrieron en Madrid los futbolistas Marcos Llorente e Ibai Gómez junto al chef Roberto Bosquet. De hecho, ahora, como a contracorriente y con el sector de la restauración acongojado, la familia Naked & Sated se expande.

Mientras cerca de 100.000 bares y restaurantes han tenido que bajar la persiana golpeados por la pandemia, los de varios famosos la suben. Para la mayoría de restauradores no ha sido suficiente con tirar de ahorros y se han visto obligados a pedir créditos para mantenerse a flote, sin embargo otros tienen más ceros en la cuenta. Por suerte, el éxito en sus profesiones también se traslada a otros negocios.

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Del balón a los fogones 

“Los días que hay fútbol es una locura los pedidos que recibimos”, explica una empleada de Chalito, un local de comida a domicilio especializado en milanesas que abrió hace un mes en el número 65 de Vía Augusta (Barcelona). Se trata del tercer establecimiento que abre el delantero uruguayo Luis Suárez, principal socio inversor, en la Ciudad Condal. Le precedieron el chiringuito Chalito en la playa de Castelldefels y un restaurante de Rambla Catalunya, abierto en 2017. Tantas milanesas --entre 10 y 15 euros-- vende el charrúa que acaba de inaugurar un cuarto local en el centro comercial La Maquinista, también en la capital catalana.  

Otros que se encuentran en plena expansión de negocio son Llorente y Gómez. “Estamos creciendo mucho. La semana que viene abrimos en Bilbao, a finales de julio el tercer restaurante en Madrid (calle Preciados) y en septiembre otro en Chueca”, expone a Consumidor Global Luis Rodríguez, encargado de Naked & Sated. Su lema es “come sin remordimientos” y su carta se basa en real food saludable. “En la calle Serrano empezamos en un local pequeño, y en medio de la pandemia quedó disponible el de al lado y ampliamos”, añade Rodríguez, quien confiesa que a Naked & Sated “también vienen muchos futbolistas, entrenadores y atletas en general”. El brunch del fin de semana sale por 13 euros y la mayoría de platos están alrededor de los 10 euros. “Es mejor reservar para no tener que esperar, pero el delivery también tiene mucha demanda”, apunta Rodríguez.

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El trampolín de MasterChef

El que se ha convertido en uno de los gurús del delivery es Aleix Puig, ganador de MasterChef 7, que hace ocho meses abrió la empresa de hamburguesas y pizzas a domicilio Vicio y ya se ha convertido en uno de los restaurantes virtuales con mayor crecimiento en la historia de Glovo. “El delivery es nuestra razón de ser. Hemos sabido adaptarnos al contexto de pandemia y contamos con un equipo pequeño y sólido para poder ser rápidos y aprovechar cualquier oportunidad que se presente”, expone a este medio Albert Vilar, director creativo del negocio, que acaba de inaugurar en Barcelona su primer restaurante físico en Vía Augusta 21. “Hemos abierto un local híbrido --tiene mesas, pero la mitad del espacio es cocina-- para atender la avalancha de demandas de los consumidores, que nos pedían poder disfrutar de Vicio en un local”, añade. Las deliciosas hamburguesas de Vicio que cuestan entre 9 y 14 euros también se pueden saborear en el Mas Sorrer --uno de los locales de moda de la Costa Brava (Gerona)-- y llegarán pronto a la capital.

Mientras, con unas inmejorables vistas a Dalt Vila, Roto es el proyecto gastronómico más ambicioso del ya medio granadino medio ibicenco Jorge Brazález, ganador de MasterChef en 2017. Abrió sus puertas en la escollera de Marina Ibiza hace un par de años y en su carta no faltan hamburguesas gourmet, carrilleras y cordero. Seguramente no vean al ministro de Consumo Alberto Garzón rondando por ahí, pero el enclave se ha convertido en uno de los sitios de moda en la isla --reservar mesa en julio y agosto es casi una misión imposible--. El precio medio por comensal ronda los 50 euros. Pero eso no es todo. Parece que el exconcursante se ha puesto serio y ha decidido abrir, recientemente, Filin, un restaurante japonés en la plaza central de Marina Ibiza.

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Futbolistas en fuera de juego

Sin embargo, no todos saben combinar con éxito su profesión y la restauración. Es el caso de Gerard Piqué. El veterano central del FC Barcelona ya carga con varios restaurantes cerrados a sus espaldas. El primero en quebrar fue Yours, una hamburguesería ubicada en la calle Londres de Barcelona, y hace poco le llegó la hora a Blue Spot, un local que lo tenía todo para triunfar --estaba en uno de los enclaves más privilegiados de la Barceloneta--, pero que en diciembre de 2020 entró en concurso de acreedores.

En la misma línea, desde hace años encontrar mesa un viernes o un sábado en la concurrida calle Enrique Granados es una tarea difícil, pero Lionel Messi no fue capaz de que su inmenso restaurante Bellavista Jardín del Norte llegara a arrancar. La aventura duró dos años como restaurante para después reinventarse a la desesperada como local para eventos. Pero ni con esas sobrevivió. Ahora, en el antiguo local de la familia Messi, Salvaje se ha convertido en el garito de moda entre el pijerío barcelonés.