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La Eurocopa como coartada: se disparan las inscripciones femeninas en apps para infieles

Desde el inicio del campeonato continental de fútbol varias páginas de encuentros con amantes han registrado un aumento de la actividad por parte de mujeres

Teo Camino

Una mujer con la aplicación de encuentros extramatrimoniales Gleeden / GLEEDEN

En 90 minutos puede pasar de todo. El calentamiento suele transcurrir sin mayores sobresaltos. En los instantes iniciales ambos se tantean. Hay respeto. Pero llega un momento en el que todo es pasión y sentimiento. Sin duda es mucho más que un juego. El encuentro se calienta y empiezan los chillidos. Lo bueno es que nunca sabes cuál va a ser el siguiente movimiento, la siguiente jugada. ¿Y si te cazan en fuera de juego? La línea es muy fina. ¿Y si la cosa se alarga? Hay que ir con todo a por la siguiente fase. Además, una prórroga puede llegar a ser bienvenida, todo depende de cómo se mire.

Desde que el pasado 11 de junio empezó a rodar el balón en la Eurocopa 2021 las inscripciones de mujeres en la aplicación de encuentros adúlteros Gleeden han aumentado el 46 %, según una encuesta llevada a cabo por la propia plataforma. “En general ocurre y se ve en webs de dating y de infidelidades que en momentos de enganche a grandes eventos deportivos sube la actividad femenina en estas páginas”, expone a Consumidor Global Javier Duque, socio y fundador de la aplicación Poliamoris. “Las mujeres se sienten abandonadas y aprovechan esas dos horas para disfrutar de sus encuentros extraconyugales. Durante el Mundial de Rusia 2018 sucedió algo parecido”, apunta Sílvia Rúbies, portavoz de Gleeden.

Los picos de infidelidades

Durante los partidos en los que juega España Gleeden registra un incremento medio de conexión de usuarias del 78 % respecto a otros días, según apuntan desde esta plataforma creada por y para mujeres en la que esperan que las infidelidades femeninas sean tratadas igual que las masculinas, “porque lamentablemente siguen estando más estigmatizadas”, opina Rúbies.

Casi 8 de cada 10 mujeres afirman haberse conectado con más frecuencia a Gleeden aprovechando que su pareja estaba distraída con el fútbol. Y es que los partidos de La Roja son sinónimo de una mayor actividad femenina en la aplicación. En concreto, durante el España-Croacia las conexiones de usuarias aumentaron el 84 %. “Contra Suiza en cuartos vamos a ver otro subidón. Ojalá haya prórroga”, bromea Rúbies. Pero Gleeden no es la única que nota este singular efecto rebote de la Eurocopa. “Tanto en el número de registros como en la conexión, durante el mes de junio ha habido un pico de actividad de mujeres, especialmente los días 26, 27 y 28 de junio --día del Orgullo y del España-Croacia--“, explica Duque.

Un fenómeno en auge

Lo cierto es que se han dado una serie de circunstancias que han hecho, según los expertos, que tanto las páginas de citas como las de infidelidades hayan crecido en número de usuarios y de actividad. “Pensábamos que con el Covid tendríamos que cerrar el chiringuito, pero ha ocurrido todo lo contrario”, explica Rúbies, quien asegura que desde el inicio de la pandemia las inscripciones en Gleeden se han incrementado un 160 %. Al mismo tiempo, la sexóloga y autora del libro Sexamor (Editorial Aguilar), Silvia Sanz, explica que muchas relaciones se han ido deteriorando a raíz de la pandemia y el confinamiento y que el índice de divorcios ha aumentado, algo que corrobora el servicio de Estadística del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), cuyos datos reflejan un aumento del 5,7 % de los divorcios en el primer trimestre de 2021. “Algunas parejas que han resistido han salido reforzadas, pero en muchas otras se ha producido un distanciamiento y ahí es donde se puede empezar a mirar hacia otro lado y buscar fuera aquellas áreas que no se encuentran satisfechas en la relación”, explica Sanz.

Por su parte, la terapeuta de parejas Montse Iserte explica que el evento deportivo en sí no genera un problema matrimonial o una infidelidad, “aunque es cierto que un campeonato de estas características puede sustituir un espacio que antes era de la pareja y hacer que el no futbolero se pueda sentir desplazado. Algo que si no se gestiona bien puede resultar problemático”.

Una mujer muerde una manzana en una imagen de la aplicación de encuentros extramaritales Gleeden / GLEEDEN

¿Cómo funcionan estas páginas?

“Contactos de infidelidad y encuentros secretos” es el lema de Victoria Milan, otra de las principales aplicaciones --cuenta con más de 600.000 usuarios en nuestro país-- de citas para personas casadas y comprometidas. Para los infieles de Ashley Madison, cuyo lema es “la vida es corta, ten una aventura”, la discreción y el anonimato son también las condiciones más valoradas. Con alrededor de 1 millón de usuarios, Gleeden es el Tinder de las citas para adúlteros en España.

Estas tres aplicaciones tienen en común que son gratuitas para las mujeres y de pago para los hombres. En Gleeden, por ejemplo, los usuarios masculinos no tienen una cuota fija, pero deben elegir uno de los tres paquetes de 15, 40 o 100 euros para conseguir créditos y poder escribir y recibir mensajes, y acceder a los álbumes de fotos de las mujeres, que son quienes inician las conversaciones y pueden denunciar perfiles. En este aspecto, se podría decir que es la versión adúltera de la aplicación de dating Adoptaauntío.

El perfil de usuarios

Aun pagando para conocer a mujeres casadas, los hombres son mayoría en este tipo de plataformas --representan entre el 60 % y el 70 % de los usuarios totales--. “No es una cuestión de feminismo que para ellos tenga un coste y para ellas no”, explica Rúbies, quien añade que “cuando les haces pagar se piensan dos veces lo que van a decir, y nosotras queremos volver al mundo del cortejo y el donjuanismo con clase”.

Al mismo tiempo, entre el 70 % y el 80 % de los usuarios de estas aplicaciones están casados o conviven con sus parejas. “La media de edad está alrededor de los 37-38 años. Suelen ser personas que llevan 10 años con sus parejas y han perdido la chispa o simplemente quieren disfrutar de una aventura”, concluye Rúbies.