El Parador de Cardona es una majestuosa fortaleza medieval (siglo IX) que se eleva sobre un promontorio y ofrece una vista panorámica que abarca desde la Catalunya interior hasta el Pirineo. Fosos, torres y murallas góticas protegen el castillo, donde se encuentra la misteriosa habitación 712.
La citada estancia se ubica en la Torre Minyona, y su historia sucumbe al amor y al más absoluto misterio. Y es que la leyenda que envuelve a la habitación 712 del Parador de Duques de Cardona es uno de esos relatos para no dormir, lo que la convierte en el plan ideal para pasar un Halloween terrorífico.
La misteriosa habitación 712
Cuenta la leyenda que Adalés, la joven hija del vizconde Raimon Folch, se enamoró de un apuesto musulmán, un amor que, en aquella época, suponía un auténtico escándalo. Para evitar el escarnio público, el padre tomó cartas en el asunto y condenó a su sucesora a vivir encerrada en la habitación 712. Allí, aislada del mundo en una estancia de Torre Minyona, bajo encierro, la joven murió de pena.
El antiguo aposento de Adalés, la habitación 712, permanece vacía en la actualidad salvo que algún cliente solicite alojarse allí de manera expresa. Algunos dicen que, entre esas cuatro paredes, todavía pueden escucharse voces, golpes y lágrimas, y desde Paradores ni lo niegan ni lo desmienten. ¿Será la cercanía de la habitación con el ascensor y el cuarto de la limpieza lo que origina tales sonidos, o hay algo más?
Alojarse en el Parador de Cardona
Más allá de la leyenda, pernoctar en el Parador de Cardona es algo que hay que hacer al menos una vez en la vida. En el ambiente se respira majestuosidad; el restaurante, ubicado en el antiguo refectorio, es uno de los más singulares de todos los Paradores; y en su conjunto, la fortaleza es uno de los complejos medievales más impresionantes de Catalunya.
Pasar una noche en una habitación estándar de este castillo del siglo IX tiene un precio de 132 euros, mientras que la suite se dispara hasta los 264 euros.
Cómo llegar
El precioso casco histórico de Cardona, con sus calles empedradas y sus bonitas plazas, se encuentra a poco más de una hora en coche (94 kilómetros) de Barcelona. Desde el centro del pueblo hasta el Parador hay apenas 10 minutos a pie, eso sí, con un desnivel a tener en cuenta.
Una vez allí, en lo alto del promontorio, las vistas de Cardona, del Pirineo y del Parque Natural Montaña de Sal, que invita a dar un paseo otoñal en busca de minerales y rincones desconocidos, son inmejorables.