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Esta es la palabra que diría un andaluz en vez de alcachofa: el resto de españoles no la entienden
Se trata de un precioso término de origen árabe que todavía se utiliza en restaurantes y mercados para pedir esta verdura típica de la temporada invernal
La alcachofera es una planta herbácea, de origen etíope y egipcio, donde nace la flor de la alcachofa, una verdura muy apreciada desde la antigüedad cuyo cultivo se difundió por el Mediterráneo, primero, y hasta América, después.
En España la introdujeron los árabes, que la llamaron all-karcguff, un término que, con el tiempo, evolucionó hasta convertirse en 'alcachofa', de uso mayoritario, y la palabra que diría un andaluz en su lugar y el resto de españoles no entienden.
La palabra que diría un andaluz en vez de alcachofa
Si vas con un andaluz a un restaurante o un mercado, y en la carta o en los puestos de verduras hay expuestas alcachofas, seguramente salga a colación el término ‘alcaucil’ o ‘alcauciles’.
Se trata de una palabra que todavía se usa en muchas regiones de Andalucía, especialmente en los pueblos, por la gente mayor. Aunque los jóvenes andaluces también conocen su significado, a diferencia del resto de españoles.
Alcaucil en la RAE
Al buscar ‘alcaucil’ en el diccionario de la Real Academia Española (RAE) aparecen diferentes acepciones: tres hacen referencia a la alcachofa y una a un término vulgar usado por los argentinos para referirse a un soplón o delator.
Además, los sinónimos de alcaucil son alcachofa, alcachofera, alcacil, alcaucí, arcacil y alcací, según la RAE.
Un término de origen árabe
Al igual que albahaca, alubia, altramuz o alcachofa, entre otras plantas que empiezan con el artículo al-, el término 'alcaucil' proviene del árabe hispano.
En concreto, el artículo ‘al’ proviene del árabe, mientras que el resto de la palabra viene de ‘capitella’, un diminutivo del latín ‘caput’ (cabeza).
Un tesoro de la lengua española
Alcaucil es un término desconocido para muchos españoles, pero el ilustre político y escritor madrileño Francisco de Quevedo ya se refirió a las alcachofas de este modo en el año 1600: “Vos picáis como alcaucil”.
Más recientemente, en 1909, la escritora y folclorista Cecilia Böhl de Faber, conocida por el seudónimo Fernán Caballero, escribió en una de sus novelas cortas: “Los finchados alcauciles repudiaban todo parentesco con las alcachofas y cerdos”.
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