Al pasar la tarjeta RFID --identificación por radiofrecuencia-- cerca del sensor, la puerta corredera se cierra herméticamente hasta hacer crac. Una luz azul ilumina los tres metros cuadrados de la cápsula espacial de forma ininterrumpida y la temperatura sube minuto a minuto. Después de conectar todos los dispositivos electrónicos y tirar cuatro likes, un chino recita unas instrucciones muy concisas a través de un monitor LED de 26 pulgadas y pantalla de retina: “Escúchame, Evy, este puede ser el momento más importante de tu vida, ¡enfréntalo!” La luz roja del despertador parpadea. Fuera amanece y la misión está a punto de empezar. Una vez estirado y asegurado sobre el colchón de visco látex, se inicia la cuenta atrás: 3… 2… 1… ¡Despegando!
Dormir en un hotel cápsula en España es lo más parecido a colarse durante una noche en Gravity o 2001: una odisea del espacio, aunque con menos presupuesto para efectos especiales y en un plató mucho más reducido. El primero en ofrecer este tipo de alojamiento plagiado de los japoneses fue Optimi Rooms en Bilbao. En junio de 2021 ha abierto el segundo de ellos, Atypicap Capsule, en Puerto de la Cruz (Tenerife). Este octubre abrirán dos más en pleno centro de Madrid, y seguro que algún huésped pronuncia, al tumbarse en la cama o después de una sesión de besos, la mítica frase “Houston, tenemos un problema”.
Hoteles cápsula en Madrid
No, la foto superior no es de una lavandería supersónica con máquinas equipadas con la tecnología centrifugadora más innovadora. Se trata de Art Seven Hostel, que abrirá las compuertas de sus 56 habitaciones cápsula a mediados de octubre a escasos metros de la plaza Mayor. “La idea era crear un hostel de ciencia ficción. Miré las cápsulas por AliExpress y he decorado las zonas comunes con vinilos y neones”, expone a Consumidor Global Javier Vadillo, socio fundador de Art Seven Hostel, o lo que es lo mismo, el hostal del séptimo arte. Las 56 cápsulas están repartidas en 7 habitaciones compartidas --sí, cada una de ellas tiene el nombre de una película icónica de ciencia ficción-- y, además de un diseño futurista, cuentan con cargadores USB, televisión, climatización, ambientación lumínica regulable y caja fuerte para dejar las llaves de la nave.
Junto a la Estación de Atocha, en la calle Rafael de Riego, Oxygen Hotel abrirá sus 22 cápsulas --10 dobles y 12 sencillas-- al público el 28 de octubre. “Hace meses que lo tenemos todo preparado, pero, ante la falta de turistas extranjeros, hemos hecho alquileres largos”, explica la recepcionista de Oxygen. “En estos alojamientos puedes conocer gente, jugar con la tematización y después duermes solo”, apunta Álvaro Arrieta, director del máster en Dirección Hotelera y Restauración del CETT Barcelona, quien explica que en Tokio se dan este tipo de modelos de negocio porque tienen una manera muy individualizada de concebir el ocio, pero que en Madrid será más un hotel experiencia.
¿Quién quiere dormir en una cápsula espacial?
Puede ser atractivo para “un público extranjero con cierto poder adquisitivo que busca evasión. Aunque también puede interesar a los cosplayers --se disfrazan y representan personajes e ideas-- nacionales de la generación Z y Alfa. Los conocidos como frikis, que conciben la hostelería de una manera más interactiva”, detalla Arrieta.
Para la despedida de soltero de un cinéfilo o de un nerd, para un ejecutivo al que se le hace tarde, para jóvenes que salgan de fiesta por el centro, “nosotros queremos que esté abierto a todo tipo de público”, explica Vadillo, quien explica que en Art Seven Hostel hay desde habitaciones con dos cápsulas dobles que son ideales para una familia, hasta una sala con 22 cápsulas individuales.
¿Cuánto cuesta?
Los cuatro hoteles cápsula que hay en nuestro país --los dos de Madrid estarán operativos en octubre-- tienen unos precios casi idénticos. Mientras las cabinas individuales cuestan entre 23 y 28 euros, las dobles oscilan entre los 37 y los 40 euros, por lo que es una oferta de alojamiento bastante económica. En cuanto a las pernoctaciones, el promedio está entre 2 y 3 noches, igual que en un hostal al uso.
“Es una evolución de la típica habitación de hostel con literas, pero con una evolución en cuanto a privacidad y tematización, y a un precio muy competitivo”, apunta Arrieta, quien vaticina que en los próximos años vamos a ver nacer muchos espacios que mezclen el coliving y el coworking para nómadas digitales.
¿Qué opinan los astronautas de una noche?
Por lo general, las críticas que se pueden encontrar en Booking sobre Optimi Rooms (8,0) y Atypicap Capsule (8,6) son buenas. Los huéspedes valoran la originalidad y el toque futurista del hospedaje, y la buena atención del personal, pero también le encuentran algunas pegas. “La cara de sorpresa de mis hijos fue el no va más”, comenta una usuaria, pero “el ruido no me dejó dormir la primera noche”, añade. En la misma línea, numerosos usuarios se quejan de que las cápsulas están “poco insonorizadas” y que “la luz azul fija del botón para abrir la puerta desde dentro molesta a la hora de dormir”. Otros se quejan de que la televisión, “el único entretenimiento de la habitación, estaba en chino”.
Otra incomodidad que no ha convencido a algunos huéspedes es el calor que hace dentro de la cápsula y lo reducido del espacio. “La cápsula es enana. Da mucha sensación de claustrofobia”, lamenta una usuaria de Booking. Aunque Art Seven Hostel todavía no está abierto al público, Javier Vadillo recuerda que “la cápsula tiene una puerta bastante grande que se puede abrir. De este modo se convierte en una litera tradicional”.