“Es uno de los ámbitos donde las mujeres están más olvidadas. Es lo que pasa también en la literatura. Pero, poco a poco, se van abriendo paso muchas escritoras. En cambio, en la música clásica la desigualdad aún es atroz”, señala Maider Rodríguez, de la asociación Clásicas y Modernas. De hecho, el 95 % de los conciertos de las orquestas sinfónicas los dirigen hombres, tan solo el 1 % de las obras programadas son de compositoras y únicamente el 23% de los conciertos con solista tienen como tal a una mujer.
Así lo revela el estudio titulado ¿Dónde están las mujeres en la música sinfónica?, en el que participó la asociación mencionada junto a la Fundación SGAE, y la asociación Mujeres en la Música, que analiza la presencia de mujeres músicas durante la temporada 2018/2019, la última de la que hay datos. Pero, si actualmente las cifras son demoledoras, antes era peor. Por ello, el sello discográfico La Boîte à Pépites se ha encargado de rescatar a compositoras olvidadas.
El proyecto
Héloïse Luzzati, violonchelista y fundadora de Elles women composers, centro de investigación y difusión de la obra de mujeres compositoras, explica a Consumidor Global que este proyecto nació con la creación de un canal de vídeo, con el fin de descubrir la vida de mujeres compositoras en diferentes formatos, desde un documental hasta dibujos animados. “El festival Un Temps pour Elles lanzado en 2020 también contribuyó al desarrollo del proyecto. Y finalmente, el lanzamiento este año del sello discográfico La Boîte à Pépites fue un tremendo acelerador para nuestra organización”, destaca.
“Hace unos años, la cuestión del papel de la mujer en la historia de la música empezó a cobrar cierta importancia en mi vida. ¿Cómo pude haber pasado tantos años sin haber tocado nunca una pieza compuesta por una mujer?”, se pregunta Luzzati. “Largas horas dedicadas a la lectura de manuscritos o ediciones originales nos han permitido desenterrar piezas que nos parecían merecedoras de un buen lugar en el repertorio musical estándar. En este terreno fértil, nuestro deseo, incluso nuestra convicción de la absoluta necesidad de compartir estas obras ha ido fortaleciéndose”, comenta.
Discos y precios
El pasado 22 de abril, se lanzó el primer álbum compuesto por tres CDs con composiciones de Charlotte Sohy, quien dio vida a 35 obras, compuestas para todas las formaciones musicales y aún hoy inéditas. “Se trata del primer volumen de una colección destinada a destacar las obras de las compositoras”, subraya la discográfica. Su precio es de 19,99 euros.
Tal y como asegura Luzzati, la acogida de este primer disco superó las expectativas con más de un millón de streams en las plataformas, un lanzamiento en Reino Unido y Estados Unidos, y también unas ventas físicas muy positivas. “Se puede comprar en nuestro sitio web o a través de cualquier distribuidor de discos. También está disponible en todas las plataformas como Spotify”, añade.
Rescatar la música
“Las mujeres que componen música han existido siempre. A pesar de ello, ocupan un lugar ínfimo en la historia de la música oficial y, hoy, apenas el 4% de las obras musicales programadas en concierto están escritas por compositoras”, informa la fundadora de Elles women composers, quien realiza un tedioso proceso de investigación en las búsqueda de mujeres compositoras, desde archivos inexplorados hasta la actuación en una sala de conciertos.
“Se puede leer un libro, mirar un cuadro, pero la música si no se toca o se graba, no existe. Pocas personas pueden escuchar música internamente con sólo leer una partitura. En consecuencia, se hace necesaria la necesidad de un intérprete entre el compositor y el oyente y su ausencia refuerza el desconocimiento de la obra de los compositores”, explica Luzzati
El papel de la mujer
Sandra Gonfaus, periodista especializada en género, aplaude la iniciativa de la discográfica y reconoce que es una “brillante” forma de dar a conocer muchísimas obras que, por el hecho de ser creadas por mujeres, quedaron en el olvido. “De todas formas, creo que es importante tener presente que, pese a la buena intención que existe tras esta iniciativa, será un proyecto con grandes carencias producidas por las consecuencias históricas del patriarcado. Es decir, pese a que se podrán recopilar muchísimas, otras quedarán en el olvido debido a la ignorancia de su existencia”, apunta.
“Durante mucho tiempo, las mujeres hemos tenido que firmar nuestras obras con nombres de hombres o como ‘Anónimo’ para tener alguna posibilidad de recorrido, por lo que pese a que seguramente nuestras obras hayan tenido éxito nunca se sabrá si fueron producidas por mujeres”, señala Gonfaus. “De hecho, no hace falta irnos al siglo XIX para ver cómo se realizaban estas prácticas. La propia Beatriz Luengo, hace unos años, declaró que durante mucho tiempo firmaba sus creaciones con el único nombre de su marido, el conocido cantante Yotuel Romero”, finaliza.