Loading...

Destrozamos un televisor y una vajilla por 50 euros en la única habitación de la rabia de España

El centro de ocio Axerum ofrece una sala antiestrés con todo tipo de objetos para hacer pedazos que tiene una lista de espera de una semana

Teo Camino

Una pareja en la única habitación de la rabia de España para destrozar un televisor y una vajilla / AXERUM

Axerum tiene la única habitación de la rabia de España. Está en una nave industrial de Vilanova i la Geltrú, a media hora en coche de Barcelona, y pone a disposición de los clientes palos de golf y barras de hierro para destrozar desde televisores hasta vajillas y botellas de cava. ¿Con qué objetivo? Sacudirse el estrés de encima.

 

¿Cuántas veces has pensado en romper cualquier cosa para sentirte mejor después de un mal día en el trabajo? ¿Cuántas veces habrías estampado el televisor contra la pared porque el Barça o el Atlético de Madrid no meten un gol ni al arcoíris? Por entre 30 y 60 euros, en función del tamaño de los objetos a destrozar, Axerum ofrece la posibilidad de hacerlo durante una hora con seguridad y sin remordimientos. Una experiencia catártica que Consumidor Global ha probado en primera persona.

Lo primero al entrar en una habitación de la rabia es protegerse

Suena la canción SloMo, de Chanel, y la tensión va en aumento. Toca desprenderse del jersey y enfundarse un mono color caqui, como los del paintball, y unas botas reforzadas.

La habitación de la rabia del centro de ocio Axerum antes de desahogarse / CG

Entiendes que la cosa va en serio cuando Albert Soler, el propietario de Axerum, te entrega un casco de policía antidisturbios, te aconseja bajar la visera con bisagra y te alienta como a un espartano: “¡Dale duro y chilla todo lo que quieras!”. ¿Dónde me he metido?

Quitarse tensiones y el estrés de encima

Una vez dentro de la habitación de la rabia, todo lo que no puedes hacer en la vida real es posible. Aquí, todo vale. Reina el silencio y decides empezar por un objeto pequeño, una botella de vidrio, por ejemplo. La colocas con mimo sobre la única mesa, coges la barra de hierro y ¡zas!: la destrozas en mil pedazos. Se te dibuja en la cara una sonrisa maléfica. Las pulsaciones suben. 

 

Acto seguido, pillas un plato y lo haces añicos contra la pared. Y te acuerdas de la última bronca de tu jefe. Estás listo para algo más grande. Coges un viejo altavoz y desatas toda tu rabia sobre él. Hundes la barra, y se encalla, pero insistes hasta partirlo por la mitad y convertirlo en un montón de astillas. Te cae una gota de sudor y estás jadeando, pero te sientes bien. ¿Quién dijo estrés? Hoy estás exultante. ¿Quién era tu ex? Hoy puedes con todo.

La satisfacción de romper cosas 

Tras hacer pedazos tazas, botellas de cava por doquier, un router y una impresora, te tomas un merecido descanso y admiras tus logros. Ha llegado la hora de la verdad. Ha llegado el plato fuerte de la tarde. Ha llegado el momento de no reprimir ese instinto reprimido desde pequeño: un televisor con culo de 42 pulgadas igualito al que tenías cuando a España le robaron el Mundial de Corea y Japón. 

Agarras el palo de golf, palpas la empuñadura de goma como Sergio García antes de patear un green de larga distancia, te concentras, cargas el brazo, dejas la mente en blanco y hundes la punta metálica del palo en el centro de la pantalla. Con todas tus fuerzas. Con los ojos cerrados. Descargando toda tu adrenalina en ese objeto inanimado. Golpe a golpe. Con una furia desatada. Como si no hubiera un mañana. Con las pulsaciones a mil. Hasta reducirlo todo a escombros. ¡Eres el nuevo Hulk!

La habitación de la rabia de Axerum después del destrozo / CG

Hora del relax y la ataraxia

Al salir de la habitación de la rabia, eres otro: estás bañado en sudor y hacía tiempo que no te sentías tan relajado, tan en paz. De repente, tu jefe ya no te parece tan malvado. Incluso entiendes a tu ex. De hecho, abrazarías a cualquier persona que se cruzase en tu camino.

La fachada del centro de ocio Axerum / CG

Te sientas cómodamente en uno de los sofás de la terraza y Albert te ofrece una cerveza. Estás como en un estado de ataraxia: la ausencia total de deseos y temores. Casi anestesiado. Ahora, después de romperlo todo, estás dispuesto a construir de nuevo.

¿Una buena solución o terapia? Hablan los expertos

La habitación de la rabia “está muy bien como divertimento y puede aliviar el estrés a corto plazo porque ayuda a liberar endorfinas y reducir el cortisol, como hacer boxeo, pero no ataca el problema de raíz”, expone a Consumidor Global el psicólogo del Gabinete Equilibrium, Miguel Ángel Garabal.

Liberar la tensión con agresividad “puede dejarnos exhaustos, pero la causa de nuestro malestar no desaparecerá”, apunta la especializada en psicología clínica, Silvia Sanz, quien explica que el deporte o la meditación, a nivel fisiológico, son más sanos y sí ayudan a canalizar el estrés. La habitación de la rabia “no puede sustituir ninguna terapia. Existen técnicas muy eficaces en psicoterapia para afrontar el estrés, la ira y el malestar sin tener que romper objetos”, sentencia la experta.