DAZN pone más difícil cancelar su suscripción con este cambio de condiciones: “Vaya vergüenza”

2022 ha sido un año de cambios y novedades constantes en DAZN. La adquisición de los derechos de la Liga Santander, los distintos acuerdos con operadoras como Movistar y Orange o el diseño de sus nuevos paquetes de suscripción son prueba de las distintas iniciativas que la plataforma de streaming deportivo ha puesto en marcha estos meses. Sin olvidar, por supuesto, la famosa subida de precios de las suscripciones, la eliminación de la reproducción simultánea o los fallos técnicos durante el arranque de la Liga que dejaron a muchos aficionados sin poder ver a sus equipos favoritos. Ahora, la app llega con otro polémico cambio a partir de noviembre: habrá que dar un preaviso si se quiere cancelar la suscripción.

Un simple correo electrónico ha bastado a la que aspira a ser la plataforma reina del deporte para enfadar a muchos de sus suscriptores. Se trata de un cambio en sus términos y condiciones, que entrará en vigor el 3 de noviembre y que trae como principal novedad la necesidad de establecer un periodo de notificación anticipada de 30 días para cancelar cualquier suscripción.

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Preaviso para darse de baja en DAZN

Esto es, y la propia DAZN lo ejemplifica en su correo, que, si tu fecha de facturación es el 20 de septiembre y decides cancelar el 15 de septiembre, tu suscripción estará activa (y, obviamente, podrás ver DAZN) hasta el 15 de octubre. Es decir, que el 20 de septiembre recibirás el cargo correspondiente a los 25 días de suscripción que restan hasta el 15 de octubre.

En otras palabras, en lugar de cancelar tu suscripción en la siguiente renovación del periodo de facturación, la baja se hará efectiva 30 días después de solicitarla. Así, la cuenta seguirá activa hasta entonces y se cobrará la parte proporcional del siguiente periodo de facturación. Un ajuste que los suscriptores de la plataforma no han visto con buenos ojos.

Una plataforma más

“Es horrible. Imagina que sólo quieres ver la Copa del Rey de tu equipo y pierde en la primera ronda. Te tienes que comer una mensualidad por la cara”, cuenta con indignación Xavi Sánchez a Consumidor Global. Para Darío García, DAZN se ha convertido en una plataforma más como Netflix o Amazon. “Se vendían como una aplicación de streaming deportivo barata y, una vez que te enganchas a su servicio, te suben el precio y te empeoran las condiciones, me parece fatal”, opina.

Y es que muchos clientes defienden esa idea romántica de que DAZN llegó a España para dar “esperanza” a esas personas que querían disfrutar del fútbol sin tener que dejarse una gran cantidad de dinero en alguna de las grandes operadoras de siempre. En los últimos meses todo eso ha cambiado por medidas como esta última, que obliga a los clientes a pensar un margen concreto para dar de baja sus servicios. “DAZN entró como un salvavidas en España para la gente que quería consumir deporte a bajo costo. Con el paso del tiempo se lo han cargado todo. Vaya vergüenza”, escribe en Twitter Adrián M.

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DAZN defiende la “flexibilidad” para cancelar

El famoso correo que ha llegado a los usuarios de DAZN también informa de “la modificación de la redacción de algunas secciones para facilitar su comprensión”, según la plataforma. Además, aseguran que han reforzado las medidas contra la piratería y el uso no autorizado del Contenido de DAZN. Se refiere a la insistencia de la aplicación en que la suscripción es personal e intransferible y no se debe compartir la contraseña con nadie.

Por otro lado, se ha añadido más información sobre la duración de los distintos planes, los procesos de facturación y los cargos bancarios. Según DAZN, todo ello se detallará a partir de ahora durante el proceso de registro de cada cuenta. A las preguntas de Consumidor Global sobre estas nuevas condiciones, la plataforma se ha limitado a contestar que los ajustes responden a “un cambio en todos los mercados de DAZN, no específico de España”. También defienden que “se mantiene la flexibilidad para cancelar la suscripción”, aunque con ese preaviso de 30 días, que ya obliga a los clientes a pagar de más pese a no querer seguir con el servicio.