Los menores están en continua exposición a las pantallas, ya sea con móviles, tabletas o portátiles. Los videojuegos se convierten en el principal entretenimiento para muchos, y es que los menores españoles pasaron en 2021 una media diaria de 4 horas ante las pantallas, según un informe de Qustodio sobre hábitos en el mundo digital. Esto agrava el problema de los micropagos online, con los que los jugadores pueden gastar cantidades de dinero en videojuegos a través de loot boxes o cajas de recompensa.
La industria del gaming se ha consolidado en el mercado nacional. Según un informe de la Asociación Española de Videojuegos, España cuenta con 18 millones de videojugadores, de los cuales 3.24 millones son menores de 14 años. Atrás quedaron los tiempos en los que los videojuegos se compraban en una tienda física y no se volvía a pagar por ellos. La llegada de internet ha provocado que cualquier juego electrónico pueda ser adquirido de manera online y ofrezca a sus jugadores micropagos.
Así son los modos de pago en videojuegos online
Este modelo de negocio permite a los usuarios obtener elementos virtuales en el juego a cambio de dinero real. Son herramientas que incluyen mejoras en los juegos, pero que también suponen un peligro para los padres. Existen tantos micropagos como variantes en los juegos. Desde free to play hasta loot boxes.
Los primeros hacen referencia a aquellos juegos gratuitos, que incluyen mejoras para desbloquear objetos, potenciar experiencias o perfeccionar la estética. Por otro lado, las loot boxes son cajas de botines o recompensa por las que pagas con dinero real a cambio de un premio aleatorio.
Similitudes con los juegos de apuestas
El Ministerio de Consumo tramitará una ley para regular estas cajas de recomensa por su similitud con los mecanismos usados en los juegos de azar tradicionales, que pueden derivar en conductas compulsivas o patológicas. De hecho, según datos del Plan Nacional sobre Drogas del Ministerio de Sanidad, 3 de cada 10 menores gastaron dinero en videojuegos en 2021.
Desde Qustodio recomiendan a los padres evitar configurar las tarjetas bancarias en herramientas que los menores utilicen para jugar. Además, advierten que aunque muchas veces los niños sepan que no pueden usarlas, los juegos electrónicos están diseñados para fomentar el gasto y los menores pueden verse empujados por la propia app a ello.