La Navidad ha llegado a su fin y ahora toca volver a la normalidad. Sin embargo, lo más frecuente por estas fechas es que la despensa de casa esté repleta de productos que han sobrado después de tantas comidas familiares.
Así, muchos consumidores tienen para largo turrones, mazapanes y polvorones. Aunque todos estos dulces suelen aguantar bastante tiempo, en el caso del turrón es recomendable aplicar algunos consejos de conservación.
Fecha de caducidad vs consumo preferente
La diferencia entre fecha de caducidad y consumo preferente es fundamental. La primera establece un plazo límite que si no se cumple, la ingesta del alimento puede suponer un problema para la salud. Es el caso de los productos frescos, por ejemplo.
En cambio, la de consumo preferente indica el tiempo que el alimento conserva su calidad óptima. Es decir, su sabor, su textura, su aroma y su valor nutricional. Se suele aplicar en productos menos perecederos. Partiendo de esta base, cabe destacar que la mayoría de los turrones están marcados por fechas de consumo preferente de unos 10 o 12 meses de duración.
Cómo conservar el turrón
Normalmente, las tabletas de turrones vienen marcas por plazos de consumo preferente. Eso sí, estos plazos pueden variar una vez que el producto está abierto.
Si el consumidor opta por dejar el turrón en la nevera, debe saber que la actividad microbiana disminuye casi totalmente, por lo que es lo más seguro para la salud. En el caso de dejarlo fuera del frigorífico y si la tableta no ha sido abierta, lo mejor es que se guarde en un sitio seco y fresco donde no le dé la luz.
¿Con envase o sin él?
Da igual si se guarda dentro o fuera de la nevera, lo imprescindible es dejar el turrón en su propio envoltorio. De hecho, los expertos recomiendan envolverlo en papel de aluminio si el papel estuviese roto.
Además, también es recomendable mantener el turrón a oscuras. Es por ello que se aconseja reforzar el envoltorio si se guarda en el frigorífico. Esto se debe a que la luz suele favorecer la oxidación de estos dulces.