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Cine a ciegas en Madrid: ¿pagarías una entrada sin saber qué película vas a ver?
Cada mes, los Cines Embajadores de Madrid organizan una sesión sorpresa de la que no se conoce nada y al mismo precio que una proyección de cartelera
Dejarse evadir por la magia del séptimo arte es un plan ideal que ha triunfado siempre en las ciudades. Por eso, existen salas con todo tipo de programación y para todos los gustos y públicos. En Madrid, los Cines Embajadores han querido ir más allá y ofrecer un plan distinto y original: una sesión a ciegas en la que no se sabe absolutamente nada de la película que se va a proyectar.
“¿Recuerdas aquel día que fuiste al cine sin saber qué película ibas a ver? Al final resultó ser una que jamás has podido olvidar”. Con este mensaje se propone al espectador una iniciativa diferente y exitosa, tanto que llega incluso a agotar entradas. “Queremos proponerte una cita a ciegas con el cine, una película de la que no sepas nada de nada, ni siquiera su título”, añaden en la web de estos cines.
La “confianza” del espectador
Y esto es, tal y como explica Fernando Lobo, responsable de programación de las salas, “un ejercicio de confianza” que asume el espectador para comprar una entrada sin saber lo que se va a encontrar el día de la proyección. “No sabe si va a ver un clásico, una película de estreno, si va a haber música en directo o si tendrá coloquio al final. La idea es dar una porción de adrenalina extra para ir a vivir la magia del cine”, describe Lobo a Consumidor Global.
Estas sesiones a ciegas se suelen realizar una vez al mes y entre semana, “aunque no hay una frecuencia fija”, señala el responsable de programación. La última se celebró el pasado 11 de marzo y resultó ser el preestreno de la película argentina Puan, con Leonardo Sbaraglia en el reparto y que llega a las salas españolas el 22 de marzo.
El día que Almodóvar fue a una sesión a ciegas
Porque, sí, se puede visionar una película aún no estrenada. “Esto se consigue gracias a acuerdos con las distribuidoras. A veces se lo proponemos nosotros y otras son ellas las que nos lo comentan porque también les sirve de herramienta promocional”, detalla el responsable de programación.
Una de las anécdotas más curiosas de estas sesiones a ciegas fue una proyección de Hable con ella en la que estuvo entre las butacas y, por supuesto de sorpresa, el director Pedro Almodóvar. “Queríamos hacer un coloquio con él, pero sabíamos que iba a ser complicado. Entonces, tuvimos la idea de hacerlo sorpresa. A él le gustó la idea y aceptó. La gente flipó cuando se encendieron las luces de la sala y estaba ahí”, recuerda Lobo.
Banda sonora en directo
Además de películas de larga duración, también se han hecho sesiones de cortometrajes e incluso proyecciones con banda sonora en directo, como fue el caso de The Artist. La cinta premiada con el Óscar a Mejor Película en el año 2012 fue la elegida para una sesión en la que un piano, una viola y un clarinete sonaron durante toda la proyección.
“La gracia está en no tener ni idea de lo que te puedes encontrar. Puede que hubiera quien en la semana que se estrenaron Barbie y Oppenheimer pensara que iba a verlas antes que nadie, pero el concepto es otro, el de sorprender y ver una buena película, aunque sea menos conocida”, subraya Lobo.
Una sesión que agota entradas
Otras cintas que se han proyectado han sido El triángulo de la tristeza, 20.000 especies de abejas o el preestreno de Robot Dreams, la reciente nominada al Óscar a Mejor Película de Animación. El precio de las entradas para las sesiones de cine a ciegas es de 7 euros, el mismo que el de una película cualquiera que se proyecte ese mismo día. “A veces, si se trata de un evento especial en el que por ejemplo va a haber música en directo lo subimos un poco”, matiza Lobo.
El responsable de programación de Cines Embajadores celebra la acogida que ha recibido la iniciativa durante estos meses. “Las reacciones son buenas porque el público que viene ya está muy predispuesto a disfrutar. Sabe que vamos a poner una buena película y que se lo van a pasar bien”, señala. Además, la mayor prueba del éxito de la iniciativa es que casi siempre se agotan las entradas.
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