Ir al cine es uno de los planes favoritos de niños y mayores. Esas salas oscuras han sido testigo de nuestras mayores carcajadas, los peores sustos y, sobre todo, las mejores historias. El cine tiene un ambiente propio que hace que ver una película se convierta en una experiencia única. Y algunos millennials quieren recuperar el cine de barrio, el de toda la vida.
Sin embargo, este sector también es uno de los más castigados económicamente desde hace años. Quizás, por eso sorprende que jóvenes entre 30 y 40 años, viendo que los cines en los que se habían criado cerraban, se hayan lanzado a abrir sus propias salas, dotándolas de ese carácter propio de su generación, pero sin perder la esencia tradicional.
Las salas, tocadas pero no hundidas
Según los últimos datos aportados por la Asociación para la Investigación de Medios de Comunicación en referencia a 2021, en España hay más 3.500 salas de cine operativas. Esta cifra es inferior a la registrada en 2019, cuando ascendían a 3.593. Sin embargo, el número de cines del pasado año sí que es mucho más bajo respecto a antes de la pandemia. En concreto, en 2021 se calcularon un total de 706 cines, 17 menos que en 2019, cuando había 723.
Por comunidades, Andalucía es la que más salas tiene de España, con 645, según detalla la misma asociación. De esta manera consigue superar a Cataluña, con 612. Por detrás se encuentra Madrid, con 519. Estas tres comunidades juntas reúnen la mitad de las salas existentes en España. Las provincias que menos tienen, por otro lado, son las que corresponden a la España Vacía. Con menos de medio centenar, se encuentran Melilla, Teruel o Jaén.
El nuevo cine millennial aúna tradición y modernidad
El cine, aunque se encuentra en un momento delicado, lucha por volver a ser el que era. Y para eso nada mejor que la mano de las generaciones más jóvenes. Desde antes de la pandemia, muchos cinéfilos se lanzaron a la aventura de poner en marcha sus propias salas. En Madrid, uno de los casos más populares es el de los Cines Embajadores. Pero no es el único. En la capital también destaca Artistic Metropol, que se ha convertido en la sala independiente de referencia. “Vi que había un hueco de salas de cine independiente y me lié la manta a la cabeza y lo monté”, afirman a este medio fuentes del negocio.
Lo mismo ocurre en otras ciudades de España. Como en Ferrol, donde Ramiro Ledo decidió continuar con la tradición cinematográfica de la familia Álvarez y se hizo con Dúplex Cinema, combinando la tradición con la modernidad. Otro ejemplo es el de Cines Ciutat, un espacio cooperativista de Palma de Mallorca que tiene como objetivo la difusión de la cultura.
Cartelera alternativa
Uno de los rasgos diferenciadores de estos nuevos cines es su cartelera. Algunos de ellos, como los Cines Embajadores o Dúplex Cinema, apuestan por combinar películas de estreno con cine de autor. “Proyectamos principalmente estrenos, pero también películas de repertorio. Tenemos una cartelera de películas de autor combinada con estrenos normales”, explica la gerente de la sala ferrolana. Por su parte, Artistic Metropol hace una apuesta más alternativa. “Siempre tenemos en cuenta que sea cine independiente. Apostamos mucho por el español, películas que no se proyectan en muchos cines de Madrid. Tenemos varias en exclusiva. La exigencia de exhibición también hace que muchas filmes no se mantengan en cartela. Y nosotros le damos esa vida extra”.
Lo que tienen en común todos estos lugares de encuentro es su reducido espacio. Las salas de proyección cuentan con menos de 70 butacas, convirtiendo la sesión en una experiencia íntima. Además, haciendo alarde de esa modernidad y con una mente más abierta, cuentan con sesiones denominadas ‘Sesión Teta’, donde las madres lactantes pueden acudir a ver las películas mientras dan de mamar a sus bebés.
Una opción barata
Pero si algo conquista a los usuarios de estos cines es lo baratos que son. Podemos acudir a ver una de las películas proyectadas en Cines Ciutat por un precio que va desde los 3,90 euros hasta los 7 euros, dependiendo de la sesión. Dúplex Cinema tiene un coste fijo de 6,60 euros por película, mientras que Cines Embajadores son famosos por su oferta de película y consumición por 6 euros.
“La primera vez que entré en Cines Embajadores y me dijeron que la entrada costaba 6 euros y que encima podía tomar algo sentí que les estaba robando. Acostumbrado a pagar más de 10 euros en los grandes cines. Esto ha sido una de las cosas que me han convertido en un cliente fiel”, afirma a este medio Raúl, un enamorado del cine.
Vuelta a la esencia de cine de barrio
Sus pequeñas salas y el carácter intimista de sus espacios recuerdan mucho a los cines del siglo pasado. Precisamente es esto lo que quieren conservar los nuevos dueños y es lo que le premian sus usuarios. “Tener una sala para ti o en la que hay muy poca gente, sin ruido, y poder disfrutar de la película era algo que echaba mucho de menos”, destaca Rubén a la salida de uno de estos cines madrileños.
Además, su supervivencia también ayuda a mantener viva la zona en la que se ubican. “Ofrecemos una oferta cultural mucho más amplia. De hecho, aquí viene gente no sólo de Ferrol, sino también de otros lados, incluso desde Betanzos. Es un cine necesario para enriquecer la zona”, remarcan desde Dúplex Cinema.