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Chupi-postre: así son los primeros cócteles de España que se comen
Abre en Barcelona Las Jellys, el primer local que ofrece coctelería gelatinosa esferificada a domicilio
Hay coctelerías escondidas detrás de la puerta de una nevera, como Paradiso, en Barcelona, donde presentan sus creaciones etílicas en una gran concha de mar. “Mediterranean treasure”, lo llaman. El restaurante madrileño Zielou, por ejemplo, sirve cócteles de color azul en un formato sorprendente: bocas de hipopótamos. Recientemente, dos de los mejores bármanes del mundo han abierto en el ensanche barcelonés Sips, una drinkery house sin barra en la que ofrecen brebajes de autor. Y cuando uno piensa que todo está inventado, justo en la acera de enfrente, en la esquina de Valencia con Muntaner, descubres que acaba de abrir un nuevo local. Las Jellys, reza un colorido letrero. ¿Es una pastelería, una coctelería o un mix de las dos? Cocinan mojitos y margaritas, entre otras recetas clásicas, con gelatina. Porque los cócteles, desde hoy, también se pueden comer.
Todo empezó con una videollamada en pleno confinamiento, cuando un físico catalán y un publicista mexicano se preguntaron: “¿Qué podemos montar?”. Y la inspiración surgió “al fusionar nuestra pasión por el mundo de la coctelería con la cultura mexicana de los postres de gelatina”, explica Pablo Quijano, uno de los fundadores de Las Jellys y propietario de la cadena de hamburgueserías Bro Room. Tras un año de pruebas y trabajo con un ingeniero agrónomo y varios cocteleros, Las Jellys acaba de abrir sus puertas y, tal y como expone a Consumidor Global su otro fundador, Dani Roig, “ya hemos recibido muchos encargos”. Normal. ¿Quién no quiere sorprender a sus amigos con el postre más original y divertido que se puede encontrar? ¡Que empiece la fiesta!
Cubatas comestibles
“Chupi-postre” es el nombre con el que las han bautizado algunos. A medio camino entre un chupito y un postre, las Jellys son una gelatina con una esferificación líquida en su interior que puede ser de ocho sabores distintos --mojito, cosmopolitan, manhattan, piña colada, moscow mule, alexander, margarita y sex on the beach--.
“Hechas con nocturnidad y alevosía”, según reza el eslogan, las Jellys tienen 19 grados de alcohol --cuatro unidades equivaldrían a un cubata--, están hechas con destilados prémium como vodka Absolut y ron Barceló, y prometen cambiar la experiencia de ‘echar un trago’ por ‘zamparse un bocado explosivo’. La idea es "trasladar el mundo de la coctelería al salón de casa, pero aportando una experiencia de consumo completamente diferente”, apunta Roig.
¿Cómo se come un cóctel?
Es un producto para compartir y sorprender a los invitados en una cena o en una fiesta en casa, y debe guardarse en la nevera hasta el momento de consumirlo en un máximo de 48 horas desde su compra.
Tienen aspecto de mochi y se comen enteras como una ostra. Tras añadirle un poco de sus toppings correspondientes, que tienen un aspecto un tanto curioso, gran parte de su encanto es ponérsela entera en la boca y sentir la refrescante y sabrosa explosión etílica. “Aunque al principio era un poco escéptico, al probar la primera de mojito, una receta que he preparado mil veces, quedé realmente sorprendido”, confiesa Manuel Rovira, un reputado coctelero con más de veinte años de experiencia. “La sensación en boca y las texturas eran completamente diferentes, pero mantenía una gran complejidad organoléptica y todos los matices del cóctel original”, añade este profesional. De hecho, tal y como aseguran Quijano y Roig, el de mojito y el de cosmopolitan son los que más éxito tienen.
¿Cuánto vale un chupi-postre?
Las Jellys se venden en packs de doce unidades y se puede escoger entre el Caribe Mix --mojito, piña colada, margarita y sex on the beach-- y el Urban Nights --cosmopolitan, manhattan, moscow mule y alexander--, aunque “las posibilidades son infinitas”, apunta Roig. También se puede comprar una dosis individual. A partir de septiembre el precio será de 26 euros la caja (algo más de dos euros por Jelly), pero durante el mes de agosto, como están de lanzamiento, sale a 15 euros.
Aunque la idea de estos emprendedores es vender las Jellys también a través de Glovo, por el momento solo se pueden solicitar a través de su página web, por Whatsapp y por teléfono. “La gente lo reserva como el que va a comprar un pastel”, sentencia Roig, quien explica que todavía es un producto muy novedoso, pero que la idea es llevar el chupi-postre a las casas de toda España y más allá.
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