Su fachada la adornan varias guitarras eléctricas expuestas en unos escaparates capaces de llamar la atención a cualquier melómano o curioso que pase por la calle. A simple vista parece una tienda de música, pero si se echa un vistazo detrás de las guitarras lo que hay es el salón de un restaurante.
Bosco es una histórica tienda de instrumentos musicales ubicada en la calle Fernández de la Hoz, 78, en Madrid, cerca de Nuevos Ministerios. Por ella han pasado artistas de la talla de Mecano, Sabina o Alaska, pero, como dice Dan Dapena, propietario del local, “aquí han venido todos”.
Todos los artistas de los 80
Lo que ha sido un punto de encuentro y referencia para músicos de primer nivel desde su nacimiento en los años 80 se ha transformado ahora en restaurante para dirigirse no solo a músicos, sino a público en general. Eso sí, el negocio de la tienda sigue en funcionamiento y, de hecho, todas las guitarras expuestas en el local están a la venta.
Dan Dapena es hijo de Ana y Johnny, un dúo de música pop y balada romántica que llegó a ocupar las primeras posiciones de las listas de éxitos en la década de los 70. Tras su disolución, el matrimonio se lanzó al negocio de la venta y alquiler de instrumentos y equipos de sonido, siendo los primeros en traer a España marcas como Bose o Istanbul.
Fusionar cocina y música
Tras más de 40 años suministrando guitarras e instrumentos a bandas de todo tipo, no solo de los 80 sino también a grupos de los 2000 como El Canto del Loco, el hijo del matrimonio ha querido mantener el legado musical convirtiendo el local en un sitio en el que “comer rico y disfrutar de buena música en directo rodeado de guitarras que puedes llevarte a casa”, cuenta Dapena.
“Le hemos dado una vuelta de hoja a la tienda. Siempre me ha gustado la hostelería y la cocina me parece muy creativa, como la música, por eso creo que son dos conceptos que maridan muy bien”, explica el propietario de Bosco, quien recalca que el servicio de tienda se ofrece en el mismo horario que el del restaurante. “Así, si a alguien se le ha roto una cuerda a las 12 de la noche puede conseguirla y, si después de cenar quieres probar una guitarra, puedes hacerlo”, detalla.
Un reservado para firmar contratos discográficos
El restaurante cuenta con varios espacios repartidos en dos plantas. “Arriba tenemos una sala privada para reuniones de 20 o 30 personas con menús cerrados a unos 40 euros”, cuenta Dapena. Esta sala emula el despacho de una discográfica de los años 80, con discos de vinilo e instrumentos colgados en las paredes y unas vistas privilegiadas al salón principal y al escenario.“La idea es que te sientas como si estuvieras firmando un contrato discográfico de Warner Music en los 80”, describe el empresario.
Contigua a esta sala hay otra habitación que sirve para celebrar cocktails y eventos como conciertos en acústico o entrevistas. “Recientemente ha estado por aquí Dani Martín con motivo de su serie documental El Camino que, por cierto, ha sido cliente desde hace muchos años con El Canto del Loco”, subraya Dapena.
Música en directo
Abajo se encuentra el salón principal, decorado al completo por guitarras y bajos que van desde los 150 hasta los 25.000 euros. En el techo cuelgan los únicos instrumentos que no están a la venta en la tienda, varias decenas de platillos de batería fabricados con estaño y bronce.
Un detalle curioso es la iluminación del restaurante, que es obra de Fluge, empresa suministradora de equipamiento audiovisual para giras y espectáculos de primer nivel. Y es que no hay que olvidar que Bosco también cuenta con actuaciones de música en directo. “La idea es que haya música todas las noches, pero no es plan de que un lunes haya más músicos que comensales, iremos estudiando cómo hacerlo”, señala el dueño de Bosco.
Menús diarios a 14,90 euros
El ticket medio de Bosco está entre los 30 y 40 euros, aunque cuenta con menús del día por 14,90 euros. “Y si solo te pides una hamburguesa y una cerveza la cuenta no te va a salir a más de 20 euros”, indica el propietario.
La propuesta gastronómica de Bosco fusiona cocina mediterránea con estilo americano de la mano del chef Salvatore Corradino. Además, cuentan con una carta de cócteles personalizada por David González, jefe de cocina de DiverXO, con vasos tematizados con forma de instrumentos como guitarras o saxofones.