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¡Date prisa! Las bicibirras están en peligro de extinción en España

Los ayuntamientos ponen cada vez más trabas a esta original alternativa de ocio que consiste en pedalear y beber cerveza en grupo mientras se recorre una ciudad

Teo Camino

Pasajeros preparados para empezar a rodar en una de las bicibirras que hay en España / BICIFIESTA

Llegaron por carretera desde Ámsterdam, Múnich y Londres hace una década y se instalaron en grandes ciudades como Madrid o Valencia y en puntos turísticos como Benidorm o Ibiza. Al principio, cuando paseaban su alegría por las calles mientras celebraban una despedida de soltero, recibían las miradas atónitas de los transeúntes. Algunos se quejaron porque consumían alcohol en la vía pública. Otros porque enlentecían el tráfico --se impulsan con el pedaleo de sus ocupantes y van a un máximo de seis kilómetros por hora--. Y un buen día, con el cambio de ciertas normativas municipales, las bicibirras empezaron a desaparecer hasta quedar olvidadas en un garaje.

“No nos dejan trabajar” y “las tenemos paradas” son las respuestas más comunes que exponen a este medio los dueños de las bicibirras de Valencia, Castellón, Alicante, Granada, Málaga y Albacete, entre otros, que tienen sus negocios cerrados por las restricciones del Covid o porque desde los consistorios les han retirado los permisos. Ante esta situación, en la actualidad es cada vez más difícil cruzarse con una de estas extrañas bicicletas multitándem para hasta 20 personas --y un conductor sobrio-- que van equipadas con altavoces, luces de neón, una persiana de plástico para los días de lluvia y un grifo de cerveza en la barra central del que emana lúpulo sin parar.

¿Dónde se puede alquilar ahora una bicibirra?

La única compañía que ofrece este servicio en varias ciudades de España es BiciLoca. Sin embargo, tal y como aseguran algunos clientes, el servicio no se corresponde con lo que anuncian en su página web. “El recorrido no es por Barcelona. Te llevan en una furgoneta fuera de la ciudad y no ves ninguno de los sitios que aparecen en su web”, critica un usuario en internet. “Te dejan por la zona del aeropuerto”, advierte otro cliente. Muchos consumidores también se quejan del mal estado en el que se encuentran estas bicicletas. Mientras, BiciLoca anuncia en su web que se puede alquilar la bicibirra en Málaga, Valencia y Madrid, ciudades en las que fuentes del sector aseguran a este medio que dicha actividad no se puede realizar porque no se conceden ya más permisos.

“Nosotros tuvimos que cambiar la bicibirra de 18 personas por una mucho más reducida de cuatro pasajeros porque el Ayuntamiento de Madrid nos retiró los permisos”, explica Sacha Febvre, director de Urban Safari, una agencia que alquila este vehículo  en la capital desde hace 10 años. El empresario asegura que es un tema complicado que se asemeja al de los bicitaxis. “Un día te dejan y otro no”, apunta Febvre, que tiene sus bicibirras de gran tamaño aparcadas y cogiendo polvo en un garaje.

Una BeerBike por las calles de Ámsterdam / FLICKR

Diferentes precios según la cerveza que se beba 

El alquiler durante una hora de una bicibirra para 15 personas cuesta 325 euros en BiciLoca e incluye un litro de cerveza o sangría por persona. Además, está permitido llevar bebida y comida de casa. También se puede optar por compartir el vehículo y pagar 25 euros por persona. Desde la compañía aseguran que ya tienen reservas para septiembre y que es aconsejable contratar el servicio con un mes de antelación.

Una ruta de 45 minutos por el Paseo del Prado, la Puerta de Alcalá y Colón en una BeerBike de Urban Safari para cuatro personas con conductor cuesta entre 75 y 90 euros en función de si se elige la opción de 0,5 litros, un litro o barra libre de cerveza o tinto de verano. “Por fin la gente se ha animado. Haces un poco de ejercicio y te echas unas risas mientras te tomas unas cervezas por el centro de Madrid”, explica Febvre.

Más de 20 personas en una misma bicicleta 

Ángel Ortega fabricó con su padre la BiciFiesta, una bicicleta multitándem para 22 personas que se parece más a una discoteca andante que a un velocípedo. Música a todo trapo, leds, pantallas y pedaleo asistido “para que no acabéis con la lengua fuera, que se trata de divertirse”, apunta Ortega, que tiene su preciado vehículo parado desde la llegada del Covid.

La BiciFiesta era un reclamo para despedidas de soltero y fiestas populares. “Íbamos por toda Castilla-La Mancha, pero desde febrero de 2020 nada de nada. Ahora la gente está preguntando mucho por el servicio de nuevo”, subraya. Aunque esté en peligro de extinción, “hay ganas de BiciFiesta en España”, sentencia Ortega.