“Procura que los sueños se vuelvan metas y no se queden en sueños”, es una de las frases célebres del pintor Diego Velázquez, maestro del barroco y de la pintura universal, que han quedado para la posteridad. Y en estos calurosos días de agosto, mientras la cuarta ola de calor del verano azota la península ibérica, numerosos turistas y madrileños se acercan a la Puerta del Sol, en pleno centro de Madrid, para hacer los suyos realidad: ver pintar en directo a uno de los grandes maestros contemporáneos, Antonio López.
Porque algunos de los cuadros de Antonio López, uno de los pintores españoles más cotizados, se han subastado en Christie's por cerca de 2 millones de euros, pero ver al maestro en acción es una atracción turística y humanística que no tiene precio, es gratuita.
“Es como ver a Velázquez”
Verle trabajar “es un gusto para los sentidos”, aseguran los curiosos, en declaraciones a Europa Press, sobre el pintor hiperrealista Antonio López, figura clave de los Realistas de Madrid, y uno de los más cotizados, que suele plantar su caballete en la Puerta del Sol para continuar con una obra que empezó hace una década.
“Es como ver en la actualidad al pintor Diego Velázquez o a Francisco de Goya. Es maravilloso”, prosigue el transeunte. “Sigo su trabajo desde hace muchos años y me parece impresionante tener la oportunidad de verlo trabajar. Me parece un lujo verle en directo. Me da hasta pena porque no quiero agobiarle, y somos muchos aquí”, apunta una joven.
Antonio López, el maestro
Antonio López nació en Tomelloso en el año 1936, se inició en la pintura con su tío Antonio López Torres y cursó estudios de pintura en la madrileña Escuela Superior de Bellas Artes de San Fernando, donde fue también docente.
Después de una primera etapa influida por el cubismo y el surrealismo, desarrolló un lenguaje personal "más próximo a la objetividad". Figura clave de los Realistas de Madrid, su obra forma parte de la colección permanente del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía y de Patrimonio Nacional, entre otras instituciones.
En 1992, tras un intento truncado de TVE por hacer una serie sobre pintores, el director de cine Víctor Erice estrenó El sol del membrillo, una cinta memorable, a medio camino entre el género documental y la ficción, en la que se narra el anhelo de Antonio López por capturar en su lienzo el membrillero de su jardín, bañado por la dorada y esquiva luz del sol otoñal.