Le Corbusier, Woody Allen, Matisse… Para ser influencer, tiene mucho mundo interior, piensa S. al ver esta breve, pero brillante colección de libros sobre la mesa de centro de M. Últimamente, S. ha escogido mal: ha priorizado el físico al intelecto. Y así le ha ido… Pero, ¡esta vez podría ser la definitiva!, se dice. En un momento dado, cuando M. se retira al baño, S. aprovecha para ojear el volumen de Le Corbusier, su gran referente durante los dos primeros cursos de arquitectura. Al abrir el libro, una baraja de cartas, unos dados de Kamasutra, papel de liar y objetos varios se desparraman sobre la colorida alfombra. S. no da crédito. No entiende nada. Nunca había visto nada igual. "¿Qué es esto?", le pregunta a M. "Son libros fake, ¿a que molan? Dan el pego, ¿no?". "Son increíbles", responde S., que acto seguido junta sus labios a los de M. para evitar la conversación.
La influencer francesa Maddy Burciaga, que cuenta con 3 millones de seguidores en Instagram, es una de las muchas que tienen estos objetos decorativos en su casa, y una de las pocas que incluso recomienda la compra de libros falsos a sus seguidores. Sí, son libros de cartón, sin páginas, sin contenido y con espacio para guardar cosas en su interior. Un postureo extremo para el hogar que permite al consumidor presumir de lo que carece. Se venden en Amazon, AliExpress, Shein y en tiendas de decoración, y son más baratos que los libros reales.
Sensación de alta clase
“Lo coloca en cualquier rincón de la habitación y llena el espacio de sensación de alta clase. Es una decoración de libros de alta gama”, reza la descripción del anuncio de AliExpress en el que se exhiben “cajas decorativas” y “libros falsos” con diferentes cuadros de Matisse y Van Gogh grabados en la ‘portada’. No se venden a peso, sino a 6 euros la unidad.
“Es perfecto para rellenar espacios en zonas de lectura. Agregan un elemento artístico a mi estantería. Este artículo cumplió con creces mis expectativas. ¡Me encanta!”, valora Gavi, consumidor exigente y amante del arte en su más pura esencia. “Su superficie es lisa y elegante, mostrando tu gusto único”, se puede leer en la descripción de Amazon del libro hueco de Le Corbusier, que cuesta 14 euros.
Libros falsos antiguos y de diseño
Si el escritor Charles Dickens levantase la cabeza, entrase a comprar algo en Shein y se topase con su novela Bleak House, o, mejor dicho, con la portada de su novena novela, y una caja vacía en su interior, le daría un patatús y se negaría a pagar 27 euros por estas “tres piezas de almacenamiento clásico en forma de libro de escritorio”.
“¿Buscas un regalo único para un ser querido? Estos libros falsos inspirados en el arte, seriamente elegantes, son los libros de moda decorativos perfectos para iluminar”, asegura un anuncio de AliExpress en el que se ofrecen libros falsos de diseño y moda por menos de 15 euros. "¡Amor, amor, amor, amor, estos libros! Se ven increíbles en mi casa y ya tengo cumplidos de mis huéspedes", asegura Camila, una clienta de la tienda Etsy que en su hotel sólo alberga a personas muy leídas. "Es literalmente una caja de cartón. No malgastes tu dinero en basura", aconseja otro consumidor al que lo barato le ha salido caro. Y es que un libro de verdad, con su contenido, con sus páginas y sus fotografías, de marcas de moda como Dior, Louis Vuitton, Yves Saint Laurent o Prada, cuesta alrededor de 60 euros en Zara Home, por ejemplo.
La viva imagen de la superficialidad imperante
“No los tendríamos que llamar libros”, protesta el director literario de la librería Laie de Barcelona, Lluís Morral, quien recuerda que durante el confinamiento muchos compraban cortinas que simulaban librerías para las videollamadas. “Reducir un libro, que básicamente es contenido, a una portada, es bastante terrible”, añade el reconocido librero, quien asegura que hay clientes que le han llegado a pedir libros por el color del lomo. “El libro siempre ha sido una cosa de prestigio, y estas cajas son lo opuesto”, sentencia.
“Es la viva imagen de la superficialidad imperante”, opinan desde la también barcelonesa Arts Libris sobre los libros falsos que se venden en multitud de tiendas online, una tendencia que “define a una nueva generación que lo quiere todo rápido y sin fundamento”. Estaba claro que los libreros no iban a aprobar este vulgar postureo intento de cultureta, pero, ¿qué opinan diseñadores y arquitectos? ¿Dan el pego los libros falsos? ¿Pueden llegar a molar bien colocados?
Una pieza vacía que no aporta valor
Hay libros falsos bien hechos, pero la solidez y el carácter que aporta un buen libro “nunca los encontrarás fuera de un libro”, resume la arquitecta y diseñadora de interiores Natalia Galmes, quien explica que, al final, el diseño de interiores va ligado a la funcionalidad del espacio y al confort. “Si vas a utilizar libros para decorar, como mínimo, que sean reales y los puedas ojear o leer recostado en una butaca o en el sofá”, añade Galmes.
A nivel decorativo, “me parece una pieza vacía que no aporta valor”, opina el diseñador Jaime Sabaté, quien explica que los elementos decorativos que acompañan a los muebles deberían hablar de la persona, de lo que conoce, de los lugares que ha visitado y de lo que ha vivido. “Así se transforma un espacio en un hogar”, resume Sabaté, quien opina que la mera existencia de este tipo de producto es “alarmante” porque es un reflejo de la sociedad en la que vivimos; preocupada principalmente por las apariencias.