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Alsa vende billetes sin disponibilidad real en sus autobuses: “Estaba lleno y no me dejaron subir”

La compañía de transporte de origen asturiano, integrada en National Express, deja tirados a clientes que habían adquirido su pase previamente por falta de espacio

Ana Carrasco González

Varios viajeros suben a un autobús de Alsa / EDUARDO PARRA - EP

“Después de comprar un billete en la web, aquella mañana llegó a la parada el autobús en el que debería haberme subido”. Rosa María Fernández hizo el amago de subir el primer escalón, sin embargo, un gritó la frenó. El conductor de Alsa le comunicó con exagerados aspavientos que no podía subir al autocar, pues ya estaban completos. 

La pasajera, al principio, no comprendió la situación y le enseñó su respectivo billete para demostrar que tenía derecho a viajar en el autobús. “Me dijo que no podía hacer nada”, apunta Fernández, a quien le cerraron la puerta sin consideración. “Por la mala gestión y la poca empatía de Alsa no llegué a tiempo a mi destino, ya que tuve que esperar una hora y media para coger el siguiente bus. ¿Por qué venden billetes si no tienen plazas?”, cuestiona. Eso, ¿por qué?

Alsa no compensa

Sergio del Olmo Rodríguez, al vivir en Cabanillas de la Sierra, coge asiduamente el autobús de esta compañía de transporte para llegar al centro de Madrid. “No puede ser que te cobren el viaje cuando llegan tarde –algunas veces más de media hora– o que, en muchas ocasiones, no te dejen subir porque el bus está lleno”, destaca también del Olmo. “Cuando alguien hace mal su trabajo, se compensa. Alsa no te compensa de ninguna manera”, enfatiza.

Un autobús de Alsa / EUROPA PRESS - JESÚS HELLÍN

“El bus que va de Barcelona a Berga a las 16.50 horas (el día 5 de mayo) se salta paradas obligatorias como la de Paseo de Gracia, porque supuestamente va lleno. No avisa a pesar de que hay un montón de gente esperando en la parada. Menuda vergüenza de servicio”, promulga con indignación una pasajera en su cuenta personal de la red social X, bajo el seudónimo de Lady Croissant. 

Esperar para el siguiente bus

Anna Vila es una más en la lista de afectados por la mala gestión de Alsa. En principio, ella salía desde Las Marinas (Roquetas de Mar) en dirección a Almería con su billete ya comprado. “Lo primero, destacar que es de vergüenza que llegue el bus de Alsa media hora tarde, pero que luego no pare porque va lleno y tengas que esperar otra hora para poder ir a un sitio…”. No consigue terminar la frase ante tal irritación con la empresa de origen asturiano. 

“A través de la web de Alsa he comprado un viaje que salía a las 9.00 horas del aeropuerto de Asturias y llegaba a León a las 12.15 horas. Cuando ha llegado mi turno, el conductor me ha dicho que estaba lleno, que no me podía montar. El siguiente llegaba en una hora”, comenta Cristina G. La retahíla de quejas se amontonan, mientras que Alsa se escuda en una frase repetida: “Sentimos enormemente lo ocurrido. En el caso de querer reclamar, puedes hacerlo en el siguiente enlace”. 

La explicación de Alsa

Consumidor Global se ha puesto en contacto con Alsa para conocer la razón de vender billetes sin disponibilidad real, pero se remiten a lo que pone en su página web, la compañía de transporte hace hincapié en que “sólo se puede seleccionar los servicios con plazas disponibles. Si el servicio deseado ya está completo, aparecerá el mensaje ‘No hay plazas disponibles’ y no podrá ser seleccionado”. 

Un autobús de Alsa durante un trayecto / ALSA

Al realizar la compra a través de la aplicación “se desplegará un plano del autobús con los asientos numerados. Los asientos en verde son las plazas que quedan libres en el autobús”. En puntos de venta o máquinas de autoventa se “le informará en caso de que existan plazas disponibles para el servicio indicado”. Entonces, si el cliente tiene su plaza, ¿cómo puede estar completo el autobús?

Una ruleta rusa

“La hipótesis es que existe una cierta desviación entre lo que se vende online y lo que se vende físico”, considera el abogado Iván Rodríguez del bufete Abogado en Cádiz. “Probablemente no se deben sincronizar bien el número de plazas vendidas web y físicamente. Hay un descontrol detrás que ocasiona esto. También habrá que preguntarse qué criterio usan a la hora de dejar pasar a alguien y a quién no. Se desconoce qué reglas usan para dar prioridad”, reflexiona.

“De igual manera, no se puede pretender que el usuario juegue a la ruleta rusa y tenga la responsabilidad de comprar un billete cuando todas las plazas estén ocupadas. Alsa debería poner otro autobús o compensar como es debido al usuario”, concluye Rodríguez.