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El sueño de Picasso con el 'Guernica': ¿Reina Sofia o Museo del Prado?
El genio malagueño deseaba ver su obra más emblemática expuesta junto a 'Las Meninas' de Velázquez y los cuadros de los grandes maestros
En plena Guerra Civil, el Gobierno de la Segunda República encargó El Guernica a Pablo Picasso. Ese mismo año, tras darse a conocer y mostrar la crudeza de la guerra (y el colaboracionismo nazi con el régimen franquista) en la Exposición Universal de París, el lienzo se exhibió en varias ciudades de los países nórdicos y de Inglaterra hasta recalar, por deseo expreso de Picasso, en el Museum of Modern Art (MoMA) de Nueva York.
Allí permaneció entre 1939 y el 24 de octubre de 1981, cuando se exhibió por vez primera en España.
De Nueva York al Museo del Prado
Nada más aterrizar en nuestro país, el Guernica fue depositado en el Museo del Prado. Aunque, por una cuestión logística, se expuso en el vecino Casón del Buen Retiro hasta 1992, cuando el lienzo de grandes dimensiones se mudó al Museo Reina Sofía.
Pero ¿cuál era el sueño de Picasso con el Guernica? ¿Dónde quería el artista malagueño exponer su gran obra?
El sueño de Picasso
Pablo Picasso tenía muy claro dónde debía estar expuesta su obra más emblemática: junto a Las Meninas de Velázquez. Esta era la voluntad del artista malagueño porque “el se quería confrontar con los grandes maestros”, apunta la experta en Picasso y doctora en Historia del Arte Genoveva Tusell.
Pese al firme deseo del creador del cubismo, Tusell considera que, en la actualidad, “no tendría sentido” trasladar el Guernica al Museo del Prado.
El mejor lugar para el 'Guernica'
"Teniendo en cuenta lo bien expuesto y lo bien cuidado que está en el Museo Reina Sofía, creo que no tendría sentido ninguno moverlo. Está fantásticamente bien en el Reina Sofía", expone Tusell en una entrevista concedida a Europa Press con motivo del 142 aniversario del nacimiento de Picasso y tras el 42 aniversario de la llegada del Guernica a España.
"Muchos de los implicados en el regreso del Guernica a España, entre otros mi padre, Javier Tusell, se mostraron en contra de ese traslado al Reina Sofía. Sin embargo, ahora las condiciones de conservación desaconsejan que se preste o que se mueva a cualquier otro lado, aunque sea temporalmente", asegura la experta, quien recuerda que el regreso de la obra a nuestro país fue una labor "muy complicada".
Las negociaciones
Genoveva Tusell, que califica el Guernica como "el último exiliado", vivió de cerca la negociación con el Museo de Arte Moderno (MoMA) de Nueva York para la devolución del mural porque su padre, Javier Tusell, era entonces director general de Bellas Artes en España.
"El primer intento por recuperar la obra fue en 1968, cuando todavía estaba Franco en el poder. Se estaba construyendo el que sería el Museo Español de Arte Contemporáneo y lo que se pensó fue que el Guernica podía ser la estrella de ese nuevo museo. Se sabía que había sido un encargo de la República, que era propiedad española, y entonces el propio general Franco dio su visto bueno y encargó a Carrero Blanco que hiciera averiguaciones y que comenzara a solicitar información al MoMA", relata.
El artista y Franco
Este primer acercamiento resultó ser un "fracaso" porque, tal y como apunta Tusell, Picasso, en cuanto conoció las intenciones de Franco, llamó a su abogado y redactó un documento en el que estableció las condiciones del depósito en el MoMA.
"Las condiciones de Picasso fueron que la obra no regresaría a España hasta que se reinstaurara la República. Después, por consejo de su propio abogado, cambió un poco esa explicación y matizó que el cuadro no volvería hasta que se recuperasen las libertades públicas en nuestro país", indica. A partir del año 79, se puso en marcha el regreso de la obra de una manera mucho más "decidida". Algo que finalmente se logró en 1981.
El último exiliado
"Picasso siempre quiso regresar a España, siempre resaltó su españolidad, pero tenía muy claro que no vendría mientras en España hubiese una dictadura", asegura Tusell.
"La obra creo que significa el punto final de unos años malos en España y para muchos artistas su regreso significó su vuelta del exilio", comenta, antes de añadir que en la actualidad es una "llamada de atención" y un recuerdo del "pasado español".
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