“¡Ohhh!”, es la típica expresión de placer que se suelta al estirar las piernas entre las ceñidas sábanas de una cama de hotel sin arrugas. Lo que algunos todavía no saben es que lo más probable es que la persona que ha hecho esa cama perfecta trabaje en unas condiciones deplorables.
Limpiar y desinfectar hasta 25 o 30 habitaciones de un hotel de cuatro o cinco estrellas, con todas y cada una de sus 50 camas perfectas, sin descanso, durante ocho largas horas, es un trabajo extremo. “Puedes llegar a hacer diez horas y no te pagan las horas extra. Te pagan 38 euros --1,40 euros por habitación--. Es inhumano”, explica Míriam, miembro de Las Kellys, la asociación de camareras de piso que ha decidido pasar a la acción y montar una aplicación para que los clientes hagan sus reservas directamente a través de su plataforma de hoteles justos.
El Booking de Las Kellys
“Llevamos 77.379 euros recaudados”, asegura orgullosa Míriam sobre la campaña de micromecenazgo que están llevando a cabo para hacer que la aplicación Central de Reservas de Las Kellys pueda ser una realidad en 2022. “Ahora nos toca reunirnos y empezar a desarrollar la plataforma”, añade.
La idea es que el Booking de Las Kellys esté vinculado a un sello de trabajo justo y de calidad para que todos los alojamientos que quieran formar parte de la aplicación cumplan el Convenio Colectivo y las Leyes de Prevención de Riesgos Laborales, y no subcontraten a las camareras de piso. “Nosotras certificaremos qué hoteles cumplen los requisitos. Si quieres ser conocido como un hotel justo, tendrás que aceptar nuestras condiciones para entrar en la aplicación, y el viajero elegirá”, detalla Míriam, quien explica que decidieron pasar a la acción para evitar que se produzcan “despidos masivos” en octubre, cuando termina la prórroga de los ERTE, y porque desde hace tiempo muchos clientes les piden una lista de hoteles justos.
Clientes y hoteles justos
“Yo también quiero la opción de escoger hoteles que respeten los derechos laborales y sindicales. ¡Fuerza, compañeras!”, escribe Gloria tras hacer una donación de 150 euros para la Central de Reservas de Las Kellys. “Tenéis enfrente a la patronal y a los sindicatos, y la indiferencia de las administraciones, pero tenéis la razón”, opina un donante anónimo. “Existe un gran desconocimiento, pero cada vez hay más sensibilidad”, expone a Consumidor Global Gonzalo Fuentes, responsable de Hostelería y Turismo de CCOO, quien opina que el cliente, si paga un precio elevado por una habitación, quiere saber que ese trabajador no está explotado.
Por su parte, Míriam explica que el hotel que quiera respetar a las trabajadoras y tenerlas en plantilla será bienvenido. Sin embargo, “ahora mismo no hay ningún hotel justo. Tenemos algunos interesados, pero hay que estudiarlo. La gran mayoría no cumplen el convenio”, sentencia.
¿Es una iniciativa viable?
Al ser una cosa voluntaria, “los empresarios no creo que se sumen a la Central de Reservas de Las Kellys porque ya tienen sus páginas de reservas establecidas”, apunta Fuentes, quien opina que la futura aplicación de las camareras de piso es una ocurrencia con poco recorrido que, además, deja fuera al resto de trabajadores del sector.
“Las Kellys quieren exigir a los hoteles que dejen de externalizar los servicios de limpieza, pero, lamentablemente, la ley lo permite, y yo soy el primero que está en contra”, explica el responsable del sindicato, quien añade que la iniciativa de Las Kellys tiene cosas de corta y pega de Fairhotels, el proyecto que llevan dos años desarrollando UGT, CCOO y la Universidad de Málaga con el apoyo del Gobierno.
Fairhotels
En vez de crear una aplicación de reservas, los sindicatos apuestan por un sistema de certificación en el que una auditoría externa otorgará, o no, un sello internacional conforme un establecimiento hotelero cumple todos los requisitos laborales.
La idea de Fairhotels es sensibilizar y seducir a empresarios, trabajadores y clientes sobre la importancia de unas condiciones de trabajo dignas. “Hay mucho empresario instalado en el cortoplacismo, pero otros querrán pasar a formar parte de nuestro proyecto porque los clientes valorarán la etiqueta Fairhotels y a los hoteles les aportará un valor añadido que, al final, se traducirá en una mayor rentabilidad”, sentencia Fuentes.