¿Han cancelado tu vuelo? ¿Miedo a perder una escala? A finales de año, mucha gente aprovecha los días de vacaciones para viajar, y abundan las ofertas de vuelos de Navidad al extranjero. Debido al coronavirus, las restricciones y el modo de gestión de la pandemia de cada país, no es raro sufrir cancelaciones. Pero hay otros problemas que pueden amargar la experiencia al consumidor. Lo peor es que, de cara a afrontarlos, sólo uno de ellos depende directamente del propio usuario.
“De los incidentes que pueden sufrir los pasajeros, casi todos dependen de la aerolínea. El único supuesto en el que no ocurre esto es cuando al usuario se le deniega el embarque al no cumplir los requisitos”, señala Ekaitz Bacelo. El director del portal Reclamación de Vuelos subraya la importancia de saber qué papeles hay que tener en regla a la hora de viajar. “Hay problemas con la documentación necesaria para volar, ya sea porque el pasajero no dispone de ella o porque no la ha cumplimentado correctamente”, añade Almudena Velázquez, directora legal de Reclamador.es.
Problemas en los embarques de vuelos
“El usuario debe informarse previamente de los requisitos del vuelo en cuestión y cumplir la normativa tanto nacional como la del lugar de destino”, observa Velázquez. Este punto resulta fundamental ya que, en este caso, “no da origen a indemnización alguna ni devolución del billete”, aclara la especialista.
La aerolínea también puede denegar el embarque a un pasajero si se produce una sobreventa de billetes. Sin embargo, tal y como recuerda Bacelo, “en el primer caso, el pasajero debe saber lo que tiene que llevar, y en el segundo es cosa de la aerolínea, que lo indemnizará”.
Retrasos, pérdidas de escalas y de maletas
Más allá de esto, en un aeropuerto “se pueden dar retrasos a destinos a más de tres horas, retrasos y pérdidas de conexión en un vuelo con escalas, y problemas con las maletas, como roturas, pérdidas o retrasos”, agrega el director de Reclamación de Vuelos. “En estas circunstancias, el usuario depende totalmente de las aerolíneas”, apunta.
“Lo más frecuente es el overbooking y la pérdida o daños del equipaje”, analiza por su parte la portavoz de reclamador.es. En el primer caso, las aerolíneas primero buscan voluntarios, a los que “bonifican” con descuentos o futuras compras. “Si no los encuentran, los afectados han de ser compensados con la devolución del billete y con las indemnizaciones previstas para los casos de cancelación, que van de 250 a 600 euros, según la distancia del vuelo”, explica.
Reclamar es la mejor solución
Si la aerolínea pierde el equipaje y éste se retrasa más de 21 días, la indemnización puede llegar a ser de 1.609 euros. En estos casos, “hay que reclamar en la mesa de la compañía aérea un parte de incidencia y presentarlo en un plazo máximo de siete días describiendo de la manera más exacta el contenido de la maleta, su peso y los efectos dañados”, describe Velázquez. Sea como sea, la de reclamador.es reconoce que “hay poco margen para evitar estas situaciones, salvo llegar al embarque los primeros, y no es garantía”.
Lo mejor que puede hacer el usuario es reclamar. “Cuanto más lo hagamos, menos pasarán estas cosas”, defiende Bacelo, quien critica que “las aerolíneas no compensan cuando deberían hacerlo”. Para ello, el usuario puede usar la web de la compañía o hacerlo por su cuenta. Pero “en el 95 % de los casos no sirve”, admite. “Las aerolíneas asumen que del tiempo que transcurre entre la reclamación extrajudicial a la judicial se pueden perder casos y les sale más rentable no compensar por la web para evitar que les reclamen por vía judicial, lo que en España es gratuito”, asegura.
El truco de las aerolíneas
Desde Reclamación de Vuelos especifican la posición indefensa en la que se encuentra el pasajero. “Aunque la Comisión Europea se ha pronunciado, el consumidor sigue sufriendo y teniendo que recurrir a empresas que protejan sus derechos”, sostiene Bacelo. “Los pasajeros siguen sin recibir su dinero por vuelos no operados cuando esto debería ser automático o, como mucho, hacerse en siete días. En cambio, en Madrid o Barcelona esa demanda puede tardar hasta un año”, matiza.
Velázquez coincide en esta postura. “El pasajero muchas veces no se plantea reclamar sus derechos, sobre todo cuando la devolución del billete y la posible indemnización son de escasa cuantía y piensa que va a ser mayor el lío en el que se va a meter que obtener lo que es suyo”, dice la especialista. “Las aerolíneas lo saben y juegan a alargar las reclamaciones, incluso forzando a llegar a la vía judicial para desincentivar al afectado. Por suerte, cada vez son más los juzgados que les imponen las costas para que sepan que, si no intentan llegar a un acuerdo, no les va a salir barato”, concluye.