La etiqueta “Zero Azúcar”, de la misma forma que la de “Sin Azúcares”, tiene algo de conciliador en la mente del consumidor. Estos rótulos, sean ciertos o no, convierten, a priori, un producto potencialmente dañino para la salud de las personas, en un buen alimento. Las marcas lo saben y, muchas veces, para atraer la atención del comprador usan estos eslóganes, aunque la ley no lo permita.
Es el caso del vino tinto Pure,que se puede adquirir en internet o en supermercados Carrefour. Esta bebida “promete un auténtico placer sin compromisos”. Cada botella cuesta 11,99 euros y se vende en toda Europa, Estados Unidos y Australia, aunque su origen está en Italia, concretamente en la región de Piamonte. Pero, algunos expertos, como la tecnóloga de los alimentos Beatriz Robles, subrayan que, por ley, un vino no puede hacer semejante declaración nutricional.
Así es Pure, el vino sin azúcar
Si el consumidor prefiere tomar un vino menos dulce “que opte por un seco”, insiste Robles. Y es que sí hay alcoholes con más azúcares que otros. Por ejemplo, las bebidas fermentadas tienen menos calorías que los licores como la ginebra, el whisky o el ron que, ostentan una mayor graduación y, en consecuencia, tienen más azúcar.
Desde Pure sostienen que su producto es “una alternativa más saludable y baja en calorías”. De hecho, matiza a Consumidor Global que ha establecido “un proceso de vino cero azúcar, cero carbohidratos y bajo en calorías con el 10,5 % de alcohol y que cada añada se envía a laboratorio para ser testada para su comercialización”. No obstante, el Reglamento Europeo 1924/2006 recuerda que ninguna bebida alcohólica puede utilizar la declaración sin azúcares.
La irregularidad de un vino de 10 grados
“La mención sin azúcar no puede hacerse en bebidas que tengan más de 1,2 grados y ésta tiene más de 10”, explica Robles. Así que, por mucho que Pure haya desarrollado una tecnología para eliminar el azúcar, “es una declaración de propiedades saludables que está restringida a determinados alimentos y las bebidas alcohólicas son una de ellas”, confirma la experta.
Por lo tanto, Pure “comete una irregularidad y no es ninguna novedad", insiste Robles. Según el momento en que se pare la fermentación, el producto final tendrá más o menos azúcar, por eso existen vinos dulces, semi-dulces y secos.
Así sabe el vino blanco de Pure
Desde la empresa sostienen que la vendimia se realiza en el momento exacto de maduración y que gracias a eso, y a la suma de unas levaduras, consiguen reducir los azúcares naturales en alcohol. El equipo de Consumidor Global ha probado el vino blanco Pure, aunque la marca tiene también tinto, rosado y espumoso blanco. Según indican en la página web, el brebaje se debe servir muy frío para disfrutar de su auténtico sabor.
En la copa, Pure tiene una tonalidad tipo paja, bastante intensa, rozando el color ámbar. En el paladar resulta afrutado, cítrico y con un matiz floral. Aunque una vez asentado en la boca, el vino sorprende, y no para bien. A diferencia de otros vinos, el sabor de Pure es bastante efímero. Termina demasiado rápido. Además, el brebaje es ligeramente espumoso y ácido.
¿Sin consecuencias?
Más allá de su sabor, las declaraciones nutricionales de un producto condicionan la compra por parte del consumidor. Por ello, las bebidas alcohólicas no pueden emplear este recurso de cero azúcares. Es más, los licores sólo están autorizados a señalar en su etiqueta “los bajos índices de alcohol o reducción del contenido de alcohol”, corrobora la tecnóloga Robles.
Mientras, Carrefour, que todavía no se ha pronunciado al respecto de esta polémica bebida, seleccionó en el 2020 este vino como candidato a sus Premios a la Innovación. “Se venderá con total impunidad mientras no haya una inspección, denuncia o sanción”, lamenta Robles.