El vino no llevará una etiqueta como la del tabaco, por el momento. Dentro del Plan para Combatir el Cáncer elaborado por la Comisión Europea, el Parlamento Europeo ha descartado los puntos referidos al alcohol, que instaban a un cambio de etiquetado para añadir advertencias sanitarias y la prohibición de anunciarse en eventos deportivos.
Las principales asociaciones vinícolas de España, uno de los mayores productores de vino del mundo, se habían mostrado muy preocupadas y críticas con dichas propuestas porque no diferenciaban entre consumo moderado y abusivo de alcohol. ¿Cómo valoran desde el sector y los expertos en salud que el vino se haya librado de una etiqueta como la del tabaco?
El mundo del vino está de enhorabuena
“No nos oponemos a estos debates, pero nos preocupaba que nos obligaran a poner unas advertencias sobre que el alcohol es nocivo para la salud porque nos hubiera hecho mucho daño”, explica el responsable del sector vitivinícola de la Coordinadora de Organizaciones de Agricultores y Ganaderos (COAG), Joaquín Vizcaíno, quien opina que el vino es cultura y hay que salvaguardarlo y protegerlo.
El informe elaborado por la Comisión Europea establecía que el consumo de alcohol es un factor de riesgo de muchos tipos de cáncer e insta a frenar su consumo. Sin embargo, según el asesor científico de la Fundación para la Investigación del Vino y la Nutrición (Fivin), el doctor Ramón Estruch, “el cáncer es una enfermedad multifactorial y el riesgo de padecerlo no puede ser evaluado de manera aislada”.
Los expertos lamentan la oportunidad perdida
El vino y cualquier bebida que contenga alcohol “se tiene que etiquetar de manera que se advierta al consumidor sobre los posibles riesgos que comporta su ingesta”, expone a Consumidor Global el cardiólogo y miembro de Doctoralia, Juan Carlos Portugal, quien insiste en los riesgos demostrados de padecer cáncer de un consumo excesivo de alcohol.
En la misma línea, Beatriz Robles, doctora en Ciencia y tecnología de los alimentos, explica que “hubiera sido una propuesta muy razonable” para acabar con el mito de que, especialmente el vino y la cerveza, tienen efectos saludables para la salud. “Era el momento de legislar en serio en contra de un producto que es claramente nocivo para la salud y cuyo consumo está muy normalizado incluso a edades muy tempranas”, lamenta la experta. No se trataba de demonizar al sector del vino, sino de “tomar una serie de acciones para que la gente pueda bebérselo u optar por otra opción más saludable sabiendo las consecuencias que tiene para su salud”, sentencia el bioquímico y divulgador científico en Laniakea, Óscar Huertas Rosales.