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Así funciona la 'ética' de Triodos Bank: “Han bloqueado mis ahorros de toda la vida y los necesito”
La entidad de crédito holandesa y sus polémicas 'preferentes' indignan a miles de clientes españoles que tienen su dinero “secuestrado” y no pueden recurrir a él
Una mañana cualquiera, todavía en la cama, en duermevela, coges el móvil a tientas. ¿Qué es lo último y lo primero que haces cada día? Pues eso. Ya es rutina. Como hace tiempo que no miras el estado de tus ahorros, decides entrar en la aplicación de Triodos Bank. Y se abre el abismo. Cara de pánico. Tu dinero, tus ahorros de toda la vida, han sido bloqueados. No se han esfumado, están ahí, en la pantallita, pero no puedes disponer de ellos. Están congelados.
Era marzo de 2020 cuando Triodos Bank, a través de un correo electrónico y tras la llegada del Covid, decidió de manera unilateral suspender la compra, la venta y la retirada de los Certificados de Depósitos de Acciones (CDA) --participaciones del propio banco que adquieren los clientes, un producto financiero muy similar a las preferentes-- debido a las pérdidas de valor de los productos asociados. A día de hoy, más de dos años después, 46.500 ciudadanos europeos, entre los que hay 7.000 españoles, “tienen su dinero secuestrado”, expone el profesor de finanzas de la Universidad de Barcelona (UB), Raúl Jaime Maestre. Y la luz todavía no se vislumbra al final de este largo túnel.
“Esto es una estafa”
David Soria invirtió su dinero en los CDA el 14 de abril de 2015, y aún maldice aquel día. “Primero me abrí la cuenta, y la persona del banco me aconsejó este producto. Le dije que no me gustaba el riesgo. Y me dijo que era como un fondo fijo. Me hicieron firmar 20 páginas en las que se hablaba de temas financieros para los que no estaba capacitado”, relata este afectado.
Poco después de que Triodos Bank suspendiera cualquier acción relativa a los CDA, las participaciones pasaron a tener un valor de 59 euros, un 30 % menos de su precio de adquisición (80 euros). Y desde entonces “no puedo sacar mi dinero, cuando me vendieron que era una inversión segura. Es una pesadilla. ¡No pueden secuestrar nuestro dinero! Esto es una estafa”, explica, indignado, Soria. Él, dentro de lo que cabe, ha tenido suerte. “Yo sólo puse 1.000 y pico euros, pero imagínate la gente que tiene todos sus ahorros en CDA…”, añade.
Los ahorros de toda una vida, bloqueados
Los hay que tienen 1.000 euros y los hay que tienen 2 millones, pero “la gente, según nos han contado los 400 afectados a los que hemos entrevistado, suele tener entre 20.000 y 40.000 euros”, expone el abogado del despacho Colectivo Ronda, Òscar Serrano, que ya ha presentado alrededor de 100 demandas sobre este entuerto.
“Estoy en paro y necesito mi dinero ya para saldar una deuda con mi exmarido”, se sincera S. B., que prefiere mantener el anonimato por miedo a salir todavía más perjudicada. “Le compré parte del piso a mi ex y le debo 25.000 euros. Quería retirar los 20.000 euros que tengo en Triodos Bank para pagarle una parte, pero no me dejan. Son todos mis ahorros. No quiero ni pensarlo. En la cuenta sólo me quedan 1.000 euros para tirar adelante”, añade esta víctima.
Sin soluciones a la vista
En diciembre de 2021, también en contra de la voluntad de muchos de sus clientes, el Comité Ejecutivo de Triodos Bank anunció que se iba a preparar la cotización de los CDA en un Sistema Multilateral de Negociación --SMN, MTF por sus siglas en inglés-- para mediados de 2023. En resumen, lo que era un producto financiero controlado por el propio banco y alejado de la especulación, ese producto en el que invirtieron los clientes, mudará de piel para concurrir en un mercado externo que se rige por las normas especulativas.
Con esta decisión, “el banco ha alterado las condiciones del producto. Los clientes compraron una cosa y ahora tienen una muy diferente, y el banco no puede inventarse riesgos a mitad del camino. Todos los riesgos tienen que estar previstos previamente. Además, está previsto que estos títulos, cuando concurran en el nuevo mercado, sigan teniendo problemas de liquidez. Por estos y otros motivos, Triodos ha roto el compromiso que adquirió con sus clientes”, expone el abogado Serrano. “¿Cómo van a solucionar este problema? La única solución, tristemente, es a través de un intermediador legal porque los clientes han perdido parte de sus ahorros”, opina Maestre.
Los afectados vs Triodos Bank
Sobre la comercialización de los polémicos CDA, la entidad bancaria en cuestión expone a este medio que, antes de la suspensión de la compraventa en marzo de 2020 y posteriormente en enero de 2021, “Triodos Bank realizaba una valoración de los y las clientes en función de su conocimiento del producto mediante un Test de Conveniencia, así como de un estudio de la adecuación al o la cliente de las características del producto mediante el Test de Mercado Objetivo Triodos”.
Sin embargo, la versión de los afectados dista bastante de la que cuenta la entidad bancaria. “A mí no me hicieron el test. Consta como hecho, porque he pedido todos los papeles para hacer la demanda y lo he visto, pero a mí no me lo hicieron. Yo soy una ignorante en temas financieros y lo único que pedí antes de firmar fue que pudiera retirar el dinero cuando lo necesitase. Y me dijeron: sí, sí, no hay ningún problema”, relata S. B. “En mi caso, no realicé ningún test de conveniencia”, coincide Soria. “Si los afectados pueden demostrar que firmaron la adquisición de este producto sin ser informados del riesgo que tenía, la justicia les dará la razón”, apunta el experto en consumo y economía, Emili Vizuete.
¿Un banco ético?
“Me hice la cuenta para salirme de la vorágine de lo que roban los bancos. Pensaba que Triodos Bank era un banco ético…”, apunta Soria. “Yo saqué mi dinero de Bankia, por lo que ocurrió, ¿sabes? Y lo puse en Triodos porque, supuestamente, era ético. Lo que más me ha irritado es que la persona que me atiende en Triodos me ha estado dando largas y me decía que el dinero rendía, que era mejor no sacarlo”, lamenta S. B.
Hasta la fecha, el Juzgado de Primera Instancia número 2 de Pamplona ha dictado las dos primeras sentencias, en las que el fallo ha sido a favor de la entidad bancaria. “Supongo que en algún punto del contrato exponían que podían actuar así en una situación determinada. El problema es que la gente no lee los contratos que firma. Pero, al final, lo importante es que el funcionamiento de este producto era igual al de las preferentes, y con las preferentes la justicia falló a favor de los afectados, que recuperaron su inversión inicial”, sentencia Maestre, quien opina que el concepto de banca y ética “casi nunca han ido de la mano”.
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