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Dejar de fumar con ‘el nuevo Champix’ gratuito de Sanidad: “Por sí solo, no funciona demasiado bien”
El Gobierno financia el tratamiento farmacológico con Todacitan, pero los médicos recuerdan que superar la adicción al tabaco requiere, también, de terapia psicológica
Dos de cada diez muertes en España son producidas por el tabaco, según datos de EpData. Una pandemia silenciosa que cuenta con 8,6 millones de españoles --el 22 % de la población mayor de 15 años-- que fuman a diario. Desde septiembre de 2021, cuando se retiró Zyntabac (bupropion), los fumadores no disponían de ningún fármaco para superar su adicción mediante un tratamiento con prescripción médica. Ahora, desde el 1 de febrero, Sanidad financia Todacitan (citisina), el nuevo Champix para dejar de fumar.
Se trata de un fármaco que ayuda a dejar el tabaco y calma la ansiedad que genera abandonar el hábito, pero no es una fórmula mágica. “Por fin ha vuelto la financiación, pero, el fármaco, por sí solo, no funciona demasiado bien. Para aumentar las posibilidades de éxito debe ir acompañado de un tratamiento psicológico. Es un 50-50”, expone a Consumidor Global el presidente del Comité Nacional para la Prevención del Tabaquismo (CNPT) y coordinador del Grupo de Tabaquismo de la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia (SEMG), Andrés Zamorano.
Así es Todacitan, ‘el nuevo Champix’
Hasta ahora, el Todacitan (Aflofarm Spain S.L.U.), cuyo principio activo es la citisina, que tiene una eficacia similar al de la vareniclina (Champix) y pocos efectos secundarios, se podía adquirir en las farmacias por 198 euros. Se administra a partir de comprimidos y la ingesta varía a lo largo de los 25 días que dura el tratamiento.
Durante los tres primeros días, el paciente debe tomar seis pastillas diarias (una cada dos horas) y todavía se permite fumar. A partir del cuarto día y hasta el duodécimo, la persona ingiere un comprimido cada dos horas y media y debe haber dejado el tabaco. Del día 13 hasta el final del tratamiento, la dosis diaria se reduce de manera progresiva.
Los requisitos para acceder al tratamiento gratuito de Sanidad
Un 70 % de los fumadores manifiestan el deseo de dejar de fumar, pero la barrera económica de 198 euros hacía que “muchos pacientes se echaran para atrás”, apunta Zamorano. Cada vez que se financia un tratamiento, “muchísimos pacientes acuden a las consultas médicas. Estos días no para de llamarnos gente”, añade.
Sin embargo, en contra de lo que dice la evidencia científica --que todos los que quieran dejar de fumar deberían optar al tratamiento--, Sanidad no funciona así. El paciente tiene que pasar por una serie de requisitos: tener una decisión firme para dejar de fumar, haberlo intentado en el último año, fumar diez o más cigarrillos al día y obtener un 7 o más en el test Fagerström de dependencia al tabaco.
La clave para dejar de fumar
“No es me tomo las pastillas, baja el espíritu santo y he dejado de fumar. Si el paciente no se somete a una serie de visitas, no le voy a recetar Todacitan”, explica Zamorano en referencia al tratamiento cognitivo-conductual que ofrecen porque triplica las posibilidades de ser exfumador al cabo de un año. Médicos, psicólogos y enfermeras proporcionan el tratamiento psicológico, que consiste en preparar al paciente, mediante ejercicios, repaso de rutinas, hacer un registro de cigarrillos, fijar el día que dejarán de fumar, trabajar la motivación, etcétera. Siguiendo el tratamiento farmacológico (Todacitan) y el psicológico, las posibilidades de éxito son de un 40 %. Sólo con fármacos, “son muy inferiores”.
Financiar Todacitan “es un paso fundamental para acompañar el proceso de dejar de fumar, pero no olvidemos que es una adicción, y para superar una adicción es necesario tratar otros aspectos. Dar un medicamento a los pacientes no es suficiente”, expone a Consumidor Global la directora de proyectos de la Fundación Lovexair, Lila Martínez. La nicotina hace que las neuronas del cerebro produzcan dopamina --la hormona de la felicidad--, “y los medicamentos pueden suplir esta dependencia, pero cortar con las costumbres y adquirir nuevos hábitos que sustituyan el acto de fumar también requiere ayuda”, coincide la coach de terapias antitabaco Eva Maroto.
Demasiado tiempo sin financiación
Desde que se retiraron del mercado Champix (julio de 2021) y Zyntabac (septiembre del mismo año) por contener nitrosaminas, compuestos potencialmente cancerígenos, “estábamos huérfanos y nos quedamos ojipláticos: imagina que te quedas sin tratamientos para la diabetes o el colesterol... Los fármacos para adicciones y enfermedades como el tabaquismo tienen que estar financiados”, zanja Zamorano.
“Retiraron el Champix, que funcionaba muy bien, según los médicos, porque había una mínima probabilidad de que provocara cáncer, pero no se les pasa por la cabeza restringir el acceso al tabaco, que provoca cáncer a nivel pandémico”, crítica la presidenta de Nofumadores.org, Raquel Fernández. Dicha asociación ha registrado una iniciativa ciudadana en la Comisión Europea que busca recoger un millón de firmas para conseguir la primera generación sin tabaco en el viejo continente, una medida que ya se ha alcanzado en Australia.
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