“A mí creo que me la han intentado colar con una pala de exposición”. A José Jiménez no le ha hecho ninguna gracia su primera y, por lo que cuenta, última experiencia con la tienda Pádel Nuestro. Y es que este sevillano tuvo que rezar al patrón de los deportes de raqueta para conseguir una pala de pádel “nueva y en condiciones” después de recibir una “agrietada con arañazos y polvo entre los agujeros”.
“He tenido que esperar casi dos semanas para tener la pala, la atención ha sido malísima y encima no han mostrado ninguna disculpa”. Jiménez cuenta a Consumidor Global que realizó un pedido en la tienda online el día 1 de julio, en concreto una Bullpadel K2 Power 2021, cuyo precio es de 59,90 euros. Para su sorpresa, el día 5 de julio recibió el pedido con rapidez, pero con un detalle que no esperaba: la pala estaba rota.
El servicio posventa de Pádel Nuestro
“Cuando la abrí, la pala estaba llena de picaduras y faltaba pintura. Para mí que había estado expuesta y había recibido golpes”, relata Jiménez. El cliente asegura que cuando intentó tramitar la devolución, no le cogían el teléfono y tardaban en contestar. “Cuando lo conseguía, me hablaba con respuestas automáticas e instrucciones genéricas de cambio, sin aclararme si tenía que pagar más por cambiar una pala deteriorada”, explica.
Ante esta atención “lenta y poco eficiente”, según Jiménez, este consumidor decidió pasar por la tienda física que Pádel Nuestro tiene en Sevilla. Sin embargo, desde el establecimiento le explicaron que ellos no podían hacer nada y que todas las compras que se habían hecho a través de la página web debían tramitarse por el mismo medio. Según Pádel Nuestro, “las tiendas físicas no pueden gestionar devoluciones de la web porque seguimos un modelo de franquicias”.
Sin posibilidad de devolución en la tienda física
Que Pádel Nuestro no permita la devolución en tienda física se puede deber a dos razones, cuenta Diego Rodríguez, catedrático de Economía Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid. “Si es un modelo franquiciado, cada tienda tiene un régimen jurídico distinto y no existe el stock compartido. La otra opción sería por política de empresa y que se decida la compañía por separar los canales de devolución, algo que en la actualidad es muy poco común”, señala el profesor.
Rodríguez duda que haya una regulación establecida sobre este aspecto, más allá que “se canalice la devolución del producto y se garanticen los plazos para poder llevarla a cabo”, remarca el catedrático.
¿La culpa es del transportista?
Jiménez explica que Pádel Nuestro llegó a culpar a la empresa transportista GLS del mal estado de su nueva pala. “Yo estaba seguro de que en el transporte no se habían producido los daños porque venía muy bien embalada”, además, el cliente asegura que incluso GLS se puso en contacto con él para preguntarle por la recepción del pedido y su embalaje, porque “la tienda había reclamado que la culpa era de GLS”.
Este medio ha consultado a GLS por este caso y en su respuesta tan sólo se ha indicado que “la incidencia consta cerrada y resuelta”, sin confirmar si, en efecto, Pádel Nuestro culpó a la empresa del mal estado del producto.
Dos semanas para tener una pala nueva
Pero la indignación de este usuario va más allá. Según explica, le volvieron a preguntar en varias ocasiones si lo que deseaba era un cambio o una devolución. “El día 12 de julio me vuelven a escribir que han recibido la pala y me preguntan si quería cambiarla o devolverla cuando yo desde el día 5 del mismo mes había pedido que se cambiara”, matiza el cliente.
Al final, y tras una larga espera en la que Jiménez intentó pelearse con Pádel Nuestro por todos los medios, incluido Twitter, el cliente recibió su pala nueva a estrenar el 14 de julio, dos semanas después de hacer el primer pedido. Además, Jiménez lamenta y asegura que “no he recibido ni una sola disculpa por parte de Pádel Nuestro, no vuelvo a comprar nada por aquí”, concluye indignado.
Varios casos similares
Roberto Mangas, otro cliente, señala que su experiencia con Pádel Nuestro también fue “horrible”. “Me enviaron dos veces la pala en mal estado, se veía a simple vista al sacarla de la caja”. Según Mangas, estaba abombada por las dos caras y al recibir una nueva, le enviaron otra con rayaduras. “Lo único que te dicen es que se la envíes para comprobarla y encima te mandan otra en mal estado también. He perdido el tiempo”, subraya.
Por su parte, Ramón Martínez también critica que el servicio de posventa es “lamentable” porque al comprar su pala Star Vie Raptor de Stupa, se le cayeron los plásticos antivibración. La devolvió y esperó semanas para recibir una nueva. “Fue una impotencia muy grande. Es la última vez que compro aquí y por supuesto no se la recomiendo a nadie”, matiza el usuario. Por su parte, desde Pádel Nuestro aseguran a este medio que sí que pueden darse casos en los que se envíen palas deterioradas por el transporte, “pero siempre tramitamos los cambios lo más rápido posible”, concluyen.