La máscara de pestañas se inventó por amor. Cuenta la leyenda que Thomas Lyle Williams, farmacéutico y fundador de Maybelline New York, ideó el primer rimmel después de que su hermana Mabel intentará, en vano, oscurecer las suyas. La joven se las había quemado mientras cocinaba. Un accidente fortuito que le podía costar su futuro: en unos días conocía a su pretendiente, y con los cuatro pelos que le quedaban era imposible remarcar su mirada.
Ante el desespero de la hermana, Williams mezcló cenizas y vaselina, y aplicó la mezcla en las pestañas de Mabel. La idea parece que camufló el desastre, porque en unos meses se acabó casando. Además, el farmacéutico, contento con su ingeniosa pócima, le pilló el gusto a la industria de la cosmética y poco después fundó la empresa Maybelline que, en realidad, es el acrónimo de Mabel y vaseline. Un siglo después, la compañía de la familia Williams sigue innovando con sus máscaras de pestañas. ¿Su último hit? La máscara de pestañas Sky High, el nuevo papel de baño de las tiendas de belleza.
De momento, no hay milagro
“La máscara apelmaza. No separa los pelos, sino que los junta en grupos, un efecto muy similar a las pestañas de las muñecas”, apunta Carel Quezada, una youtuber de belleza. Leticia Sánchez, otra youtuber, coincide con Quezada. A su juicio eso se debe al gupillón, es decir, al cepillo del rimmel. “Si el gupillón es de silicona, no se peinan tan bien las pestañas, por ello es muy importante aplicarlo mediante el movimiento en zigzag”, insiste Sánchez. Para Meri Fonollosa, maquilladora profesional y empleada en Druni, el Rimmel de Maybelline “no da volumen, más bien alarga las pestañas”.
De hecho, el secreto de Sky High y “de cualquier rimmel”, como matiza esta maquilladora, está en colocarlo bien. Según Fonollosa, para aplicar correctamente esta máscara de pestañas es fundamental peinarlas con un movimiento en zigzag, desde la raíz a las puntas. “Y es muy importante no olvidar los extremos, un fallo que muchas hacen”. Asimismo, Fonollosa considera que el producto de Maybelline “se acaba muy rápido, el bote dura poco si se hace un uso diario”. Esto sucede porque “el producto tiene una textura muy fluida”, como corrobora Fonollosa.
Si no está en TikTok, no existe
En la actualidad tener presencia en TikTok, la red social favorita de la generación Z, es casi una obligación, y más si se quiere vender un producto. A pesar del indiscutible reinado de vídeos de chicas bailando y retos insulsos, el contenido de esta app es cada vez más amplio. Desde consejos de cocina o limpieza, tutoriales de deporte, noticias de actualidad, hasta reviews de productos de belleza. TikTok lo abarca todo. Y para el consumidor de 15 a 22 años, si no está allí no existe.
“Vienen con una captura de pantalla de un producto y evitan cualquier interacción contigo. Llevo 15 años en este negocio, pero eso ya no importa. Los jóvenes sólo se fían de lo que ven en los comentarios de un vídeo”, lamenta una dependienta de Sephora. Y es que cada cierto tiempo hay un producto de cosmética que despunta en esta red social. Ya pasó con la mascarilla Honey Bust de Biovène, conocida popularmente como “la mascarilla efecto pecho operado”, y ahora sucede con el rimmel Sky High de Maybelline. Aunque, a diferencia de la mascarilla, la publicación de Maybelline fue de pago. La empresa contrató a la tiktoker americana @jessica.eid_, que convirtió dicha colaboración en un vídeo viral y generó el boom de esta máscara.
Agotada en todas partes
El producto de Maybelline ha generado tanta expectación que encontrarlo es todo un hito. “Este mes hemos repuesto el producto cinco veces, nunca lo había visto en una máscara de pestañas, llega la mercancía y en unas horas se acaba”, explican desde Primor.
En Druni, Karina Moldova afirma a Consumidor Global que “la gente nos la pide a través de la web porque en tienda directamente ni la encuentran, en la actualidad hay hasta lista de espera”. El rimmel Sky High cuesta 8,45 euros en Primor y en Druni, pero en Amazon hay algunas opciones que se venden hasta por 14 euros. Todo lo que sea con tal de comprarla. “Al final, es más un tema de conseguir la máscara de TikTok que lograr unas pestañas largas”, concluye Fonollosa.