Las marcas blancas han conseguido asentarse bien en los hogares españoles gracias a los avances en calidad y el atractivo que suponen los precios bajos con respecto a los grandes nombres. Es por ello que cada vez es más habitual encontrar botes de Deliplus en los armarios en lugar de otras marcas como L’Oréal, por poner un ejemplo.
Y es que los consumidores son ahora más eficientes en el reparto de sus compras para conseguir una excelente relación calidad precio. El papel de los productos de marca blanca es cada vez más importante en un contexto que va más allá de las dificultades económicas del momento.
Las marcas blancas invaden los hogares
Así lo asegura el informe Perspectivas del consumo navideño en un mundo cambiante, dirigido por el profesor Eduardo Irastorza de OBS Business School. Cadenas de distribución como Mercadona, Carrefour o Hipercor han conseguido un hueco en las despensas y frigoríficos de las familias con independencia de su nivel económico, con productos cuya calidad no sólo va en aumento, sino que es cada vez más reconocida.
El ejemplo de Deliplus en cosmética representa una poderosa competencia para otras grandes marcas como L’Orêal, mientras que Hacendado lo es para gigantes como Bimbo. Además, el informe recoge otras conclusiones como que el gasto navideño para este año será superior a los 635 euros por persona.
El auge de los videojuegos
Una tercera parte de los regalos serán producidos por China, que hace ya tiempo que dejo atrás su etapa de “copia y vende barato” y asumió con decisión el papel de innovador tecnológico en prácticamente todos los sectores imaginables. Su próximo gran reto ya no será imponer sus marcas comerciales, sino controlar la distribución mundial con sus operadores y plataformas de e-commerce, lo que es más que probable que consiga antes de que acabe esta década.
Los regalos de este año se mueven en la nube: por un lado, los videojuegos, que tienen el crecimiento más rápido y seguirán aumentando sin freno; por otro, las plataformas de contenidos, que cada vez nos cobrarán más por disfrutar de ellos. Los muy diversos dispositivos tecnológicos que se regalan por estas fechas hacen que cada vez estemos más cerca de disfrutar una “cena virtual”, con gafas 3D que nos trasladen la sensación de estar rodeados de nuestra internacionalizada y diversa familia, muy al estilo de las reuniones virtuales que vimos en las películas de “Kingsmen”.
Tecnología y obsolescencia planificada
Las compras de productos electrónicos son incentivadas en bastantes ocasiones mediante un proceso dudosamente ético: la obsolescencia planificada. No son pocas las marcas que mediante sucesivas actualizaciones van mermando la memoria y, por tanto, las capacidades de los dispositivos móviles que comercializan. De este modo pueden prever cuándo sus dispositivos habrán quedado totalmente inoperativos y proponer su sustitución por un nuevo modelo.
Para la marca, este proceso no sólo es muy rentable, sino que, además, le permite programar con mucha más precisión su producción. Para el usuario es, sin embargo, bastante frustrante. “Este juego tal vez acabe con un modelo de suscripción y renovación que sirva de base a la fidelización de los clientes, tal y como ocurrirá en muchos otros sectores”, afirma Eduardo Irastorza.