Samsung Galaxy Z Flip5: un teléfono de nicho para los amantes del ‘selfie’ con un precio desorbitado

El de los teléfonos plegables es un mundo reducido solo a unos pocos amantes del formato compacto y los diseños novedosos y atrevidos. Y es que lo cierto es que no cualquiera se compraría un móvil de estas características, en especial por su precio, ya que son teléfonos de gama alta. Un buen ejemplo de estos móviles de nicho es el reciente lanzamiento de Samsung, el Galaxy Z Flip5.

Consumidor Global ha probado durante una semana uno de los últimos plegables de la compañía surcoreana y, aunque existen varias mejoras con respecto a su anterior versión como es la pantalla externa, sigue siendo un teléfono caro (1.200 euros), cuya pantalla principal sigue generando dudas y desconfianza.

La pantalla externa, principal novedad

El Samsung Galaxy Z Flip5 viene abierto en su caja negra (solo incluye un cable de tipo C para el cargador). Al igual que sus anteriores modelos, continúa siendo fiel al diseño clamshell y se abre como una concha. La principal mejora que lo diferencia del Z Flip4 es su pantalla externa de 3,4 pulgadas que, ahora sí, admite más widgets, personalización y una experiencia de uso más completa.

Si antes apenas se podía consultar la hora y la fecha, con la nueva pantalla externa se puede navegar por algunas aplicaciones e incluso tomar selfies con el móvil cerrado y con una calidad muy óptima. Es una función que habrá quienes la encuentren útil, pero, ¿no sigue siendo más sencillo abrir el móvil y tomar una foto normal con la pantalla completa?

Pantalla mejorada

Con el móvil completamente abierto, la pantalla principal es de 6,7 pulgadas. Es un tamaño estándar para un smartphone de este tipo, aunque da la sensación de ser un poco alargado. La pantalla repite el factor Dynamic Amoled 2X y una tasa de refresco de 120 Hz. El móvil pesa 187 gramos y doblado puede resultar demasiado grueso para llevarlo en el bolsillo.

Al desplegar completamente el móvil se aprecia muy fácilmente la hendidura que se produce en la bisagra, que sigue siendo muy notable al tacto y que puede resultar molesto si se desliza el dedo sobre la pantalla, o al menos hasta acostumbrarse. Si se observa de perfil se puede comprobar que el teléfono no llega a quedarse completamente plano, sino que queda milimétricamente doblado. Ese es un detalle que puede no gustar a algunos usuarios.

Bisagra reforzada, pero imperfecta

Precisamente Samsung ha recibido críticas por las pequeñas grietas que han aparecido en las bisagras de algunos modelos anteriores. Para el Z Flip5, la marca asegura haberla reforzado con un nuevo elemento llamado Flex Hinge, que presenta un diseño duradero de doble raíl. “Esta bisagra nueva y mejorada, es más duradera que la bisagra del Galaxy Z Flip4. Gracias a su diseño de doble raíl, el peso del teléfono se distribuye de manera uniforme, lo que lo hace menos propenso a doblarse o agrietarse”, se puede leer en la descripción del producto.

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Juan Manuel Del Olmo

Cuenta con una batería inteligente de 3.700 mAh. Usando el móvil abierto, la batería dura unas 9 horas, mientras que si está cerrado puede llegar a las 16 horas en funcionamiento. Sin embargo, es un resultado pobre para un teléfono de este coste.

Un teléfono para unos pocos

En definitiva, el Z Flip5, al igual que el resto de plegables, es un teléfono de nicho reservado solo para unos pocos que deseen pagar una buena cantidad por contar con un diseño novedoso y original. No obstante, se puede encontrar mejor rendimiento en dispositivos más económicos o modelos de alta gama por un precio similar como el Samsung Galaxy S23 Ultra.

Se notan las mejoras y cómo Samsung va tomando nota de los puntos flacos a pulir de los modelos que va sacando. No obstante, el de los plegables es un segmento que llegó pisando fuerte en el sector de la telefonía, pero aún sigue sin convencer al gran público. Si bien, hay que tener en cuenta que tampoco ese es el objetivo de un teléfono tan especial y tan caro como el Z Flip5.