El agua es el compuesto sin el que la vida no existiría. El 70 % de la superficie de la tierra es H2O. Se encuentra en manantiales, ríos, lagos, zonas subterráneas o en las nubes por condensación. Por eso, depende de dónde se obtenga, tiene unas propiedades u otras y conocer las cualidades del agua que se consume es importante. Según su composición, ésta podría beneficiar a un grupo de personas o ser contraproducente para otro.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja que las mujeres tomen dos litros de agua cada día y los hombres 2,5 litros. Su ingesta es necesaria para no sufrir deshidratación u otras dolencias. El agua del grifo se diferencia de la envasada en que necesita, para ser apta para el consumo, hasta 80 productos químicos diferentes, por lo que sus cualidades nutricionales son muy pobres. Mientras, si se elige la opción embotellada, cada marca tiene un compuesto diferente, con unos nutrientes u otros.
Diferentes tipos de agua
El agua se clasifica --en función de la cantidad de minerales que tiene-- en tres tipos: la débil contiene menos de 500 miligramos (mg) de residuos secos por cada litro; la media está entre 500 mg y 1.500 mg; y la fuerte tiene más de 1.500.
Para hablar de mineralización del agua hay que tener en cuenta que su composición sea constante. “Cuando se realiza un análisis a un agua, debe tener los mismos nutrientes que pasados tres meses, e incluso varios años. Esto no ocurre con el agua del grifo, que no es la misma en enero que en septiembre por el efecto de las lluvias o del frío”, explica a Consumidor Global Francisco Maraver, profesor de hidrología médica de la Universidad Complutense de Madrid. De hecho, el agua que llega a las casas puede ser diferente según la zona de la ciudad. Sin embargo, no pasa lo mismo con el agua mineral, cuyos componentes siempre son los mismos.
La mejor para cada afección
Las aguas que se embotellan son subterráneas. Esto favorece que su composición no se altere o contamine con otros compuestos. Pero depende de dónde se obtenga, el agua tiene unos nutrientes u otros. Y, por tanto, está indicada para determinados trastornos o afecciones, pero no para otros. Por ejemplo, el agua de la marca Vichy se extrae del manantial Vichy Catalán, en Caldes de Malavella (Girona). Las propiedades de este lugar hacen que tenga una mineralización dura, ya que la suma de sus compuestos excede los 1.500 miligramos por litro. Además, los expertos consideran que un agua está carbonatada cuando supera los 600 miligramos por litro. En el caso de la marca catalana, la cantidad es de 2.081 miligramos por litro de bicarbonato. Esto la convierte en una aliada para las digestiones pesadas y ayuda a disminuir los niveles de acidez de la sangre u orina.
Por su parte, el agua de la marca Solán de Cabras se extrae de un manantial situado en la provincia de Cuenca. Su composición es pobre en sodio, sólo tiene 4,8 miligramos por litro. “Esta agua es beneficiosa para personas que tienen problemas de riñón y puede ayudar a la expulsión de piedras”, explica Faustino Muñoz, experto y catador profesional de agua.
Pequeños y mayores
El agua de Aguadoy se obtiene de la Sierra de Gredos. Es una de las aguas con una composición más completa. Este líquido tiene 5,8 miligramos (mg) por litro de sulfato y 13,7 mg de cloruro. Estos dos elementos ayudan a mejorar la circulación sanguínea y son beneficiosos para las personas que sufren arritmias. “ En el caso de las personas mayores es bueno que el agua tenga magnesio, porque ayuda a la osteoporosis y combate el estreñimiento y calcio, ya que favorece una mejor densidad ósea”, explica Raquel García, nutricionista de la consulta Nutersense, en Huesca.
Por su parte, los más pequeños necesitan un consumo diario de minerales para su desarrollo y el agua de Vichy, al tener una mineralización dura, aporta estos nutrientes, pero en cantidades tan elevadas que no es recomendable. “Un agua de mineralización baja que sea rica en componentes es perfecta para los niños, porque su organismo está aún en desarrollo”, asegura la experta. Así, el agua de la marca Font Vella que se extrae del manantial de Sacalm, en Girona, es más recomendada para la preparación de alimentos infantiles.
Escasa información para el consumidor
Las marcas no están obligadas a publicar una guía de indicaciones en las etiquetas de sus aguas. Al ser un producto de uso diario que consume toda la población, si lo hicieran podrían perder clientes. Mirar siempre el etiquetado de cada líquido es importante para saber cuál es la más conveniente para la salud. “Si conozco lo que tiene el agua puedo elegir una que tenga más minerales, pero que no tenga gas o que no tenga sodio, ya que no está indicado para las personas que tienen la tensión alta”, explica Muñoz.
El agua carbonatada, por ejemplo, es beneficiosa para las personas que sufren de malas digestiones y el agua sulfatada tiene un efecto laxante en quienes la consumen. “El calcio en el agua suele ser de 150 miligramos por litro. Las cantidades diarias recomendadas son de 800 miligramos al día. Una forma de tomar este elemento es eligiendo el agua recomendada. Con eso, el consumidor estaría cubriendo el 70 % de las necesidades de calcio sin problemas de intolerancia de ningún tipo”, concluye Muñoz.