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¿Sabes lo que aceptas cuando consientes las cookies al navegar por internet?
Los expertos aseguran que la mayoría de webs no cumplen las normativas actuales de cookies y, por ello, ofrecen las claves para evitar que hagan un seguimiento ilícito de tu información
Lo saben todo de ti. La hora a la que te acuestas y qué es lo primero que haces cuando te levantas. Tu estado de salud, tus creencias religiosas, tus inclinaciones políticas, incluso tus preferencias sexuales. Todo. Lo saben todo. Sin excepción. Saben si prefieres el running al Crossfit. Saben que te gusta subir fotos con frases ñoñas a Instagram y que felicitas a tus amigos a través de Facebook. De hecho, cuando navegas o cotilleas una red social, muchas veces haces lo que ellos quieren que hagas. Conocen tu ubicación en cada momento y juegan con tu tiempo. En Estados Unidos hay brókers que aseguran tener 3.000 data points --unidades de información-- de cada individuo. Y sí, presumen de ello.
¿Cómo se ha llegado a este punto de no retorno? ¿Tiene solución? Internet se ha convertido en una herramienta imprescindible a la hora de trabajar, comunicarse, moverse y vivir en el siglo XXI. Sin embargo, al navegar, la mayoría de páginas hacen consentir las famosas cookies, y algunas de ellas se convierten en archivos que las empresas almacenan y utilizan para crear anuncios personalizados. ¿Hasta qué punto los internautas se dan cuenta de lo que aceptan? ¿Es posible tomar el control de la información personal de uno y no permitir que utilicen sus datos?
Unas cookies desfasadas
En principio, en la política de cookies de una página web se debe informar, entre otras cosas, sobre qué son las cookies, cuál es su función, cuáles se utilizan, quién las utiliza, cómo aceptarlas o rechazarlas, y el período de conservación.
El problema es que, a día de hoy, todavía existen muchas páginas web que no cumplen la normativa --se calcula que en 2020 todavía había un 70% sin adaptar--, “y esto supone un peligro porque no se sabe qué cookies se instalan en tu ordenador y, por lo tanto, a qué información tienen acceso y qué pasa con esa información”, expone a Consumidor Global el consultor especializado en protección de datos de Audidat, Fernando López de Coca. Además, “existe una falta de concienciación” sobre los peligros que entraña internet, añade este experto.
¿Qué hacemos al aceptar las famosas ‘galletas’?
Si la página web está adaptada, tienen que informar, de manera explícita y con un lenguaje sencillo, de lo que significa aceptar las cookies. “Saber cuáles utiliza una página web nos permite tener cierto control sobre qué datos facilitamos al acceder”, apunta López de Coca. Si se cumple con la normativa, tienen que darte la opción de “aceptar” y “rechazar”, o la posibilidad de configurarlas llevándote a otro apartado desde donde también se pueden rechazar. No obstante, existen distintos tipos de cookies según quien las gestione, la finalidad o según el plazo que permanecen activadas. Las puede gestionar el dominio al que se accede, o que sean tratadas por terceros, lo que no suele ser demasiado aconsejable. En cuanto a la finalidad perseguida, también puede ser diversa: desde las básicas para que la página web funcione a aquellas publicitarias, que pueden observar los hábitos de navegación de cada usuario y crear un perfil.
Así pues, todo depende del tipo de cookies, por lo que la información que se cede al aceptarlas puede ir desde algún dato personal hasta saber las páginas a las que se accede, qué productos interesan, hora, fecha, datos que se registran, y un largo etcétera. La mejor prueba de ello es que, tras una búsqueda en internet, empiecen a salir anuncios personalizados sobre dicha búsqueda.
Las más problemáticas
El problema “son las cookies vinculadas, que dependen del mercado publicitario”, advierte Sergio Maldonado, CEO de PrivacyCloud, quien explica que las vinculadas, a las que también se llama cookies de tercera parte de perfilado de usuarios, buscan la efectividad de los anunciantes. “Es un mercado muy salvaje”, añade. Al ceder los datos a otras entidades, se pierde el control sobre los mismos, por lo que no se sabe qué van a hacer con ellos --perfiles de usuario, bases de datos, publicidad personalizada--.
¿Se pueden evitar? “Rechazándolas evitas la publicidad de persecución”, apunta Maldonado. Si las rechazas, la publicidad que te aparecerá será la de hace unos años.
¿Qué hacer para que no cojan tantos datos personales?
Al limpiar las cookies del navegador --el historial--, hay una parte de información que se elimina y el usuario será más difícil de seguir. Por ello, los especialistas aconsejan hacerlo de vez en cuando y, sobre todo, entrar en el apartado Política de privacidad de cada web para informarse sobre si ceden los datos personales y a quién. “Si no lees la política de cookies con detalle, recházalas, ya que eso puede evitar problemas futuros”, recuerda López de Coca.
Navegar de incógnito, usar navegadores que garanticen la privacidad y utilizar VPN --una red privada virtual-- también ayuda.
¿Tienen los días contados las cookies?
Google ha asegurado que el navegador Chrome tendrá soporte de cookies de terceros hasta finales del 2023, un año más de lo anunciado en un inicio. “Google está en el ojo del huracán. Todas las multas les caen a ellos”, apunta Maldonado, quien explica que, a día de hoy, cookies de tercera quedan en el 64% de los navegadores.
Safari no acepta cookies de tercera. Firefox tampoco. “Con la nueva normativa y el consentimiento real, el sistema de programática y perfilado de usuarios ha perdido fuerza y precisión. Ya no te perfilan. Es más un riesgo para ti y para tu futuro, que un éxito para el anunciante”, resume Maldonado. Según los expertos, este sistema que durante años ha servido a las empresas para recolectar datos de los usuarios tiene los días contados.
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