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Cómo recuperar tu bicicleta robada si la ves en Wallapop
La pandemia ha disparado las ventas y el uso este medio de transporte, lo que ha facilitado el trabajo a los ladrones
Las bicicletas son uno de los artículos más codiciados por los ladrones. Son fáciles de transportar, se suelen aparcar en la calle y con un simple cortafrío se rompe la cadena o el candado y ya está libre. El 17,8 % de los usuarios de este medio de transporte asegura haber sufrido, como mínimo, un robo en los últimos cinco años, según el último barómetro elaborado por la Red de Ciudades por la Bicicleta (RCxB.
En Barcelona, una ciudad de 1,6 millones de habitantes, un 19 % de los ciclistas ha sufrido un robo en los últimos cinco años, según un informe elaborado por la Generalitat de Cataluña. Desde hace años, la movilidad sobre dos ruedas ha ido creciendo exponencialmente, y con la pandemia del Covid, esta tendencia se ha acelerado por el miedo al contagio en el transporte público. En 2020 aumentaron las ventas de bicicletas un 40%, vendiéndose más de un millón y medio. Pero, a más bicicletas en circulación, más posibilidades para los ladrones.
Al despertar... la bicicleta ya no está
Andreu Camprubí usa todos los días la bicicleta para desplazarse desde su casa, en el barrio de Gràcia (Barcelona), al trabajo. Como ésta no cabe en el ascensor, tiene que dejarla atada enfrente con un candado en forma de U y un cable de hierro. Un día llegó acatarrado y estuvo tres días sin usarla. Cuando bajó, ya no estaba. “Me puse de muy mala leche cuando al meterme en Wallapop para comprar otra encontré la mía”, explica a Consumidor Global. Por desgracia, el caso de Camprubí no es aislado y hay muchos usuarios que se han visto en su misma situación.
De hecho, algo parecido les pasó, también, a Lidia Ramos y a Rosa (quien prefiere no revelar su apellido). La primera vive en el barrio de El Clot, en Barcelona y su bicicleta descansaba en la calle cuando un ladrón se hizo con ella. “Cuando la encontré en Wallapop me di cuenta de que la vendían tan sólo a 300 metros de mi casa”, recuerda con resignación. “Un amigo me pidió consejo para comprarse una bicicleta segura para pasear por Barcelona. Se gastó mucho dinero en un buen candado porque no tenía más remedio que dejarla en la calle y, al día siguiente de comprarla, se esfumó”, explica Rosa. Pasado un mes la encontró en una web de segunda mano, pero estaba tan deteriorada que no podía asegurar que fuese la suya, así que no la recuperó.
¿Cómo recuperarla?
Lo primero que hay que saber para recuperar una bicicleta es que es importante guardar algún justificante, como la factura, el registro de la garantía o el número de bastidor. Si no es así, es muy difícil identificarla a no ser que se tenga una foto. Cuando Camprubí encontró su bici en internet, lo primero que hizo fue denunciarlo a la policía. Pactó con ellos quedar con el comprador y en el momento de la transacción intervinieron los agentes. “Cuando me iba a dar la bicicleta, se identificaron los guardias. Era un chico joven que aseguraba haberla comprado también en una plataforma de segunda mano y que la quería vender porque a los pocos días volvía a su país. Como no había forma de comprobarlo, quedó libre, pero yo al menos la recuperé”, rememora Camprubí con alegría.
Igual le pasó a Ramos. Concertó una cita con el vendedor y en el momento de darle el dinero aparecieron los agentes. “No se les puede acusar de hurto, sólo de apropiación indebida, porque esto tiene que ser infraganti. Ya le habían fichado de otros robos y tenía más bicicletas a la venta. Yo no poseía ningún documento de compra, sólo una fotografía donde se veía la cesta descolorida. Todavía estamos pendientes del juicio”, relata. Esa tarde se pudo llevar la bici a casa, mientras al ladrón le cayó una sanción administrativa.
Comprar de manera segura
El mercado de productos de segunda mano está en auge y cualquier objeto está disponible en internet. Sin embargo, no hay control sobre si el producto que se vende online es robado o no. De esto se dio cuenta Ismael Labrador, co-fundador de Tuvalum, una página web de venta. “Todas las bicicletas que ponen a la venta los particulares las revisamos antes de enviarlas al comprador y tomamos un registro documental del número de serie. Las que compramos nosotros, firmamos un contrato de compraventa y aplicamos un protocolo de verificación con la Policía para asegurar que no hay ninguna denuncia por robo”, explica sobre el funcionamiento de su empresa.
Las bicicletas que ellos venden no son las que se usan en el día a día en la ciudad. Son de alta gama y están dirigidas a un sector profesional. Pueden alcanzar los 3.000 euros. Por eso, la mayoría de los interesados conservan el recibo y el número de bastidor. “La gente que pierde bicicletas no suele denunciar el robo porque no guardan la factura y, además, muchas son de segunda mano. Por eso, solemos recomendar un acuerdo de compraventa con el DNI porque es la única forma de que, aunque la roben, el usuario pueda hacer algo por recuperarla”, asegura Labrador.
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