El cerdo agridulce con pimiento y bambú es un plato estrella de la gastronomía china. Esta delicia típica de la región de Cantón ha sucumbido a los paladares de toda Asia y de todo el mundo. Y no es para menos. Su elaboración es casi un ritual y cada familia tiene la combinación definitiva de la salsa agridulce, la gran protagonista del manjar. No en balde, este no es el único plato donde el puerco es el protagonista.
“La mitad de cerdos del mundo se producen y se comen en China”, explica Rossend Saltiveri, responsable del sector porcino de Unió de Pagesos y también productor de cerdos. No obstante, desde el verano de 2018 la peste africana está azotando al país dirigido por Xi Jinping. Entre 2018 y 2020 murieron 6.733.791 animales en China, lo que supone el 82 % del total de muertes notificadas a nivel global, según la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE). Con este panorama los asiáticos tuvieron que comprar cerdos fuera de sus fronteras. Y aunque Estados Unidos y Brasil son los mayores productores de porcino, prefirieron los cerdos del viejo continente. “A nivel sanitario da muchas garantías y el transporte de Europa a Asia a día de hoy sale bastante barato”, señala el productor. Con todo, desde hace cinco semanas los chinos han dejado de comprar, y en consecuencia el precio en origen de este animal ha empezado a caer y se espera que también lo haga en los lineales del supermercado. ¿Son estas las rebajas del solomillo?
La fiebre de oro del porcino
Desde el verano de 2018, China depende de Europa para seguir consumiendo su venerado manjar. Alemania, España, Francia y Dinamarca son algunos de los productores europeos más consolidados. Sin embargo, el gigante cárnico germano cayó en septiembre del 2020 cuando se detectó un caso de gripe en uno de sus jabalíes. Montaron una línea de contención de 176 kilómetros para que la epidemia no se expandiera. No obstante, al país asiático no le convenció la estrategia y “dejaron de comprar cerdos a Alemania”, como señala el responsable de Unió de Pagesos. Y así “España se convirtió en el principal exportador de China”. Y es en este momento, cuando se vivió la fiebre del oro porcino español.
Este esplendor comenzó en septiembre de 2020, aunque se consolidó el primer trimestre del 2021. En el mes de febrero el kilo de cerdo vivo se incrementó en 13,50 céntimos. “Se pagó el cerdo vivo a 1,55 euros por kilogramo de carne, una auténtica pasada”, destaca Saltiveri.
¿Cómo afecta en el supermercado?
Desde hace cinco semanas China ha dejado de comprar a España y, aunque las razones pueden ser muchas, Saltiveri lo tiene claro: “Se trata de un simple movimiento especulativo del mercado para que bajen los precios”. El kilo de carne en origen ha pasado de 1,55 a 1,32 euros. Una caída de más de 20 céntimos. “Los chinos hacen siempre esto y en muchos productos, como el petróleo y los cereales”, señala Emili Vizuete, experto en comercio internacional. “Es una manera de presionar el mercado, y es lícito dada su posición de fuerza”, añade.
No obstante, ¿qué repercusiones tienen en el consumidor estos movimientos? “Seguirá habiendo una tendencia a la baja. No obstante, los supermercados pueden aguantar el precio, porque tienen margen”, señala este analista. De hecho, quien notará esta caída será el productor que deberá buscar otras vías de comercialización, ya que “la capacidad la tienen instalada. Ahora mismo tiene los mismos cerdos, sin tanta demandada”. No obstante, según el experto, cinco semanas son pocas para presenciar grandes cambios en los lineales del supermercado. Pero Vizuete avisa de que, si la evolución sigue así, habrá “las rebajas del solomillo”. Y más aún si se tiene en cuenta que “en septiembre el precio del cerdo siempre baja”, como añade Saltiveri. En todo caso, habrá que esperar a ver qué deciden desde Pekín. Aunque, eso sí, los productores nacionales han echado toda la carne en el asador.