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¿Qué lleva el escalope vegetal de Lidl para parecerse tanto al pollo empanado?

Este producto procesado forma parte de la línea ‘My best Veggie’ y se vende en un pack de dos unidades a un precio bastante ajustado

Núria Messeguer

Un 'pack' de escalopes de Lidl / CS

En España casi un 10% de la población se considera veggie y un 35% de los españoles han reducido o han eliminado el consumo de carne, principalmente roja, de su dieta diaria. Esta tendencia, a la que algunos llaman revolución verde, ya está presente en muchos supermercados.

Algunas cadenas, como Lidl, cuentan con su propia línea vegetal. En concreto, My Best Veggie y está compuesta por 40 productos. De todos ellos, sin embargo, hay uno que se ha vuelto muy popular: el escalope vegetal. A simple vista, parece un trozo de pollo empanado, con una textura y un aspecto carnosos. Pero, ¿cómo se parece realmente a la versión de carne? ¿Qué composición ha elegido la compañía? 

Un clon de los escalopes de pollo

Los escalopes de My Best Veggie se venden en packs de dos unidades y tienen un precio de 1,99 euros. Se presenten en un envase de plástico transparente con un cartón por encima de color amarillo. Como recurso estilístico, en el packaging aparece la foto de estos empanados ya cocinados junto con un limón y una acelga --aunque ninguno de estos dos alimentos aparece en la lista de ingredientes del producto--.

Este producto está compuesto, en un 64 %, de leche desnatada, pan rallado, aceite de girasol, proteína texturizada de trigo, almidón, especias, clara de huevo y sal. Además, tiene conservantes, aromas y aditivos. A juicio de Beatriz Robles, tecnóloga de los alimentos y divulgadora científica, los aromas y las especias que ha utilizado Lidl son los responsables de que este alimento plant based se parezca tanto, en sabor, al pollo. Sin embargo, es imposible conocer qué mezcla ha usado la cadena alemana. “Las empresas no están obligadas a identificar los aromas en el etiquetado de sus productos”, afirma esta experta. Y lo mismo ocurre con las especias. “Si no se utiliza más de un 2 % de especias, el fabricante no tiene la necesidad de decir cuáles emplea”, recuerda Robles. De esta manera, la receta de Lidl es un secreto para los consumidores

Dos escalopes vegetarianos de Lidl / CS

Engañar a los sentidos

Aparte del uso de aromas y especias, Patricia Ortega, nutricionista especialista en alimentación vegana y vegetariana, considera que empanar el producto consigue disfrazar la materia prima utilizada.

Según esta experta, para “clonar” un plato es necesario tener en cuenta las propiedades organolépticas del mismo. Es decir, igualar el sabor, la textura, el color y el olor que produce un determinado alimento al paladar. “Gracias al empanado, en este caso el consumidor tiene la sensación de que consume un filete de pollo tradicional, aunque no sea así”, insiste.

Propiedades nutricionales

El escalope vegetal de  Lidl contiene, por cada 100 gramos, 185 kilocalorías, 7,4 gramos de grasas -- con un gramo de saturadas --  0,8 gramos de azúcar, 3,8 gramos de fibra y 1,2 gramos de sal.  A nivel nutricional, Ortega considera que es un alimento ultraprocesado y,  por tanto, su consumo debe ser reducido. “Menos la leche desnatada, el resto de los ingredientes son harinas refinadas y  proteína de trigo, que tiene una composición alimentaria pobre”, subraya también Robles.

Además, llama la atención el nivel de sal. “Contiene más de 1,2 gramos por cada 100 de producto y eso es  una cantidad ingente”, afirma Ortega. Por otro lado, ambas expertas advierten de que el aceite de girasol otorga al producto “grasas de baja calidad y poco nutritivas”. No obstante, Robes considera que este tipo de artículos  puede atraer a quienes estén en proceso de pasar a una dieta vegetariana. “Puede ser un alimento de indulgencia, pero poco más”, concluye.