Vivir en una gran ciudad puede ser, a veces, asfixiante: aglomeraciones en el metro, tráfico exasperante, viandantes que se cruzan en el camino en cualquier dirección y ruido, mucho ruido. Cuando llega el fin de semana, las carreteras se llenan de estresados cosmopolitas que ansían perderse en el campo o fundirse con la arena de la playa. La nueva moda se llama paddle surf y es un deporte que se puede practicar tanto en el mar como en el río, y lo mejor: promete soledad, silencio y relajación. Tras la pandemia, este se ha convertido en uno de los reclamos deportivos más populares. “Este año pasado, con el Covid, hemos tenido un 118 % más de clientes que el año anterior. Como se podían realizar muy pocas actividades y los gimnasios estaban prohibidos la gente lo ha elegido porque es una actividad individual”, explica a Consumidor Global Maite Rodríguez, que trabaja en el departamento de administración de la escuela Ocean Republik de Valencia.
Esta actividad física se popularizó en Estados Unidos en los años 60 del siglo pasado. Los monitores de surf usaban unas tablas grandes y gruesas para avistar las olas que cabalgarían luego sus alumnos. Más tarde, en los 90, grandes surfistas como Laird Hamilton o Brian Keaulana, que copaban portadas de importantes revistas deportivas y de moda, la usarían como método de entrenamiento, y entonces llegó el boom de esta disciplina.
Cualquiera puede practicarlo
Lo mejor del paddle surf es que no requiere de insufribles horas de práctica para coger la técnica. “Es un deporte sencillo, pero antes de practicarlo recomendamos hacer una clase para adquirir una buena posición, el mejor punto de equilibrio y la mejor técnica de remada”, explica Esther Martínez, monitora de esta actividad.
A partir de los siete años, el alumno ya tiene autonomía para deslizarse sobre el agua y si se busca seguridad “el río tiene muchas facilidades porque el agua está mucho más plana”, añade Guillermo Ruiz, monitor de Paddle Surf Sevilla. En el mar, sin embargo, puede haber más oleaje y “tienes que estar pendiente de las corrientes, por lo que se trabajan los movimientos involuntarios”, matiza.
¿Qué tabla me compro?
Para los principiantes lo mejor es empezar por una tabla de iniciación, llamada all round, ya que son más estables. “Cuando coges nivel y te metes en travesías más largas te vas a los modelos de touring que son tablas con más longitud y más estrechas, parecidas a las de surf, y sirven para recorrer mayores distancias y coger velocidad”, recomienda Ruiz. Además, están las tablas especiales para practicar yoga, una modalidad de la disciplina india que también está en auge.
Después, hay que elegir entre tabla hinchable o rígida. Las primeras han revolucionado el mercado y están dirigidas a todo tipo de público. Además, se pueden transportar con más facilidad porque se pliegan y su peso es menor. En comparación con las rígidas tienen ciertas limitaciones, ya que las segundas están enfocadas a un perfil más profesional, pero para el uso común son las más elegidas. En cuanto al precio, las hinchables son más baratas, aunque esto no quiere decir que sean peores. Son 100% fiables y las escuelas de paddle surf suelen usarlas para dar sus clases. También son válidas para los que quieren coger olas.
Precio y marcas
Sobre dónde comprar una tabla de surf, Decathlon es una opción que suele aparecer en la mente de muchos consumidores. Y en sus tiendas físicas se encuentran las hinchables, con un precio que oscila entre 199 euros y 349 euros. Sin embargo, los expertos consultados por este medio recomiendan que ésta sea la última opción por la menor calidad de sus materiales, pero si el presupuesto es ajustado no es una mala elección. Mientras, las rígidas de la cadena francesa sólo se pueden adquirir a través de la tienda online y su precio ya asciende a los 600 euros.
Otra opción es el gigante Amazon. En esta plataforma se puede encontrar una mayor variedad, como la tabla FBSport Sup hinchable o la ECD Germany Stand Up Paddle Board, ambas por 299 euros. Las dos son las más demandadas en el portal y la primera está dentro del ranking de las más vendidas de 2020. Si el presupuesto es un poco mayor, lo mejor es ir a una tienda especializada, o probar en una escuela. Su precio es más alto, con una diferencia de hasta 200 euros, pero las calidades son notablemente mejores. En Paddle Surf Sevilla, por ejemplo, tienen en el catálogo la marca alemana Fanatic, con una gama media que va de 500 a 600 euros o la española DVS Sport, con precios similares. Ya si el cliente busca una tabla rígida, el precio se eleva entre los 500 y 1.000 euros, como la CBS Sup, a 944 euros o la Tahe Outdoors Beach Cross 10' 195 L por 699 euros.
Beneficios del paddle surf
Aunque pueda parecer que no requiere de un sobresfuerzo, la verdad es otra. Lo cierto es que con el paddle surf se ejercitan todos los músculos del cuerpo. “Es beneficioso para adquirir tono muscular y ganar equilibrio, también a nivel aeróbico”, asegura Jesús Machado, fisioterapeuta deportivo.
Por ello, antes de practicar este deporte hay que saber cuál es el objetivo. Es decir, existen varias modalidades. La más popular es la de recreo, en la que varias personas buscan conectar con la naturaleza y a la vez desconectar de su rutina. Pero también está la de travesía, en la que se requiere de un mayor esfuerzo, y, por lo tanto, una mayor preparación física. Además, practicar paddle surf en la playa puede ser peligroso debido a una mala caída por las olas o porque la corriente puede arrastrar mar adentro, pero en condiciones de calma puede llegar a ser muy beneficioso. “Lo recomiendan mucho los médicos porque te obliga a llevar la espalda recta y la gente que sufre de rodilla no tiene un impacto fuerte”, concluye Ruiz.