Aunque dicen que la cara es el espejo del alma, las manos son el testigo directo del tipo de vida que se lleva. Son una carta de presentación y, por ende, lo son también las uñas. Cada una con su estilo. Largas o cortas, pintadas o no. Sin embargo, cabe tener en cuenta que, para presumir hay que sufrir, según reza el refrán. Y es que, tener una bonita manicura puede conllevar ciertos riesgos si se utiliza una lámpara de ultravioleta. Por ello, los expertos avisan de los peligros a evitar que hay detrás del dispositivo diseñado para aplicar esmaltes.
Estas lámparas se utilizan normalmente para el secado rápido de manicuras regulares y se recomiendan para fijar manicuras en gel. Existen lámparas entre 15, 24 y 36 vatios, a mayor cantidad de vatios, más rápido es el secado. Algunas lámparas de uñas se denominan lámparas UV y otras, LED, pero ambas emiten radiación ultravioleta. “Hay distintos tipos de lámparas, aunque las LED son las menos dañinas y las más modernas. Son más rápidas en el secado y no producen calor”, apunta Berta García Estrada, farmacéutica, experta en cosmética, dermatología y divulgadora en Befarma.
Los daños
“Se ha demostrado que producen daño en la piel, fotoenvejecimiento como el producido por la radiación solar. Por lo tanto, provocan manchas, arrugas, etc.”, explica García a Consumidor Global. “La radiación LED al final es visible y produce manchas. Hay muchos tipos de lámpara, LED, ultravioleta. Las LED son más modernas. Secan más rápido y eso hace que provoquen menos daño”, añade la dermatóloga, que recomienda ponerse siempre radioprotección antes de hacerse la manicura.
Por su parte, la usuaria Li Kaczynski expone a través de su cuenta de Twitter un recordatorio para aquellas personas que hacen uso de estas lámparas. “Si usáis lámparas UV para haceros uñas de gel, tenéis que poneros protector solar en las manos, en cada rincón de los dedos y las cutículas un rato antes de cada exposición. Y no es una tontería ni una nimiedad. Da igual si es minilámpara. Usad SPF 50”, sugiere en la red social.
Cáncer de piel
Kaczynski explica a este medio que usar protección solar es por lo mismo por lo que hay que protegerse de los rayos UV en cualquier otra situación. “Los riesgos son muchos, desde los percibidos como más leves (irritaciones, dermatitis, descamaciones), hasta quemaduras o un cáncer de piel”, alerta la usuaria, que asegura que el desconocimiento al respecto es evidente. “No dejo de recibir mensajes de gente mandándome fotos de sus dedos hechos un verdadero asco y preguntándome qué ponerse”, señala.
“Evidentemente les digo que pidan cita con su médico de cabecera para pedir hora con dermatología, pero realmente he visto fotografías que me han dejado…”, destaca sin saber cómo terminar la frase. De hecho, en sus comentarios se pueden observar varias imágenes de dedos dañados por culpa de estos aparatos. “Mi dermatóloga me ha comentado varios casos de melanoma de uña (cáncer) por estas lámparas. Me asusté muchísimo. Hay que tener cuidado”, reconoce otra persona.
Qué dicen las esteticienes y los estudios
La esteticista, maquilladora profesional y técnica de pestañas y cejas Anahi García confiesa que sabía que las lámparas hacen daño a las manos por los rayos ultravioletas, aunque destaca que “como no son daños visibles rápidamente, la gente se lo sigue haciendo”. García, por su parte, también está de acuerdo en que ponerse protección solar ayudaría a prevenir estos peligros.
No obstante, un estudio de 2014 en JAMA Dermatology encontró que el nivel de exposición a los rayos UVA asociado con una manicura en gel cada dos semanas no es suficientemente alto como para aumentar significativamente el riesgo de cáncer de piel, pero es prudente estar al tanto del problema. Otra revisión de 2020 de la literatura relacionada con la incidencia del cáncer de piel en las manos y las uñas de los adultos jóvenes (menores de 40 años) encontró que “hay poco o ningún riesgo cancerígeno inherente a las manicuras con gel UV”. Por último, la FDA considera las lámparas de curado de uñas como aparatos de bajo riesgo cuando se utilizan según las instrucciones de la etiqueta.
¿Mejor en casa o en un centro?
Anahi García explica que, dependiendo del resultado que deseé el consumidor, es mejor realizar la manicura en un centro de belleza o en la propia casa. “Si quieres tener unas uñas pintadas con el esmalte tradicional, se pueden hacer sin problemas en casa, pero si quieres unas semipermanentes o permanentes, es mejor acudir a un centro”, señala. La principal diferencia entre la manicura semipermanente y la manicura con esmalte tradicional es la duración. Mientras que el esmaltado tradicional se desprende con facilidad al de un par de días, la manicura semipermanente se mantiene impecable durante al menos dos semanas.
Las uñas semipermanentes son el resultado de aplicar un esmalte con base en gel que, para su secado, necesitan una lámpara especial. El efecto es muy natural y duradero. Se retira con acetona una vez que la uña haya crecido lo suficiente. De media, una manicura semipermanente cuesta en un centro entre 12 y 20 euros. En cambio, una lámpara UV en Amazon se puede encontrar entre 12,88 euros y 54,99 euros, y a unos precios parecidos en AliExpress, entre otros comercios.