Son tiempos oscuros. De incertidumbre y penumbra. De ausencia de luz. Y eso que, en Occidente, tal y como escribió el japonés Junichiro Tanizaki, “el más poderoso aliado de la belleza ha sido siempre la luz”. Nunca antes las lavadoras habían trasnochado tanto --los precios menos altos se suelen dar de madrugada--, y para leer en la cama y llegar a fin de mes hay que forzar la vista y apretarse el cinturón. Mientras las guerras por la escasez de agua ya son una realidad en algunos países, en España se libra la batalla de la luz.
Durante las últimas semanas, cada día ha sido el más caro de la historia de la electricidad. El megavatio hora (MWh) supera los 150 euros, tres veces más que hace un año. El impacto del coste de emitir CO2, la cotización internacional del gas y el desajuste de la oferta y la demanda tienen gran parte de la culpa de estos precios récord. En el marco de esta crisis, el Gobierno ha aprobado un plan de choque --reducción del IVA, suspensión del impuesto de generación eléctrica y un descuento en el impuesto de la electricidad-- para intentar que la subida de precio no se traslade a la factura de los consumidores, pero “si la luz sigue con tendencias al alza, como se prevé que sea hasta el próximo marzo, poco o nada ayudarán las medidas del Gobierno”, expone a Consumidor Global Josep Maria Català, experto en economía y profesor de la UOC, quien asegura que la única solución es la instalación de placas solares.
El autoconsumo eléctrico está en auge
Aunque en países del norte de Europa, con menos horas de sol, tienen muchas más placas solares, España es un mercado joven cuyo crecimiento se ha acentuado a causa de los precios prohibitivos de la luz. “Este año se ha doblado la demanda respecto a 2020”, apunta Javier Domínguez, portavoz de la empresa Cambio Energético, especializada en instalaciones fotovoltaicas.
Los expertos coinciden en que las instalaciones se llevan a cabo principalmente en viviendas unifamiliares y en industrias. “En comunidades de vecinos todavía es algo incipiente porque el autoconsumo compartido está muy verde”, detalla Domínguez. Con las placas solares se reduce la dependencia con las grandes empresas energéticas, aunque todavía no está “tan incentivado como debería”, critica Català.
¿Cuánto cuesta poner una placa fotovoltaica?
Instalar placas solares en casa cuesta entre 3.000 euros --las más básicas-- hasta 8.000 euros, una inversión considerable en un sistema que tiene una vida útil de entre 20 y 25 años. “Es como comprar una casa, merece la pena informarse bien para que sea un producto de calidad”, apunta Domínguez sobre un producto cuyo rendimiento se ha perfeccionado.
Si la instalación tiene lugar en una comunidad de vecinos, los costes se disparan hasta los 12.000-15.000 euros y suelen incluir baterías para recoger los remanentes. Y es que, desde marzo de 2020, existe un real decreto por el cual las personas que tengan una instalación fotovoltaica para consumo propio deben recibir una compensación económica por parte de las compañías eléctricas por el excedente de energía producida por sus paneles, que termina vertida en la red eléctrica general. “Por eso muchas eléctricas ofrecen la instalación gratuita en las comunidades de vecinos y ofrecen descuentos en la factura”, explica Català sobre unos remanentes que las compañías pagan a un precio bajo, pero que pueden significar unos ingresos mensuales de entre 15 y 20 euros para un particular.
¿Se amortiza un panel solar?
Un panel solar se ha de entender como una inversión y no como un gasto, “porque se amortizan en 5 o 6 años en una vivienda estándar, y con los precios actuales de la luz, incluso en menos tiempo”, asegura Català. Nada más hacer la instalación, la factura de electricidad suele reducirse entre un 40 y un 60%. Con una instalación bien dimensionada, “la factura puede llegar a ser cero algunos meses al año”, apunta Domínguez. Tal y como aseguran los especialistas, aunque el autoconsumo 100% es posible, requiere de una gran inversión y no tiene sentido.
Con el autoconsumo “baja la necesidad de compra y la factura de la luz. Muchas eléctricas alternativas ofrecen ayudas a los particulares interesados en instalar placas solares, y las grandes, al ver que pierden cuota de mercado, también se introducen en este sector”, explica Català, quien opina que España tiene la posibilidad de generar electricidad a través de energías renovables, pero que la producción no está incentivada.