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¿Por qué sube el precio de la gasolina mientras el del petróleo baja?
El carburante está en máximos históricos, pero el barril de Brent acumula varias caídas en su cotización
¿Por qué sube el precio de la gasolina si el petróleo cae? Esta es una pregunta muy habitual entre los conductores españoles, pero la realidad es que “se trata de dos mercados de cotización diferentes que no siempre están ligados”, revela Manel Montero, director general de Grupo Moure.
En los últimos días, el precio de los carburantes mantenía su tendencia alcista hasta situarse, en algunas gasolineras, incluso por encima de los 2 euros el litro. Mientras que, por su parte, el precio del barril de Brent ha caído, un hecho que ha sorprendido a miles de españoles.
El efecto cohete
A este fenómeno que indigna a miles de consumidores se le denomina efecto cohete o efecto pluma, ya que la subida del precio del crudo acostumbra a provocar un incremento importante de la gasolina, mientras que un descenso del petróleo no.
La gran diferencia “es que el precio del petróleo está fuertemente influenciado por la oferta y la demanda, mientras que el precio en las gasolineras está marcado por el precio de compra que hayamos conseguido al ir al distribuidor”, apunta Montero. Además, los coches no consumen crudo, sino gasóleos y gasolinas refinadas. Por lo que hay que tener en cuenta no sólo el valor de la materia prima (el crudo), sino también los costes de refinería y el tiempo que transcurre entre la compra inicial y la fase final de dicho proceso.
Los cinco factores que influyen en el precio del petróleo
En concreto, el precio del petróleo depende de cinco factores: las situaciones políticas de orden mundial, las cuotas de producción, las existencias, el comportamiento de los países productores y, por supuesto, la demanda. A su vez, el crudo cuenta con su propio índice de referencia internacional, el citado barril de Brent.
“Es aquí donde surge la principal diferencia, ya que el precio de los carburantes cuenta con su propio mercado, que ya no es internacional sino local, y, a pesar de estar relacionados, en muchas ocasiones no funcionan de forma simultánea”, detalla Montero. Así pues, los condicionantes que constituyen el precio del gasóleo y la gasolina ya no son los mismos que componen el precio del petróleo. A todo esto hay que añadir los márgenes de las distribuidoras y los impuestos especiales de los hidrocarburos y el Impuesto de Valor Añadido (IVA), que tienen un gran impacto en el precio de venta el público.
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