Carlos Ríos ha empezado el 2022 con ganas. O, al menos, su actividad en Instagram hace gala de ello. Su marca Realfooding no para de sumar productos, aunque muchos todavía se están cocinando. Tras el lanzamiento del pan de cristal, Ríos ha avanzado algunos de sus siguientes lanzamientos: una pizza, un helado, una tortilla de patatas y diferentes salsas para ensaladas y pastas.
Ríos se siente con el tiempo más cómodo al otro lado. El plan de Carlos Ríos pasa de fiscalizar alimentos o comida a lanzar cada vez más productos propios. Tiene ya seis artículos en los lineales de los supermercados y cuatro más por lanzar. ¿Acabará creando una tienda Realfooding? Ese es su objetivo.
Los productos Realfooding de Carlos Ríos
El joven oriundo de Huelva, cuenta con más de un millón y medio de seguidores en Instagram que le defienden a capa y espada. Y su marca, Realfooding, bebe de esta popularidad. “Es lo típico que hace un personaje de esta talla, al final, en el negocio de las redes los influencers no son libres, están sujetos a cláusulas y contratos”, explica Ana Jiménez, economista e investigadora en la Universitat Oberta de Catalunya (UOC).
El primer producto de su andadura empresarial fue el hummus, un untable que conquistó al público y también a la crítica. Después llegó el mutabal. En verano de 2021 tiró de clásicos y lanzó un gazpacho y un salmorejo, al más puro estilo Belén Esteban. Después, elaboró una de las peticiones más demandadas por sus fans: el guacamole. Por último se atrevió con una crema de cacao y dátiles, que en su día fue muy polémica, y en diciembre con un pan de cristal.
El plan del ‘influencer’ de la comida sana
Según ha detallado el propio Carlos Ríos, el gurú de la alimentación sana tiene “un plan”. En líneas generales, su nueva estrategia se basa en tres vertientes: seguir creando nuevos productos, ofrecer un servicio online y crear un corner en algunos supermercados con los artículos Realfooding. De todas estas propuestas, la que supondrá un cambio en la dinámica de la empresa será la creación de un e-commerce que también incluirá envíos a Canarias.
Hasta la fecha, Ríos ha conseguido poner sus productos a la venta en cadenas como Carrefour, Alcampo o Masymas. No obstante, el influencer quiere saltarse los canales de distribución tradicionales y apostar por la venta en internet.
¿Se ha pasado al lado oscuro?
“Cuando se da este salto el producto tiene que ir muy acorde con los valores que la persona comparte con su comunidad, porque estos serán sus futuros clientes”, indica Jiménez. Carlos Ríos sabe que su público objetivo es gente joven, de ahí que muchos de sus lanzamientos sean aperitivos para complementar platos o alimentos rápidos de elaborar.
Sus propuestas pueden ser más o menos sanas, no obstante, la mayoría de ellas son productos ultraprocesados. “Lo tenía todo para abrirle una brecha a la mala industria alimentaria, con lo difícil que eso es, y desaprovechó la ocasión. Escogió parecerse a aquello que inicialmente combatía”, opina Laura Caorsi, experta en alimentación y salud y una de las voces más críticas con Ríos en redes.
Los peligros de basar la marca en la imagen
Los seguidores del Realfooding no son únicamente consumidores de su marca, sino que sienten un sentimiento de pertenencia al movimiento capitaneado por Carlos Ríos. “Cuando el influencer es una persona que pone énfasis en su contenido y, además, tiene capacidad de persuasión, los seguidores se convierten en apóstoles y hasta incluso fanáticos”, explica Ricardo Sotillo, doctor por la Universidad de Granada, licenciado en Psicología, Filosofía y Enfermería.
La marca Realfooding está estrechamente relacionada con el joven. De ahí que Jiménez sugiera que esto “puede representar algunos riesgos a la larga, ya que algunos rostros también pasan de moda”. Para esta experta, el movimiento más inteligente es diferenciar la empresa del famoso. “El personaje puede aprovechar su poder y publicitar de vez en cuando su marca, pero sin que ese sea el único canal”, explica. De hecho, Ríos ya lo ha intentado aplicar y cuenta con varios perfiles en Instagram: el personal, el del Realfooding y el Realfooding Market.