Los inspectores de la Guía Michelin viven en el anonimato, durante su vida laboral, y degustan alrededor de 300 menús degustación cada año. Pero ¿pagan sus facturas en los restaurantes a los que asisten?
"Siempre, porque cada informe va unido a una factura, y sin factura no puedes redactar un informe", expone a este medio Victoriano Porto, inspector de la Guía Michelin entre 1988 y 2022.
Palabra de inspector
Además de la degustación del menú, el informe de cada restaurante analizado por la Guía Michelin conlleva una hora y media de trabajo, según explica Porto, que ha probado más de 10.000 menús a lo largo de su carrera como crítico gastronómico de la prestigiosa publicación.
En dicho informe, el inspector desgrana toda la experiencia que ha vivido en el restaurante, desde las instalaciones, el montaje, el servicio, el ambiente y la cocina.
Plato por plato
En el apartado culinario de cada informe, el inspector explica, plato por plato, lo que le parece la experiencia gastronómica, y porque vale una estrella, dos, tres o ninguna.
"He coincidido con muchos críticos en restaurantes con la ventaja que ellos no me han reconocido, y puedo decir que la gran mayoría trabajan de una forma totalmente diferente a la Guía Michelin", apunta Porto sobre la crítica gastronómica en España.
La crítica gastronómica
"No voy a decir si trabajan mejor o peor, pero, ahora que ya no estoy en la guía, puedo decir que me siento muy orgulloso de haber trabajado en Michelin", añade el experimentado inspector, quien asegura que la objetividad, la ética y la profesionalidad han sido y siguen siendo las banderas de Michelin.
"Nos podemos equivocar como todo el mundo, pero ningún chef puede poner en duda la objetividad o la ética de los inspectores", sentencia Porto.