Luis (nombre ficticio) tenía una fantasía sexual. Quería probar la leche materna directamente del pecho de una mujer. Para cumplir su deseo publicó un post en la página Milanuncios y dejó que pasara el tiempo. “Me costó encontrar a la persona adecuada. Me llegaban ofertas que no me convencían”, asegura. Pero unas Navidades, una chica que acababa de dar a luz se puso en contacto con él interesada en la oferta.
Durante tres meses intercambiaron mensajes por Whats App y después decidieron quedar y probar. “En principio yo no fijé ningún precio ni ella tampoco sabía cuánto pedir. Ella también quería probarlo y salió de forma natural”, afirma Luis. Según la psicóloga Isabel Sanz, experta en sexología, este tipo de personas reciben el nombre de vampiros blancos. “Hay hombres que pueden llegar a mentir o pagar por dinero a mujeres lactantes con el fin de obtener este tipo de experiencias”, asegura.
El negocio de la leche materna
Algunas mujeres, después de dar a luz, no generan la suficiente cantidad de este líquido para amamantar a su bebé. Cuando esto ocurre, es normal acudir a un banco de leche. En España hay una red de hospitales públicos para cubrir estas necesidades en cada comunidad autónoma. Todas las mujeres que donan este líquido lo hacen de forma altruista. Igualmente, hay otras opciones, como pagar por ella. La web Only the breast pone en contacto a madres lactantes con personas interesadas en comprar la leche. Aunque tiene su base en Estados Unidos, cualquiera de otro país puede comprarla y se la envían en un contenedor de hielo seco.
En esta página, una usuaria de Valencia ofrece su leche materna de la siguiente forma: “Tengo 26 años y un bebé de dos meses. Estoy sana, no soy fumadora y llevo una buena alimentación. Tengo leche de más y me interesa venderla para poder ayudar a quien la necesite y así me ayudaría también a mí”. Aunque no especifica la cantidad de leche, el precio que propone es de 30 euros.
Práctica sexual
Pero en estas plataformas y otras hay también otro perfil de clientes. En páginas como Pasion.com, Nuevoloquo o amamanta.me cualquiera puede ponerse en contacto con mujeres para, por un precio que oscila entre los 30 y 50 euros, probar la leche directamente del pecho, como se alimenta un bebé.
“Es una práctica sexual donde la mujer amamanta a otra persona adulta con el fin de dar placer. Para muchos, esta práctica aumenta el vínculo afectivo a través de este modo de relacionarse”, explica Sanz. Según la psicóloga, el perfil suele ser el de una persona curiosa que sólo trata de hacer realidad una fantasía.
El problema de pagar por estos servicios
“Si es una actividad entre dos personas que aceptan poder disfrutar de su cuerpo, como una zona más, sin obsesionarse, ni limitar su vida sexual por ello, puede llegar incluso a ser algo grato, sensitivo y placentero”, asegura Sanz sobre este tipo de acuerdos. El problema es cuando hay dinero de por medio, ya que algunas de las mujeres que ofrecen este servicio lo hacen por necesidad.
Además, no todas las mujeres que ofrecen este servicio acaban de dar a luz, y para que el cuerpo humano genere leche entra en juego la hormona prolactina, que es la encargada de estimular dicha producción. “Hay otras situaciones que pueden favorecer que el cuerpo la fabrique como el estrés, el ayuno, el ejercicio fuerte o una intensidad alta en los pezones”, explica Ana Gaitero, ginecóloga del Hospital Vithas Pardo de Aravaca.
¿Es sano para un adulto beber leche materna?
No hay ningún riesgo en tomar leche materna para los adultos, aunque ésta es alta en contenido graso y su sabor puede no gustar a todos. “Se va regulando en función de lo que el bebé necesita y, con el calor, la leche está más aguada para que no se deshidrate”, afirma Susana Rodríguez, dietista-nutricionista en Nutriciona.
Por otro lado, la leche humana no tiene tantos nutrientes como la de vaca, por ejemplo. “El contenido de hierro es mínimo, aunque aporta muchas proteínas”, explica la nutricionista. Por ello, la bebida animal está contraindicada en los bebés hasta los seis meses, que es cuando empiezan a ingerir algunos sólidos y papillas. Como asegura Rodríguez: “Los adultos no se alimentan de este líquido, ya que no les aporta ningún complemento importante para la salud”. Sin embargo, el mercado en internet es incipiente y esta actividad no está regulada. “En los bancos de leche, la producción sí tiene que pasar una serie de controles antes de su consumo”, concluye la ginecóloga.