El verano está a la vuelta de la esquina y a muchos les ha vuelto a coger el toro en su objetivo de lucir una figura más esbelta en las vacaciones. Así, en la recta final antes de poder disfrutar --aunque sea a medias-- de la playa, de la piscina y de las terrazas, muchos apuran para intentar librarse de los posibles kilos de más. Adelgazar rápido se convierte casi en una obsesión y eso induce a errores que pueden tener efectos negativos en la salud. Uno de los más habituales es recurrir a los productos milagro que prometen ayudar a perder peso de forma casi instantánea y sin esfuerzo.
Esa desesperación por adelgazar --que no se da sólo en la época estival-- es el motor que alimenta el negocio de tiendas especializadas en artículos de nutrición y dietética tan populares como Naturhouse o Herbalife, entre otras. Batidos con todo tipo de propiedades, packs que prometen perder dos kilos en sólo 48 horas y sustitutivos de comidas diarias forman parte del catálogo de este tipo de establecimientos. Además, lo complementan con la posibilidad de recibir asesoramiento para cambiar determinados hábitos alimenticios y ayudar a controlar el peso. Sin embargo, al gremio de los dietistas y nutricionistas este tipo de negocios no les hace ninguna gracia. “Es difícil luchar contra estas empresas tan grandes y sorprende que la gente todavía las vea bien”, asegura a Consumidor Global Teresa Cercós, dietista y nutricionista de Blanquer Salud.
Los peligros de los productos milagro
“Como nutricionistas tenemos una normativa deontológica con unos principios muy marcados y este tipo de productos están totalmente desaconsejados”, asevera tajante Cercós. En ese sentido, señala que, por lo general, los beneficios de los que hacen gala los artículos de estas tiendas son “una engañifa” con “mucho marketing detrás”. Suelen tener un exceso tanto de micronutrientes como de macronutrientes, lo cual produce una sobrecarga de los mismos en el organismo. Además, “tienen muchos edulcorantes y azúcares escondidos. Si se toman durante mucho tiempo se puede producir un exceso de vitaminas, minerales y de otras cosas que pueden provocar daños intestinales y otras enfermedades, por ejemplo, en la vesícula”, agrega.
De hecho, esta experta advierte de que a su consulta cada vez acuden más personas con intolerancias a la fructosa y al sorbitol --un edulcorante muy empleado en alimentos fit y para diabéticos-- debido a un uso prolongado de este tipo de productos. “Se han tomado tantos batidos que ahora afloran todas estas cuestiones negativas en su salud”, argumenta. Por otro lado, los artículos de estos establecimientos que prometen pérdidas de peso casi milagrosas suelen ir de la mano de diarreas y de estreñimientos crónicos. Asimismo, la nutricionista y farmacéutica Elisa Escorihuela señala que estos productos suelen ser diuréticos, laxantes y, a veces, se publicitan como quemadores de grasa. “Pero no existen y los milagros tampoco. Perder peso es una cosa que requiere sacrificio y hay que educar a la gente en la paciencia para lograr esos objetivos”, considera.
Denuncias por publicidad engañosa
Las críticas a los productos de Naturhouse y de Herbalife están a la orden del día en las redes sociales. Muchos usuarios ponen en duda el valor científico de sus soluciones nutricionales e incluso se cuestiona su modelo de negocio. De hecho, hasta Netflix tiene un documental --Betting on Zero-- en el que se sugiere que Herbalife desarrolla una estrategia similar a la de un timo piramidal.
En cuanto al respaldo científico de los productos de Naturhouse, los nutricionistas y dietistas también tienen sus dudas. En ese sentido, hace poco volvió a salir a la palestra una polémica sobre un pack de adelgazamiento de la firma española con el que se afirmaba que se podían perder dos kilos en tan sólo 48 horas. “Eso es una locura. Sólo se pierde líquido. La mayor parte de nuestro organismo es agua y si te provocan una deshidratación, eso implica un mal funcionamiento del mismo. Cuando la persona que lo toma vuelve a una alimentación normal tendrá un efecto rebote porque en realidad no ha perdido esos dos kilos”, defiende Cercós. De hecho, se ha señalado que la empresa ha sido sancionada por publicidad engañosa. Sin embargo, fuentes de Naturhouse afirman a este medio que eso no es así, aunque rechazan ahondar en la polémica. Sin embargo, ésta no es la primera vez que la compañía se ve en una situación similar. En 2010, el Juzgado de lo Mercantil número 5 de Barcelona consideró que una de sus campañas publicitarias era ilícita al considerar que incumplía la normativa de los productos de finalidad sanitaria, dietéticos y de adelgazamiento.
Dudas sobre la profesionalidad del asesoramiento
Otro de los aspectos que escama al gremio de la nutrición tiene que ver con la calidad de los asesoramientos dietéticos que reciben los usuarios en los establecimientos de estas cadenas. “Los comerciales que te venden productos tienen una formación nutricional ridícula, de algunos fines de semana realizando cursos de varias horas. ¿Te dejarías operar por un cirujano que en lugar de médico fuese electricista? ¿Contratarías a un médico para una instalación eléctrica?”, se plantea en su blog de divulgación --Mi dieta cojea-- el dietista-nutricionista Aitor Sánchez.
Sobre ello también reflexiona Escorihuela. “Que la marca comercial obligue a un nutricionista a vender unos determinados productos es una opción que cada profesional puede elegir”, asevera. Sin embargo, lo que más le molesta es que “con la excusa de que la consulta en estos establecimientos es gratis se desvaloriza la profesión”, lamenta. En cambio, Cercós va un paso más allá y censura que un profesional del ramo acceda a trabajar en tiendas de este tipo. “Un nutricionista no debería trabajar en un sitio de estos porque el colegio de nutricionistas no lo permite desde un punto de vista deontológico. Si el colegio se entera de que estás defendiendo este tipo de cosas puedes tener problemas profesionales”, recalca.
Éxito empresarial a pesar de todo
Sin embargo, este tipo de firmas tienen éxito empresarial. Naturhouse cuenta con más de 2.000 franquicias repartidas en más de 30 países, aunque los efectos de la pandemia también han tenido impacto en su cuenta de resultados de 2020. Con todo, la empresa ganó 9,38 millones de euros el año pasado, un 29 % menos que en 2019. Si esta coyuntura se deja al margen, para hacerse una idea de lo boyante de su negocio cabe recordar que la firma española posee un hotel de lujo en Estepona llamado Las Dunas. En este recinto se pueden realizar dietas y tratamientos detox para perder peso que han sido promocionadas incluso por personajes tan controvertidos como Javier Negre.
En tanto, el poderío económico de Herbalife --presente en 90 países-- también se pone de manifiesto con los patrocinios de la firma estadounidense en España, sobre todo en el mundo del deporte, muy utilizado desde el punto de vista del marketing por su vínculo con la salud. Así, su sello figura en el principal equipo de baloncesto de Gran Canaria --el Herbalife Gran Canaria-- y es sponsor de figuras del fútbol mundial como Cristiano Ronaldo. De hecho, España es, después de Rusia, el principal mercado de la compañía en la región EMEA que conforman Europa, Oriente Medio y África.