El boom, tanto de los geles hidroalcohólicos como de las mascarillas, ya forma parte del pasado. Sin embargo, algunas personas todavía utilizan ambos productos para ir al médico, para viajar e incluso para caminar por la calle. En concreto, las mascarillas de tela con diseño parece que se han hecho un hueco en el mercado. ¿Será por una cuestión de moda o salud?
Además, como las ventas se han reducido de manera drástica en comparación con los tiempos del Covid, muchas empresas, desde farmacias hasta supermercados, quieren sacarse de encima el stock y venden las últimas mascarillas de diseño a un precio mucho más económico.
Estudian la protección real de las mascarillas
Por su parte, tres profesores de la Universidad Politécnica de Madrid (UPM) han estudiado la "protección real" de un conjunto de mascarillas comerciales que se usaron con frecuencia durante la pandemia, para determinar cuánto evitan la transmisión de virus respiratorios, teniendo en cuenta el aire que se escapa de los desajustes faciales, que dependen del diseño.
En concreto, han estudiado el grado de protección que presentan en función del tejido con el que están diseñadas y otros factores que pueden modificar de forma significativa la protección que nos ofrecen, como el ajuste facial.
La eficacia
A pesar de los numerosos reglamentos de fabricación y estudios científicos existentes, la “eficacia real” de las mascarillas faciales para filtrar los virus respiratorios aún no se había determinado por completo, señala la UPM.
Pero se ignoraba el aire que se escapa a través de los desajustes faciales, lo cual depende del diseño de la mascarilla, de los tejidos con los que están fabricadas y de las frecuencias y volúmenes respiratorios.
Filtraciones
Se han probado nueve tipos diferentes de mascarillas faciales (dos modelos de quirúrgicas, tres higiénicas, tres modelos FFP2 y un modelo FFP3) en un maniquí equipado con tres analizadores de gases (que medían los volúmenes de entrada, salida y sobrante) dentro de un dispositivo creado para este proyecto y que ha sido patentado de forma independiente.
El análisis estadístico revela que, en promedio, y con una gran dispersión, aproximadamente la mitad del aire que entra en el sistema no es filtrado por las mascarillas faciales en todas las intensidades respiratorias; aunque no todas las mascarillas tienen un comportamiento similar.
El tejido y el diseño importan
El estudio también demuestra que el tejido, debido a su presión diferencial, tiene “mucha relación” con la eficacia real de filtración; y se ha encontrado que las mascarillas faciales higiénicas filtraban más del 70% del aire y que su eficiencia de filtración no dependía de la intensidad simulada.
La Universidad Politécnica destaca que estos hallazgos demuestran que la capacidad de filtración real de las mascarillas faciales “se ha sobreestimado en los últimos años”, ya que la filtración de los tejidos no representa la filtración real de las mascarillas faciales cuando éstas se usan.